Prólogo

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—¿Qué estás diciendo?—me interrumpe cuando comienzo a explicarle la razón del porque no he tenido mucho tiempo para estar con él. A esta hora el salón de baile se encuentra vacío, los alumnos de su clase ya se han ido—EunSeo, ¿Cuándo demonios pensabas decírmelo?

—Quería esperar que fuera algo seguro...

—Oh, así que no te importaba mentirme.

—Jimin, no seas tan exagerado. ¿Nunca has tenido algún plan y prefieres que sea seguro para contarlo a los demás?—rueda los ojos cruzándose de brazos.

—¿Sabes lo que estás diciéndome?, vas a irte a España, estaremos muy lejos, no siempre podré viajar para verte.

—Es una oportunidad de trabajo para mí, sabes que quiero dar mis propias clases de baile y aquí no lo estoy haciendo—me acerco a él para abrazarlo. Por un momento se rehúsa, pero acaba devolviéndome el gesto—Mi prima abrió una pequeña academia, uno de esos salones será mío, podré hacer lo que quiero—lo miró—¿No puedes alegrarte un poco por mí al menos?

—No, la verdad no puedo—toma mi rostro entre sus manos—No te vayas, EunSeo.

—Jimin, yo...—esta vez me interrumpe con un beso. Mis labios corresponden automáticamente, el beso es más intenso de lo que me gustaría, jadeo en cuestión de segundos por aire, cuando quiero retroceder él me lo impide al aferrar sus brazos a mi alrededor. Me quejo luchando por soltarme—Jimin—forcejeo con él alcanzando a empujarlo. Me mira sorprendido y un tanto molesto—¿Estás loco?

—Claro que lo estoy, por ti—se acerca como si estuviera cazándome—EunSeo, no puedes dejarme.

—Será mejor que me vaya, tienes mucho en que pensar—cuando me dispongo a recoger mi bolso pasando junto a él me detiene jalando de mi brazo—¡Jimin!

—¡No puedes dejarme!, ¿Dónde queda lo nuestro?—aprieta tan fuerte mis brazos que me lastima. Comienzo a sentirlos entumecidos, intento que me suelte y lo consigo, lo malo es que mi equilibrio se pone en mi contra, Jimin me empuja hacia atrás, mis pies tropiezan con mi bolso en el suelo, caigo y mi cabeza choca con el cristal de la pared, ese espejo que permite a los bailarines verse así mismos en sus danzas—¿EunSeo?—la preocupación en el rostro de Jimin es evidente.

Me siento mareada, mi cabeza duele y siento que algo se desliza en mi nuca, la expresión de Jimin cambia a una de horror, a mi alrededor hay pedazos de cristales rotos...y algunos tienen sangre. Caigo al suelo dejando que mis ojos se cierren por sí solos.

Estoy muy cansada de repente como para luchar.

Este el libro final de la trilogía Realidad con la maknae line

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Este el libro final de la trilogía Realidad con la maknae line. Cabe recordarles que cada uno de los tres libros de la trilogía cuenta una historia diferente, no es necesario leerlo en orden.

Excesivo • PJMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora