3

177 14 0
                                    

En cuanto me desperté, me sentí de lo peor mi cuerpo se sentía pesado, y mi cabeza dolía pero de alguna forma ayer logré ducharme y cambiar me de ropa, algunos fragmentos de lo sucedido anoche se colaban por mi mente, estaba feliz de recordar todo, o al menos la mayoría de cosas, me dirigí al baño y cuando me mire al espejo mis ojos se abrieron con sorpresa, en mi cuello justo en dónde Shi oh me había besado se encontraba una marca de un color morado muy notorio, no me alarme y solo lo tape con algo de maquillaje que si bien no era mucho, funcionaba para ocultarlo. El resto del día lo pase en mi casa sin hacer nada.

(...)

Luego de la cena, mamá nos llamó a mi y a Nam-soon a su despacho, lo cual se me hizo raro pues normalmente solo hablaríamos en la sala, una vez cada una sentada comenzó a hablar.

- Hijas como saben, todas las mujeres de esta familia han sido bendecidas durante años con una fuerza inimaginable además de ser muy veloces, es un poder que se nos ha dado para combatir el mal, y quiero que ambas estén enteradas de un tema importante- Estaba hablando de una forma muy seria, y no mentiría, me entró curiosidad.

- ¿Qué quieres decir con esto mamá?¿De que tema hablas?- Pregunté, estaba confundida, pero Nam-soon no lo parecía.

- Hija, quiero que ambas trabajen juntas, se infiltren en una empresa llamada Dogoo y traigan algunas cosas para analizarlas- Hablo ella mirándome.

- ¿Por qué nos pides eso? No entiendo.- pregunté, pues no me parecía correcto hacer eso pero quería saber el porqué.

- Luego te lo explicaré hija, pero por el momento haran eso ¿Sí?- Dijo ella acercándose y tomando mis manos mirándome a los ojos.

Yo suspiré y asentí sabiendo que no tenía de otra, pues aceptará o no lo haria igual. Mire a Nam-soon y ella no se veía para nada confundida como yo, tal vez sería esto de lo que estaban hablando el otro día, pero igual no quería estar metida.
Después de todo ese tema me lleve a Nam-soon a mi cuarto para ver si le podía sacar algo de información.

- Dime que está pasando Nam-soon, ¿Por qué mamá pidió eso? - Le dije mirándola a los ojos.

Ella suspiro pero luego se sentó en mi cama y comenzó a hablar.

- Pues a cambio de que caniche me ayudara a encontrarlos le prometí que lo ayudaría en un caso, y tengo que infiltra me a Dogoo y buscar cosas de color blanco, mamá insistió en que tú también debías participar de esto y a caniche no le molestó así que ahora aquí estamos - Mientras hablaba miraba sus manos, se notaba que estaba afligida por esto.

- No te sientas mal Nam-soon, se cómo es mamá algunas veces, y lo entiendo pero no te preocupes no estaré mucho metida, solo te ayudaré en esto y hablaré con mamá - Le dije para después abrazarla.

- Está bien, muchas gracias Len-hee, iremos mañana a Dogoo - Dijo ella un poco más animada.

- Bien, entonces mañana empieza esto, ahora vamos a dormir- Luego de eso Nam-soon se fue a su habitación y yo me acosté a dormir.

(...)

Al día siguiente ya se encontraban los tres en Dogoo, habían conseguido el trabajo bajo nombres falsos, más que nada por seguridad y ahora estaban subiendo cajas a los camiones para transportar. Len-hee le pidió a Nam-soon que ocultara su fuerza al menos por el momento, pues no quería que llamaran mucho la atención y Nam-soon estubo de acuerdo.
Esa misma noche se metieron a la bodega y se llevaron muchos productos, todos de color blanco como se les había pedido, en un momento Hee-sik se fue con Nam-soon a investigar por otro lado, y Len-hee se quedó sola, escucho sonidos de pasos y se estaba acercando a ese lugar, pero Nam-soon la llamo porque Hee-sik se había lastimado además de que ya tenían lo que querían y se irían.

Decidieron seguir trabajando unos días más para no levantar sospechas, y en esos días Len-hee tuvo que usar su fuerza en algunas ocasiones, mayormente cuando Nam-soon no iba a trabajar por hacer otras cosas pues no tenía ayuda y quería terminar rápido, usaba su fuerza cuando levantaba muchas cajas, o hubo una ocasión en la que tuvo que detener una máquina para que un trabajador no saliera lastimado, todo esto era visto por su jefe, quien tomaba videos de lo que hacía Len-hee y los difundía haciendo que los distintos sectores del trabajo se enteren hasta que llegó al CEO de todo, Ryu Shi Oh. Cuando Shi Oh vio los vídeos no reconoció a Len-hee pues ella siempre se encontraba usando un tapabocas con una gorra ocultando su rostro, pero le sorprendió la increíble fuerza que esa chica tenía, por lo que terminó llamándola a su oficina pensando en darle un puesto más apropiado.
Cuando Len-hee fue llamada por el CEO lo único que se le ocurrió fue que la despedirían por haber robado esos productos, pero grande fue su sorpresa al entrar a la oficina y reconocer a Ryu Shi Oh, el chico con el que se había besado noches atrás. Ella se acercó a el mirando hacía el piso por la vergüenza que sentía, pero el quería ver su rostro, pues era la primera vez que la veía sin el tapabocas y la gorra.

- Así que, Nim-joo, ¿Sabe por qué está aquí?- Pregunto el con un tono confiado.

- Si y lo siento mucho, le prometo que no volverá a pasar- Hablo ella sin apartar la mirada del suelo.

- Por favor, míreme a la cara cuando me habla.-

Len-hee no quería subir la mirada, pues sabía que el la reconocería también, no tenía idea de que el fuera el CEO de ese lugar, si lo hubiera sabido, nunca se habría aparecido en su oficina. No le quedo de otra que mirarlo cuando el insistió y trato de actuar lo más normal posible.

- ¿Len-hee? Pero como es posible, ¿Qué está pasando?- Dijo el muy confundido por la situación.

- Hola Shi Oh, ¿Como has estado?- Dijo ella un poco cohibida.

Luego de eso ella de sentó en uno de los sofás que habían en la oficina de el y le contó lo que estaba pasando, o más bien lo que ella había inventado.

- Mmh, osea que peleaste con tú madre y te fuiste de casa y ahora quieres demostrar que eres independiente.-

- Exacto.- Respondió ella rogando que le creyera.

- Y buscaste trabajo aquí con un nombre falso para que tú mamá no te encuentre y se burle de ti, porque cancelo tus tarjetas.-

- Si... Es un poco vergonzoso así que no hablemos mucho de eso, por favor.-

- Lo entiendo, esta bien, dejando ese tema de lado, dime qué has hecho, no te he visto desde esa noche.- Dijo el mirándola con una sonrisa burlona.

- Eh, pues nada interesante la verdad, ahora mismo estoy trabajando aquí como repartidora.- Cuando menciono esa noche recordó algo muy importante, se levantó de su asiento rápidamente y se acercó a el.

- Hablando de esa noche, ¡¿Sabes lo que hiciste verdad!?- Dijo apuntando a Shi Oh con su dedo índice.

- Pues recuérdamelo, hice muchas cosas esa noche, no se a que te refieres.- Dijo el riendo.

- ¡Me refiero a esto!- Ella bajo un poco el cuello de su remera para mostrar de lo que hablaba. - Mientras me besabas, me dejaste un chupón, ¿Qué crees que hubiera pasado si mi mamá me veía así?-

Si bien el chupón no tenía ese tono mirando tan fuerte, aún se distinguía en su cuello. Shi Oh solo se rio y contesto.

- Puede que me haya dejado llevar un momento... Pero no pasó nada ¿O sí?- Dijo sin dejar de mirar a Len-hee a los ojos con coquetería.

A este punto Len-hee se encontraba roja por el atrevimiento de Shi Oh con sus palabras, no sabía que responder por lo que se volvió a sentar y tratando de esquivar la mirada de el respondió.

- No, no pasó nada, pero eso no se repetirá- Trato de hablar con firmeza pero su voz flaqueo un poco.

- Eso ya lo veremos, ¿Quieres ir a cenar conmigo hoy?- hablo el sonriendo.

Por supuesto que ella no aceptaría ir a cenar con ese tipo, tenía que volver a su casa y dejar definitivamente ese trabajo, ya había hecho lo que le habían ordenado, no había razón para quedarse.

________________________________________________

¿Qué pasará entre Len-hee y Shi Oh?
¿Cómo serán las cosas para ellos a partir de ahora?
¡Los estoy leyendo!

DecisionesWhere stories live. Discover now