soledad (one-shot)

soledad

Soledad, como un sentimiento tan simple, más bien dicho, como una simple palabra podía capturar con tanta facilidad, con tanta exactitud, el extraño torbellino de emociones mescladas como una sola , porque al fin y acabo eso era un torbellino, la abundancia de una cosa o coincidencia de muchos sucesos que parecen girar alrededor de alguien produciendo sensación de aturdimiento o mareo , en este caso eran todas las emociones de Catra mescladas girando alrededor de una sola persona.
Soledad, como una palabra podían capturar todo el mar de emociones sentimientos, vivencias que alguna vez fue la vida de Catra.

Como una sola palabra, ni siquiera una frase, ni siquiera una oración, lograba describirla tan perfectamente.
lograba describir lo era y lo que fue.
Lo que pudo haber sido y lo que no.
Tal vez ... tal vez ya me estoy yendo del tema, pero eso ahora no importa.
Soledad, eso es lo que siente ahora.
Eso es lo que le duele y le carcome el alma.

Lo que siempre ha sido.

Lo que siempre va a hacer ...

Y aunque la haga sentir vulnerable, débil, aunque le duela, aunque le arda el alma con solo pensarlo y por mas que la ira se apodere de ella, lo tiene que aceptar.

Tenía que aceptar que eso no era más que la cruel y pura verdad.
Verdad que su boca no se atrevía a pronunciar.
Palabra que su mente no quería procesar.

¿Le dolía?
¡oh por etheria, claro que le dolía!
¿Cómo no iba a dolerle?

Se preguntaba a ella misma

Lagrimas tras lagrimas salían del azul y amarillo brilloso, de lo que alguna vez fueron ojos hermosos, alegres, encantadores. Ahora no eran más que cuencas que reflejaban temor, ira y tristeza.

Temor, al no querer comprobar la respuesta que su mente le gritaba a toda fuerza y su corazón lastimado desesperado buscaba negarla, aunque supiera que fuera cierta.

Ira, al dejarle ganar a la ilusión en vez de la razón a sabiendas que al final la lastimaría. Ilusión de creer que ella se arrepentiría, de que volvería, de que todo volvería a ser como antes. De pensar de que luego se aburriría de esos rebeldes, rebeldes que a pesar de haberlos conocidos unas cuantas horas la habían remplazado como si nada ¿es que acaso eso era lo que ella valía... nada?

Tristeza, al aceptar que la razón tuvo razón todo el tiempo. Raro ¿no?
Tristeza de pensar en el fantasma de lo que fue y lo que pudo haber sido. ¿Qué hubiese pasado si nunca hubiesen ido a los bosques?, ¿si la hubiese acompañado? ¿algo cambiaria? Por más que sabia la cruel respuesta quería pensar que sí.

Soledad, esa insoportable palabra rotaba en su mente cual horroroso eco.

Esa palabra, que ahora a flor de piel sentía más de lo que alguna vez pudo haberla sentido, rotaba específicamente alrededor de una sola persona.
Persona que una vez amo
Persona que una vez odio
Persona que sigue amando, pero su lastimado corazón se niega a aceptarlo
La Persona dueña de sus pensamientos
La Persona responsable de sus sufrimientos más internos

Sentimientos tan contradictorios se desarrollaban en su interior, dando una guerra para ver quien tenía la razón, hiriéndose los unos a los otros en el proceso.

- Odiaba a todo el mundo, claro que lo odiaba- fue lo que su lastimada garganta intento decir, siendo amordazada por las espesas lágrimas producto de sus ojos

- odiaba a Adora, con toda su alma- quiso gritar mas, su corazón lastimado se lo negaba. En lugar de aquello que ella estaba pensando salió un misero grito ahogado.

Se estaba ahogando entre cada hipido que soltaba, buscando aire, buscando algo nada de eso le importaba.

El odio la consumía con cada día que pasaba, pero no se daba cuenta y de todos modos no quería hacerlo.
Se sentía sola en aquella enorme habitación, perteneciente a los capitanes de la fuerza. Se sentía ahogada en esas enormes cuatro paredes que lo único que contenían eran una horrible cama, un baño y un escritorio.