─ Chaeyoung... ─ Mina murmuró, sus labios curvados en una sonrisa que irradiaba felicidad pura. ─ Nunca imaginé que podría sentir algo así.

─ Yo tampoco, Mina. Pero ahora que te tengo aquí, a mi lado, sé que no quiero estar en ningún otro lugar. ─ Chaeyoung respondió, sus ojos brillando con una determinación inquebrantable. Definitivamente, estaban enamoradas.

Se quedaron allí, perdidas en el brillo de sus miradas, saboreando el momento que habían compartido y la promesa de un futuro juntas. En ese instante, el mundo parecía completo, lleno de posibilidades y amor sin límites, porque ellas juntas eran un ser completo.

Se acurrucaron en el sofá, hablando de trivialidades mientras Chaeyoung acariciaba los oscuros cabellos de Mina, escuchando cómo ella le hablaba de sus pasiones, sus pasatiempos y algún que otro chiste. En ese mundo eran solo ellas dos.

─ Disculpen la interrupción, pero... ─ Habló Kazuha, volviendo a entrar a la habitación, sonriendo al ver a su hermana entre los brazos de alguien que la miraba con los ojos enamorados. ─ ¿Ya preparaste tus cosas?

─ Sí... ─ Respondió Mina, cayendo en la realidad. Chaeyoung no terminaba de comprender, por lo que simplemente escuchaba con atención.

─ Papá dijo que, antes de irte, pases por la casa de la abuela y le dejes unas cosas. ─ Continuó la menor de las japonesas, recibiendo solo asentimientos por parte de su hermana. ─ Y bien, creo que eso era todo...

Kazuha observó cómo Chaeyoung entrelazaba sus dedos con los de Mina, por lo que unió los cabos en su mente y, con un tono travieso en su voz, continuó: ─ ¿Así que ella es la razón por la que te vas, Mitang? ¿Te vas a vivir con Chaeyoung?

La rubia, escuchando todo y sin entender, miró a Mina con confusión, buscando comprender. La nipona, con tristeza en sus ojos, apretó suavemente su mano.

─ ¿Mina? ¿A dónde vas?

─ Me tengo que ir. En japón conseguí un nuevo empleo y, en el momento, me pareció una buena idea. Pensé que sería bueno alejarme para no pensar en todo el tema este de las almas gemelas que me venía torturando y... Por eso te pedí que vinieras... ─ Se excusó Mina.

─ Pero... ¿Qué hay de nosotras? ¿Tienes que irte ahora? ─ El corazón de Chaeyoung se hizo un bollito. Dolía. No podía permitirse perder a aquello que había estado buscando por tantos años. No podía perder a Mina.

─ No pensé que las cosas fueran a salir así, Chaeyoung... No creí que fueras a venir a decirme que también estabas enamorada de mí. No me esperaba nada de esto y... Es tarde para cambiar las cosas...

La confesión de Mina golpeó a Chaeyoung como un balde de agua fría. Su mente parecía estar en un torbellino, tratando de procesar la noticia de que Mina se mudaría a otra ciudad, dejándola atrás. El dolor y la confusión se entrelazaban en su interior, pero también había una chispa de determinación.

─ Mina, ¿por qué no me lo dijiste antes? ¿Por qué esperar hasta ahora para contármelo? ─ Preguntó Chaeyoung, su voz temblorosa con una mezcla de emociones. Quería entender, quería saber por qué Mina había decidido tomar esa decisión.

Mina bajó la mirada, sintiendo el peso de las palabras de Chaeyoung sobre sus hombros. Sabía que no tenía excusa, que debería haberle hablado de sus planes mucho antes. Pero, por alguna razón, en ese momento quería alejarse de cualquier cosa que le recordara todo el asunto de las almas gemelas. La frustración nubló su juicio, solo quería escapar, pero ahora, después de que la rubia la hiciera dudar, ya era muy tarde para detenerlo.

─ Lo siento, Chaeyoung. No quería lastimarte, pero tampoco sabía cómo decirte que me iba. Todo sucedió tan rápido y... ─ Sus palabras se desvanecieron en un susurro, incapaz de expresar completamente sus sentimientos.

Chaeyoung respiró hondo, tratando de calmar el torbellino de emociones que la invadía. Quería estar enojada, quería gritar por la forma en la que el destino parecía ponerlas a prueba. Pero también sabía que no podía cambiar el pasado, solo podía decidir cómo enfrentar el futuro.

─ Entiendo que las cosas han sido difíciles para ti, Mina. Pero ahora que lo sabemos, ¿qué vamos a hacer? ¿Vas a irte y dejarme aquí sola? ─ La preocupación se reflejaba en los ojos de Chaeyoung, su corazón latiendo con fuerza mientras esperaba la respuesta de Mina.

La pelinegra miró a Chaeyoung, sintiendo el peso de sus palabras en su pecho. Quería quedarse, quería estar con Chaeyoung más que nada en el mundo. Pero también sabía que tenía responsabilidades y compromisos que no podía ignorar, ya estaba todo listo en Japón, esperándola.

─ No sé qué hacer, Chaeyoung. No quiero dejarte... Pero, no lo sé... ─ La angustia se reflejaba en los ojos de Mina, su voz temblorosa mientras luchaba por encontrar una solución.

Chaeyoung sintió un nudo en la garganta al escuchar las palabras de Mina. Sabía que tenía razón, que no podían seguir posponiendo sus vidas por más tiempo. Pero eso no hacía que la idea de separarse fuera menos dolorosa.

─ Entiendo, Mina. Pero antes de que te vayas, quiero que sepas que... ─ Chaeyoung se detuvo, luchando por encontrar las palabras adecuadas para expresar lo que sentía. Sabía que no podía detener a Mina, pero también sabía que no podía dejarla ir sin luchar. De repente, una idea se formó en su mente a la velocidad de la luz.

─ ¿Qué pasa, Chaeyoung? ─ Mina preguntó, notando un brillo repentino en los ojos de la rubia. Chaeyoung respiró hondo, reuniendo todo su coraje antes de hablar.

─ ¿Y si voy contigo? ─ Las palabras salieron de su boca antes de que pudiera detenerlas, su corazón latiendo con fuerza mientras esperaba la reacción de Mina.

─ ¿Y si voy contigo? ─ Las palabras salieron de su boca antes de que pudiera detenerlas, su corazón latiendo con fuerza mientras esperaba la reacción de Mina

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Se suponía de debía actualizar ayer, pero pasaron cosas jaja

Anyways, feliz cumpleaños Isi :D

ᴏɴᴄᴇ ʏᴏᴜ ꜱᴇᴇ ᴛʜᴇᴍ | ᴍɪᴄʜᴀᴇɴɢWo Geschichten leben. Entdecke jetzt