“Eras tan pequeña... siempre pensé que necesitarías que alguien cuidara de ti, por que eras tan frágil. Tú, eras la chica más sencilla del planeta, tus hermosos ojos marrones siempre me hicieron verte a ti antes todo lo demás.
Recuerdo la primera vez qué te vi llegar, fue en el 3 grado. Ese sweater blanco te quedaba increíble, eres hermosa, Chloe Lukasiak, ¿acaso te lo han dicho? Esperó qué no. Te quiero sólo para mi.
xx.”
—¡Dios! Es tan hermoso. ¿Quién diablos está enviándote estas cosas? Si que debe amarte, Chloe.—Chloe se sonrojó levemente y asintió.
—Yo ya le amo y no le conozco..—Jane sonrió mirando a su amiga.
—Hey, Chlo.—Chloe sonrió observando a Paige sentarse a su lado, volteó para besar su mejilla y sonrió.
—Hola, bebé.—dijo sonriente. Paige rió.
—Mira—levantó el pequeño papel que tenía en su mano—Otra carta.—Paige dió una sonrisa ladeada.
—Muestrame.—dijo con seguridad.
Chloe levantó su mano entregándole la carta. Paiga la leyó y Chloe creyó que su cara era un poema.
—¿Cómo te sientes con esto?—dijo Paige sonriente.
—Siento que me enamoro, pero... ¡Es estúpido, Paige! Ni sí quiera le conozco.—Paige rió.
—Nada es estúpido, nena, te comprendo.—Chloe asintió.
—Gracias, Paige...
Día siguiente.
“Muñeca, cada día estas más hermosa, me gusta tu croptop, esperó que no sientas que porque no sepas quién soy voy a olvidarme de ti. Tienes un gran corazón, Chloe Lukasiak, jamás podría olvidarte, quiero ser quién te cuide, quién te proteja de la oscuridad. Déjame enseñarte lo fácil qué es ser feliz, déjame demostrarte qué es más fácil cuando estas completa. Sabes chloe, no me siento rechazado/a porque no me conozcas, me siento feliz tan sólo de ver tu sonrisa cuándo lees alguna de estas porquerías. Me alegra saber qué te hago feliz, aunque sea un poquito. Esperó qué esté/a acosador/a tenga aunque sea un 1% de tu corazón, con eso me basta.
Buen día.
