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Ririka.

Estaba jugando con un llavero de un muñeco de nieve que me regaló Kirari en navidad, cuando llamaron a la puerta y supe que era ella. Suspiré y espere que el plan funcionará, estoy en el despechado de Kirari, vestida de ella...

Abrí la puerta. La de cabello morado, como siempre en presencia de Kirari, estaba sonrojada y jugando con sus manos de forma nerviosa.

—Bienvenida, Sayaka — me dejé caer sobre la silla giratoria y sonreí. Una de esas sonrisas características de mi hermana, una sonrisa perturbadora llena de malas intenciones y picardía. Una de esas sonrisas que te indican que debes correr. Y que por alguna razón, nunca sirvió para espantar a la pobre y enamorada Igarashi.

—H-Hola presidenta, ¿Necesita algo?

Entonces, mi expresión se volvió seria, aparte la mirada dirigiéndola hacia el historial académico de Sayaka.

—Umh... Sayaka, tus notas han sido más que perfectas durante...toda tu vida.

Sayaka tenía mejores notas que cualquier miembro del consejo, era alucinante. Estaba obsesionada con...¿Cumplir las expectativas? ¿pero de quién, de sus padres, de Kirari, sus propias expectativas?

¿Acaso eso ha ido cambiando con el tiempo?... Porque ahora diría que está completamente centrada en mi hermana.

Sayaka me miraba inquieta.

—Como te dije cuando obtuviste el puesto, tienes mucha vida por delante y tú has querido estancarte siendo mi secretaria. Este tiempo juntas ha sido perfecto, pero creo que debería terminar: para que puedas volverte más exitosa en la vida... No te estanques en este puesto.

Su cara parecía un poema...estaba desconcertada, podía ver un poco de rabia en su expresión y dolor en sus ojos...

Está chiquilla es interesante.

—¿¡de que habla, presidenta?!— me sorprendí de que se atreviera a gritar— esto es lo más importante que hago en mi vida.

Le di una de esas miradas desafiantes que mi hermana siempre aplica solo para decir de forma indirecta un "callate o tendrá consecuencias."

Sayaka se dejó caer en su asiento.

—Esto... Esto es todo para mí. Estar a su lado es la única misión que me interesa. No necesito ser nadie más.

—Ahora es así para tí. Pero puedes conseguir mucho más que esto... Y lo sabes, Sayaka. Tienes mucho potencial.

—Presidenta, soy feliz haciendo esto.

—Puedes dar más de tí.

—¿No es suficiente como es ahora?... Tengo un promedio ideal y trabajo para usted.

—Te lo repito, puedes hacerlo mejor.

—¿Como? — pobre niña desesperada. Kirari es realmente cruel por dejarme hacer esto.

—Enfocando tu potencial en otras cosas que no sean complacerme— tuve que ser más clara, porque está muchacha está realmente colada por Kirari.

—Pero...no es lo que quiero, presidenta. Solo quiero estar con usted.

Dijo, mirando al suelo mientras el sonrojo subía por sus mejillas. Ahh, Kirari, ¿Por qué me haces lidiar con esto? Ella no piensa rendirse, así que... Tendré que pasar al lado más oscuro de mi hermana para esto. Mierda, chiquilla, no quiero hacerte daño pero esto es lo que hay. Tienes que rendirte con mi hermana, y yo tengo que cumplir el trabajo que me dejó el demonio de Kirari.

—Estas despedida, Sayaka.

—Presi-.

—Ni una palabra más, ¿No entiendes lo que te digo? No te necesito más. Gracias por cumplir mi cometido. Ahora, vete, Sayaka.

Jamás vi a alguien tan descolocado como esa muchacha cuando se fue con los hombros caídos y tratando de contener sus lágrimas.

—Kirari, eres un monstruo— dije, sabiendo que ella estaba viendo esto por las cámaras.

Just a game (Kirasaya)Where stories live. Discover now