—Aún no está listo. Pensaba dártelo como un pequeño obsequio después de la trágica muerte del príncipe Hansel, pero lamentablemente él no murió hoy— comento con ironía.

Erguí mi espalda y bufé algo por lo bajo. Él tal vez lo escucho porque se puso de pie y soltó una carcajada sarcástica.

—Tranquila, entiendo que empiezas a mover las piezas a tu beneficio, y está bien lo que sirve se mantiene al lado, y lo que no, se desecha—habla pausadamente— aun no puedo dártelo, la piedrecita mágica tiene una energía muy fuerte, y me está impidiendo drenar mi energía aquí. Debemos ir lejos de la piedra para hacerlo.

—¿Dónde?

—Al bosque oscuro, es perfecto para este tipo de cosas y está lo suficientemente lejos del palacio y de la piedra.

—Pero está más cerca de la muralla ¿eso no importa?

—Por supuesto que no, el bosque oscuro contiene una energía medianamente poderosa que alimenta a seres como yo, por eso pude salvarme y llegar hasta aquí hoy.

—No entiendo como dentro de Sunland haya ese tipo de energía, se supone que la muralla la reprime...

—Te equivicas, la repele que es muy distinto. Todo lo malo que intente entrar, no entra y lo que está dentro, dentro se queda. El bosque oscuro fue escenario de muchas matanzas y peleas entre humanos y vampiros hace quinientos años, es natural que los vampiros dejaran algo de su esencia en aquel lugar.

—Bien, suponiendo que logramos ir ¿Cómo vamos a burlar a tanta gente?

—No será necesario burlar a nadie. Posees el elemento luz, puedes abrir un portal, ya es hora de que empieces a hacer hechizos reales, iremos ahora y tú vas a abrir un portal que nos lleve.

Me señalé con el dedo índice estupefacta y le recordé que aún no se hacer ese tipo de hechizos. Pero Van no es alguien que conozca un no ante una propuesta suya, por lo que insistió en enseñarme una forma rápida de aprender.

Nos dirigimos hacia el salón dentro de mi habitación en el que Frederick solía enseñarme hechizos, el mismo salón en donde hace unos días, rompí un vitral.

—El hechizo es sencillo, pero una vez que lo hagas y abras un portal, yo debo pasar primero para cerciorarme de que vamos al lugar correcto.

—Bien, ¿entonces que debo hacer?

Me dijo que me parara justo encima de la figura del sol impregnado en el suelo y que intentara visualizar el bosque en mi mente.

—Ya, lo tengo ¿Ahora qué?
—Ahora vas a levantar tu dedo índice y medio, al tiempo en tu mano derecha. Vas a llevar ambos dedos frente a ti y vas a dibujar, un rectángulo o un círculo con ellos, cualquiera de las dos figuras no importa cuál.

Hago los movimientos que me indica al pie de la letra, pero no sucede nada. Lo intento con la otra mano, y tampoco sucede nada. Lo intento con ambas manos y es lo mismo. Van estaba empezaba a mostrarse eufórico, y yo estaba entrando en desesperación, pero algo ilumino mi mente en ese instante; cuando la reina abrió el portal en el bosque para traerme hasta aquí, lo hizo en el tronco de un árbol, y este abrió una especie de puerta. Entonces tal vez el hechizo deba realizarse sobre una superficie. Ignoré los ataques de ira y frustración de Van, y procedí a realizar el hechizo sobre la puerta que daba salida del salón. Utilice los dedos índice y medio de ambas manos dibuje un rectángulo imaguine en mi cabeza el bosque y en un susurro dije:

—Abriros declaro—pronunciadas estas palabras, un destello brillante salió disparado de mis manos y estrello en la puerta, esta se ilumino y en cuestión de segundos se convirtió en la entrada al bosque oscuro.

Sunland ¿Una princesa de la realeza?Where stories live. Discover now