—Dime

—Pues, es sobre ayer —me debato tanto en la cabeza—. Ahorita no, tal vez más tarde podamos hablar tranquilos si quieres... —agregó para que no se vea obligada a nada.

—Me parece bien —no hay comentarios fuera de lo común, no me ha contestado cortante.

Estamos avanzando.

—Me voy a desayunar —señaló las escaleras que van al primer piso—, te veo allá.

Sonríe asintiendo.

¡Me ha sonreído!, cuando se supone que debe de estar más que molesta por mi comportamiento de ayer por la tarde. Agradezco en mi interior que toda haya ido bien y que no se haya complicado mucho la situación.

Me siento en mi sitio como todas las mañas a desayunar, minutos más tarde baja con su mochila al hombro.

No hay mucho que decir, el señor King se va tan rápido como puede anda en un proyecto muy importante y su esposa por igual así que nos quedamos solos desayunando.

Meto la cuchara en el plato donde tengo mi cereal, hoy solo quise ser flojo y ahórrales a la servidumbre una comida más.
También he visto un mensaje de mi padre, pronto me hablara por llamada para agendar cositas. Supongo que mi vida de alguna forma va a regresar.

Le diré adiós a muchas cosas, dieta saludable ejercicio por las mañanas y por las tardes quizá trabajo o yo que sé.

Tomamos nuestras cosas para irnos a la escuela.
Coloco música en el auto para aligerar ese silencio tan denso que se ha hecho.

Maneskin suena por los altavoces, mis manos golpetean en el volante.

—A la única banda que no me importa que digan tanta grosería, tiene ritmo y Damiano canta muy bien —escucho su voz entre la música—. The loneliest es mi favorita.

Justo la que está sonando.

—La mía es timezone.

—¿Has ido a alguno de sus conciertos?

—Si, solo una vez. Estuve en España por trabajo y ellos tenían concierto así que no perdí la oportunidad y fui. Fue una de las mejores experiencias que no quiero olvidar.

Saltar al ritmo de la música, disfrutar hasta no más poder y sobre todo cantar a todo pulmón.

—Yo también quisiera ir a conciertos —el tono bajo que utiliza—. Quizás más adelante lo haga.

—¿A cuál quieres asistir? —inquiero por pura curiosidad.

—Morat y Maneskin.

Qué tan diferente, sobre todo me gusta.

—Bueno, algún día podrás estar en uno de sus conciertos gritando sus canciones —la animo—. Probablemente te acompañe.

Se gira para verme, no la veo mucho ya que voy concentrado en el camino.

—¿Lo harías?

—Con mucho gusto lo haría, te acompañaría —nunca la dejaría sola—. Sería como un viaje entre mejores amigos.

Una forma de afianzar lazos de disfrutar nuestra amistad así como una manera de despedirnos.

Yo también quiero mi final feliz Where stories live. Discover now