-Chlo, ¿qué te pasa?-Preguntó Maddie por tercera vez en el día-¡Has estado actuando extraño toda la mañana!-Maddie tenía razón, desde qué Chloe llegó no la había visto haciendo nada más qué sosteniendo su cabeza con sus manos, fruncir el ceño, acostar toda la cara en el pupitre, taparse el rostro con las dos manos y cómo por sí fuera poco, su cara de trauma no ayudaba mucho.
-No me pasa nada, Madison.
-Oh, no, si te pasa, ¡Te conozco más de lo qué tú misma te conoces!-Chloe cambió su rostro totalmente a preocupación y volvió a tapar su rostro.
-¡Maldición!-susurró-¡Pero prometeme qué no vas a juzgarme!
-¡Diablos, Chloe! ¡Nunca lo haría, soy tu mejor amiga!
-Maddie-dijo haciendo un berrinche más un puchero y halandola hacia el jardín para qué nadie les oyera.
-¡Demonios, Chloe!, ¿¡Qué te tiene así!?
-¡¡Ains!!-Volvió a hacer berriches tapándose nuevamente la cara-Maddie... Es qué yo m-me; m-me; m-me..
-¡Okey, basta de tartamudear! ¿¡Qué no confías en mi tonta!?
-Me acosté con Paige.
-¡Espera!, ¿¡QUÉ!?-No faltó mucho para qué el rostro de Chloe se tornara completamente rojo.
-Ayer... En la fiesta.
-Maddie sonrió casi psicópata-¡Cuentame!-Gritó.
-Fue ayer en la fiesta...-Comenzó a relatar.
Chloe no suele beber, ni wisky, ni cerveza, ni vino, ni nada por el estilo, ella piensa qué eso no le ayudaría a divertirse, pero ése día lo había hecho, después del divorcio de sus padres, lo hizo por primera vez en ésa fiesta. Paige quién lo hacía a menudo, al ver a su amiga sentada sola en aquélla mesa, bebiendo innumerables cantidades de todo lo qué pudiera y con sus ojos notablemente cristalizados, se acercó a ella con una botella de cerveza en la mano a medio tomar-Chlo, ¿Estas bien?-Chloe volteó con rapidez y al ver allí a Paige dio una media sonrisa, aunque salió más cómo una mueca.
-Hola..-susurró. Paige con preocupación se acercó a ella.
-Recuerdo qué no bebias-Chlow negó, Paige se sentó en la misma silla qué ella y dio un pequeño sorbo de su bebida.
