Capítulo V

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A menos de doce horas de la convención de presentación del libro de Walt, a solicitud de él la convención será en la mañana, la noche anterior se durmió temprano. El discurso es lo primero que guarda en su maletin, no desayuna su apetito se cerró por completo. Evita beber café lo único que tomó fue té. Maurice va por él en su coche y van a la librería cafetería donde se celebrará.

Mientras maneja Maurice charla con Walt:

-Maurice: ¡vas que te mueres de los nervios!
-Walt: y como no estar. Aman mi libro pero no sé si amarán a su creador...
-Maurice: fue injusto lo que el editor te propuso y tú de tonto que aceptaste. Yo remediare esto hoy.
-Walt: desde el fondo, te escucharé leerás el discurso... Como orador has que el público se sienta cautivo.
-Maurice: ¿y cómo haré con las preguntas que hagan los periodistas...
-Walt: ¿has traído lo que te pedí?
-Maurice: ¡para eso era!, ya se que harás
-Walt: cuando estemos en las sesiones de preguntas y respuestas me apártare de ustedes a un lugar más solitario en que los pueda escuchar sin que alguien me vea y escuché. Repetiras lo que diga, ¡hazlo con emoción!
-Maurice: ¡vale!, afortunadamente mi voz es fuerte y agradable
-Walt: ¡es una voz prominente!

Antes del discurso el público y los periodistas le aplauden al entrar y situarse al frente del estrado, Maurice habla:

-Maurice: ¡no merezco sus aplausos! Ya que yo no...

El editor a sus espaldas le susurra en el oído todavía no es el momento... El discurso fue cortó pero emotivo.

El contenido del discurso decía textualmente:

Antes los ojos de Dios, todos somos iguales, somos sus hijos, seamos creyentes en él o no. Alguien o algo nos creó y eso es Dios. Tenemos una razón del por qué de estar aquí. Como mujeres y hombres, desde niños soñamos en la vida, no ha todos se les cumple ese sueño anhelado aunque se haya luchado valientemente con las diferentes adversidades que se les presenta en el camino. Debo confesarles que soy un hombre de poca fe, que guardaba un mínimo de esperanza siendo negativo e incrédulo. Aún así algo en mí no dejaba de escribir de participar en concursos y en enviar mis escritos a editoriales. Y vean ahora la novela es un éxito la aman: Cupida ¡El amor sí es verdadero! No es una obra superior como de García Márquez, de Benedetti o Shakespeare. Es una obra sencilla una más de las sietes historias originales, donde no cometo clichés desmedidos, lenguaje obsceno o de generar polémica. Mi escritura no es tan estilizada, es amigable con los lectores de todas las edades y condiciones de vida....

Al finalizar de leer el discurso Maurice, el editor a cargo toma la palabra para hablar de todo el proceso de libro, desde el concurso, menciona inclusive que con un estudio de grabación ya esta en producción el audio libro.

Walt y Maurice creyendo que estaba a unos minutos de la sesión de preguntas y respuestas. El editor se alarga en su intervención.

Estando totalmente apartado Walt de la multitud, un mesero se acerca a él ofrecerle vino o lo que él necesite en ese momento.

-Mesero: ¿vino?

Con la charola, el mesero se inclina un poco hacia abajo para que Walt tome en sus manos la copa sin problemas.

-Walt: ¡no, gracias!
-Mesero: ¿algo más, qué prefiera en este momento?
-Walt: ¡eh!
-Mesero: no dude en decírmelo, aquí estoy para asistirlo... Estoy a su disposición en lo que se le ofrezca...
-Walt: ¿puede ser cualquier cosa?
-Mesero: ¡sí!
-Walt: comsigueme una cerveza bien fría
-Mesero: una cerveza bien fría, ¿eh?
-Walt: ¡mejor no!
-Mesero: me tomará alrededor de siete minutos en traersela.

Walt ahora sigue en la espera de la cesión de preguntas y respuestas o de su cerveza o de lo que suceda primero. Lo de su cerveza sucedió antes, el mesero se la da en sus manos, Walt con su pañuelo la cubre para no meter en problemas al mesero.

-Walt: ¡te agradezco!, te mereces una buena propina.
-Maurice: en la cafetería hay un postre que es la especialidad de la casa.
-Walt: ¡con la cerveza me basta!, ¡no te preocupes!, no soy fans de las cosas dulces y menos ahora con lo del libro.
-Mesero: ¿lo ha leído?
-Walt: ¿tú qué crees?
-Mesero: por su aspecto usted es un crítico.
-Walt: ¡un crítico!, ¡umm, no!, y la historia de Cupida ¡El amor sí es verdadero!, ¿qué te parece?
-Mesero: las chicas se mueren por el libro, hasta mi novia me recomendó el libro pero yo no soy mucho de leer, tanto me insistía que en la noche me lo leía, ¡ja, ja, ja!, ¡yo me dormía a la media página...
-Walt: ¿es un libro más?
-Mesero: ¡sí!
-Walt: el libro viene de un concurso donde ganó el primer lugar y se lanzó en físico para su venta y fue un éxito. Sé de muy buenas fuentes que el escritor de ese libro, que esa no es su mejor historia.

De la puerta principal de la librería cafetería entran Aroa y su hermano Gari, mientras Walt sigue socializando con el mesero, Aroa deslumbra con un saco negro, falda negra corta y medias transparentes, que hace que sus piernas resalten su belleza, en silencio entran, al estar ya casi a la par de Walt y el mesero escuchan algo que la primera se puede catalogar como que es un destractor del libro.

-Walt: con lo que te he dicho puedo decirte que el libro no es impresionante
-Mesero: ¿no es la gran cosa?
-Walt: no...

El mesero mal interpretó a Walt, ya Aroa los escucho y va a defender a capa y espada al libro.

-Aroa: ¡que no!, ¿a caso es un crítico o su escritor?

Walt coloca ambas manos en cada rueda de la silla y se mueve hacia adelante, en frente de Aroa y su hermano. Ha quedado encantando con las piernas de Aroa. Quedo embobado por unos segundos. Vuelve en sí, ya que no quiere quedar como un pervertido ante ellos.

Por estar sentado en la silla de ruedas, su campo de visión es como la altura de una mesa, menos de un metro, al tener mala postura tiene que subir un poco la cabeza y erguirse obligadamente.

Trata de remediar la situación, levanta su cabeza y ve a la cara a Aroa, suaviza su mirada ya que es sería y profunda. Aroa teniendo su bastón en una de sus manos y en la otra tomada en el brazo de su hermano. La ve con los ojos cerrado quedo completamente cautivado, mucho más embobado que con sus piernas.

-Walt: es la reercanación de la musa

Gari le habla al oído a Aroa

-Gari: ¡no seas dura con él!, lo dejaste sin palabras...
-Aroa: ¿por qué criticabas sin piedad el libro?
-Walt: me mal interpretaron... Antes que entraran ustedes no pude terminar de decir...
-Aroa: ¿terminar de decir qué?
-Walt: ¡esa no es mi mejor obra!
-Aroa: ¿tú eres el escritor?, ¿en verdad?

Gari siente que algo no cuadra con lo que dijo.

-Gari: ¡espérame, hermana!, quédate aquí. Iré a comprobar si es cierto...
-Aroa: ¡te espero!

Gari camina más adelante, ve a los periodistas y a Maurice en el estrado, se queda a escuchar por unos minutos.

-Walt: ¿cómo te llamas?
-Aroa: ¡ummm!, no te lo diré hasta que averigüemos si es verdad o no de que tú eres su escritor.

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⏰ Ultimo aggiornamento: May 05 ⏰

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