nueve; feliz feliz

1.7K 232 47
                                    

Amelia repaso el vestido a través del espeje extraño de la entrada del lugar. Arthur se había detenido a hablar con unas personas que estaban llegando y Alexis había huido al baño en cuanto se topó con Max bajando de su auto.

―Es un muy bonito vestido. ―le alago su cuñado.

―No me convence, el rojo no es mi color.

―Lia, cuando mi hermano te vea va a querer saltar sobre ti. ―le aseguro. ―Entremos, alguien me dijo que lo vio cerca de la barra.

Ella se apoyó del brazo del chico y dejo que la guiara.

Era la primera vez que visitaba Mónaco, sabía del lujo del país pero nunca imagino que tantas personas pudieran permitirse carros costosos y vestidos de marca. O quizá solo era porque estaba en la fiesta de una de las personas más famosas de por ahí.

Incluso el príncipe podría estar por algún lugar.

―Este es el plan, vas, lo tacleas y huyes. ―comento Arthur señalando a donde se veía al castaño platicando con un par de amigos.

― ¿En qué momento se supone que lo bese?

―Hasta que te cases, Amelia, debes mantenerte pura.

La mexicana soltó una risita. ―Mejor espero a que este solo, no quiero que los demás lo vean llorar.

―No digas tonterías, vas. ―no la dejo hablar cuando ya la estaba empujando hasta dejarla a unos metros de distancia.

Amelia rodo los ojos y ajustando su vestido comenzó a caminar, para su suerte, mientras más se acercaba logro distinguir a Pierre siendo uno de los que acompañaba a su novio, y este en cuanto la sonrió con complicidad y se llevó al otro hombre con él, dejándole el camino libre.

Charles pidió otro trago y espero aprovechando para darle una repasada al lugar, casi todos sus amigos estaban ahí, celebrando y divirtiéndose.

Volvió a desviar la mirada hacia la pista de baile y la redirigió hasta las mesas topándose con una chica de vestido rojo. Los pasos de la pelirroja se detuvieron cuando él reacciono.

― ¿Bonita? ―Charles no esperaba que su voz saliera entrecortada, no sentía ganas de llorar, o quizá sí, pero de la emoción.

Durante todo el día se había estado planteando la idea de ir a verla, tomar un vuelo y dejar Mónaco para pasar su cumpleaños a lado de su novia. Su madre le corto las alas cuando le recordó que ya había gastado en todo, Pascale le dijo que podría ir a Londres en los días siguientes, aunque no era una opción muy viable.

Pero ahora ella estaba ahí. Su cumpleaños de pronto paso de ser bueno a maravilloso.

¿Estaba mal que no le importara nada más que ella?

―Sorpresa. ―le respondió agitando sus manos. Los pasos firmes del mayor la intimidaron los primeros segundos hasta que lo tuvo rodeándola con sus brazos. El rostro del joven se escondió entre el espacio de su cuello como de costumbre, ella recorrió su espalda con la punta de sus dedos hasta tocar el sueva cabello, algo largo, de su pareja. Lo tuvo ahí casi un minuto completo, tratando de asegurarse de que en verdad estaba ahí con él. ―Feliz feliz cumpleaños.

Él se separó de ella al escucharla cantar la canción que le había cantado por mensaje de voz esa mañana. ―Tu vestido es rojo.

―Rojo para el cumpleañero.

―Y estas usando una trenza. ―agrego. En una ocasión, Charles le había dicho lo mucho que le gustaba su cabello trenzado.

―Y me puse la lencería que me regalaste. ―bromeo.

𝙂𝙧𝙤𝙪𝙥 𝘾𝙝𝙖𝙩 (Second Part) ▰ 𝘾𝙝𝙖𝙧𝙡𝙚𝙨 𝙇𝙚𝙘𝙡𝙚𝙧𝙘Where stories live. Discover now