4- A domicilio y un elevador averiado

38 15 45
                                    

Intentó hacer el menor ruido posible, mientras iba de puntillas al baño

Ups! Gambar ini tidak mengikuti Pedoman Konten kami. Untuk melanjutkan publikasi, hapuslah gambar ini atau unggah gambar lain.

Intentó hacer el menor ruido posible, mientras iba de puntillas al baño. No quería despertar a su amigo que aún se veía cansado. Algo que por lo visto no funcionó. Pues todo se jodió cuando se dirigió a la cocina para preparar el desayuno y su almuerzo. Las ollas cayeron al suelo y el escandaloso estruendo se apoderó del hogar; y el eco aumentó el bullicio. Justin pegó un brinco, al abrir los ojos se tranquilizó, pero aún le resultaba raro los fuertes sonidos así salió a revisar a ver qué pasaba, y se posicionó ahí en medio del pasillo. Y no se lo creía cuando la vio, su amiga jamás despertaba tan temprano, pero lo entendió todo cuando ella le explicó que quería ir a ver a los niños en pediatría. Y para eso, no debía retrasarse.

—¡Oh! Buen día yo bien, mira  perdón por el ruido. No sé solo no podía dormir.

La muchacha parecía indiferente, así que el chico sonrió y se acercó a abrazarla para tratar de aligerar el ambiente.

—Oye, reina, ¿ya vas a hacer el desayuno? ¿O me encargo yo y tú vas a vestirte? —dijo Justin con una sonrisa.

La muchacha se dirigió con rapidez hasta su habitación para darse una ducha caliente; necesitaba relajarse y no le tomó más de una hora. Miró el borroso reflejo que el espejo empañado le devolvía y con un sonoro movimiento de su mano sobre la fría superficie, logró verse un poco mejor mientras envolvía su cabello en la toalla.

Extrajo del armario su uniforme de pediatría, ataviado con muñequitos rosados y azules para resultar llamativo y que los niños no le tuvieran miedo.

—April, ya está listo el desayuno —dijo el muchacho en un susurro. Sabía que a su amiga no le gustaba que hablara tan fuerte tan temprano.

—Hoy puedo ir a buscarte en la moto ardillita, solo si deseas —avisó con una sonrisa.

—Me harías un gran favor, no quiero ir sola por la calle. Hoy empiezan las fiestas de la ciudad y puede ser peligroso, mucha gente se queda y se embriagan —el chico solo asintió mientras metía el almuerzo de su amiga en una taza y luego en un pequeño morral.

—Cierto, entonces a las 10 estaré esperándote al frente de la salida —susurró.

—Casi me lo olvidaba, ¿podrías preparar un poco de café? Sin azúcar por favor —pidió con una sonrisa.

Aquella petición hizo que su amigo la mirara raro, pero sin chistar ejecutó lo que ella le pedía.

—Muscules, ¿hoy no tienes que trabajar? —preguntó con voz tranquila.

Lo que NO dicen del AMOR Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang