Ambas chicas pasaron un rato charlando de cosas triviales, conociéndose mejor sin siquiera buscarlo. Con cada risa, su relación se volvía más estrecha. Mina sentía como si fueran amigas de años, pues hablaban con una confianza excepcional.

Chaeyoung le contó un poco sobre su familia, sobre que recientemente se enteró que sus padres no son almas gemelas pero, aún así, encontraron el amor. Mina le habló sobre la suya también, le contó acerca de su vida en japón y cómo fueron sus primeros años en Corea. Ninguna se cansaba de escuchar a la otra.

─ Chaeyoung. ─ La llamó Mina de repente. La rubia levantó la mirada con una sonrisita y soltando un suave "¿hm?".─ ¿Y si damos una vuelta?

─ Bien ¿Pero en verdad puedo confiar en tu habilidad de conducir? ─ Bromeó la menor, recibiendo un golpe amistoso por parte de la pelinegra.─ Era broma, era broma.

Mina se levantó del sofá, siendo seguida de cerca por Chaeyoung. ─ No, no. Ahora, por tonta, voy a chocar con todo lo que vea. ─ La nipona tomó las llaves de su auto y, con diversión en sus ojos, chocó su hombro con el de la menor.

─ ¿Ah sí? ─ Chaeyoung también chocó contra ella, empujándola un poco. Las risas llenaron la sala mientras se dirigían hacia la puerta.

─ ¡Vamos, vamos! ─ Exclamó Mina emocionada, abriendo la puerta y saliendo al pasillo. Chaeyoung la siguió de cerca, sintiéndose emocionada por la idea de dar una vuelta en auto con su nueva amiga.

Una vez afuera, Mina desbloqueó el auto y abrió la puerta del conductor, invitando a Chaeyoung a subir. La rubia se deslizó en el asiento del copiloto, asegurándose de ajustar el cinturón de seguridad mientras observaba a Mina con una sonrisa juguetona.

─ Espero que recuerdes cómo funciona este vehículo, ¿no quieres que revise el manual primero? ─ Chaeyoung bromeó, haciendo una mueca exagerada de preocupación mientras señalaba hacia el manual del auto.

Mina rodó los ojos con diversión, encendiendo el motor del auto y ajustando los espejos retrovisores antes de salir del estacionamiento. El motor ronroneó suavemente, llenando el espacio con un zumbido reconfortante mientras se alejaban del edificio.

─ No te preocupes, Chaeyoungie. Soy una excelente conductora, ¡te sorprenderé! ─ Mina respondió con una sonrisa confiada, girando el volante con habilidad mientras se incorporaban al tráfico.

La rubia asintió con una risa, disfrutando del aire fresco que soplaba a través de la ventanilla abierta mientras recorrían las calles. El sol se filtraba entre los edificios altos, bañando la ciudad con una luz dorada que pintaba un paisaje encantador.

─ Sería curioso, ¿no crees? ─ Comentó Chaeyoung de repente, rompiendo el silencio mientras observaba el paisaje pasar. ─ Si de repente nos encontráramos con nuestras almas gemelas mientras damos una vuelta por la ciudad.

Mina levantó una ceja, intrigada por la idea. Giró ligeramente el volante mientras mantenía la vista en la carretera, considerando las palabras de Chaeyoung.

─ Sería muy curioso, de hecho. ¿Te imaginas? De repente, simplemente nos cruzamos con esas personas que están destinadas a ser nuestro complemento perfecto, pero no tendríamos forma de saberlo ¿Verdad? ─ Mina dejó que sus pensamientos vagaran por un momento, imaginando la posibilidad de ese encuentro fortuito.

Chaeyoung asintió, perdida en sus propios pensamientos mientras contemplaba el paisaje urbano que pasaba rápidamente. El viento revolvía suavemente su cabello mientras sus ojos seguían las luces intermitentes de la ciudad.

De repente, Chaeyoung notó una pequeña pelusa en el hombro de Mina. Sin pensarlo dos veces, se inclinó ligeramente hacia adelante y la retiró con cuidado, sintiendo la suavidad de la tela bajo sus dedos.

ᴏɴᴄᴇ ʏᴏᴜ ꜱᴇᴇ ᴛʜᴇᴍ | ᴍɪᴄʜᴀᴇɴɢWhere stories live. Discover now