• • Capitulo 20 • •

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¡¡¡ ADVERTENCIA !!!

Este capítulo se le puede describir con la palabra: “ANGST” si están acostumbrados con el término ya sabrán, y los que no, solamente les diré que esto será triste, por lo tanto, si eres una persona sensible pero aún así quieres seguir leyendo, te me preparas preciosx.

Ya con todo aclarado, les dejó con el capítulo, ¡disfruten!

Atte: Morit4.






































“Truenos”

Narrador omnisciente

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Narrador omnisciente

            VOLVAMOS al tiempo donde todo estaba más “tranquilo”, dónde no había que preocuparse por lo que pasaría en el multiverso.

Donde Spiderman aún seguía vivo y apenas estaba comenzando.

Donde ______ era solo eso, una niña, la niña consentida de su padre Roberto.

Para el hombre, aquella niña era la segunda luz de sus ojos, la amaba tanto como amaba a su esposa.

Roberto era alguien en muy buena forma pero era bastante robusto al mismo tiempo, por lo tanto, a lado de su esposa, ella era algo diminuta.

Y su hija aun mas.

Una pequeña y alborotada niña que siempre tenía el pelo hecho un desastre a los minutos de peinarlo.

O tenia la cara rayada, o en unas ocasiones, con dos dientes de regaló para su mamá.

Ojo, que la pequeña en sus travesuras no estaba sola, tenía un cómplice mucho más grande que ella, y que siempre la defendería cuando le tocaba juicio con su madre.

En pocas palabras, Roberto era un hombre presente en los primeros años en la vida de su niña.

Claro, hasta que su padre poco a poco fue desapareciendo debido al trabajó cómo doctor.

Pero para sorpresa de su madre, la pequeña _______ se acostumbró a eso, ya que lentamente su mente le repetía que él pasaría por esa puerta y la ahogaría en un fuerte abrazo, un abrazo que la pequeña correspondería como pudiera.

También habia veces que él llegaba y le contaba lo que pasó a su esposa en el hospital, le contaba sobre los pacientes que llegaban y todo el drama en el mismo.

—Ahh, ¿con que para eso tenés oídos? pero ¿Cuándo te pido que me juntes tu ropa para lavar te volves sordo?—Pregunto la mujer mientras lo señalaba con la cuchara al más alto, el cuál dirigió su mirada a su hija.

—¿Cómo está la hermosa niña de mis ojos?—Hablo en voz chillona y aguda el hombre, haciendo que la nena empiece a reir por la expresión ofendida y exagerada de su madre.

•𝐄𝐘𝐄𝐒 𝐃𝐎𝐍𝐓 𝐋𝐈𝐄•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora