nuevo comienzo

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Enid

Me había despertado hace rato, no era muy temprano pero tampoco era tan tarde, había dormido tan bien y tranquila como nunca lo había hecho y más abrazada de Merlína.

-sabes, en unas semanas volvemos a nunca más y me gustaría que no importa si decimos o no que estamos juntas, tal vez se den cuenta rápido, talvez no y me da igual, no necesitamos decir nada- apreté más el abrazo

-esta bien Enid, con lo que tú te sientas más cómoda y sabes que las muestras de afecto tan evidentes o en general no me gustan, aunque contigo las tolero- dijo desviando poco la mirada, mientras un ligero rubor aparecía en su rostro, se ve tan bella así.

Escuché pasos subir las escaleras y supuse que era su hermano para llamarnos a desayunar, anoche me había quedado dormida después del vuelo, fue un viaje muy rápido y llegamos casi a las 3 de la madrugada por lo que después de curarme todos fuimos a dormir.

-puedo entrar?- escuché hablar a un niño pequeño, levanté una ceja y me alejé de Merlína, ella se estiró y restregó sus manos en su cara -adelante demonio- dijo

Se abrió la puerta y ví a un niño pequeño de unos 6 años correr hacía nosotras, subiéndose a la cama de un salto, el me vió curioso y a la vez molesto, comenzó a olfatearme y se acercó lentamente más a mí, abrió los ojos de par en par, cuando estuvo bastante cerca y vió a Merlina con la boca abierta y muy asombrado, Merlina solo sonrió.

-ella es el olor bonito del peluche!?- ví incrédula a Merlína y está me sonrió asintiendo para su hermano? -puedo- me señaló, Merlina asintió y me vió de nuevo yo sonreí entendiendo lo que quería hacer, abrí la cobija y el entró fácilmente, colocándose en medio de Merlína y mío, sentí sus manitas frías abrazarme escondido su cabecita en mi cuello, yo respondí su abrazo y escuché como respiró profundamente y se puso en una posición cómoda.

-le gusta tu olor, hace unos días encontró el peluche que me diste y el pequeño demonio se lo robó porque le gustó su olor, verdad que sí raterito del diablo?- Merlína le hizo cosquillas con su dedo y la risa ahogada entre mi cuello y mi hombro se escuchó yo reí al igual que Merlina.

-se llama pubert, es mi hermano pequeño- dijo Merlina abrazándonos a ambos, su cara se veía aún medio dormida al igual que la de pubert que en realidad ya se había quedado dormido en mis brazos.

-es adorable- sonreí viendo al pequeño como se restregaba oliendome -es un engendro del demonio, ni Pericles se atrevió a molestarme tanto, tiene la actitud Addams muy marcada y es muy fuerte pero es demasiado cariñoso, es muy extraordinario, le gusta molestarme abrazandome, invadiendo mi espacio personal, durmiendo conmigo o sentándose sobre mí, es tortuoso- rei bajo y pasé mi brazo por su hombro, acariciándolo.

-es un niño, necesita afecto de su figura de autoridad y por lo que eh visto tienes mucha más autoridad incluso que tu padre, por lo que es normal que el se sienta más atraído por ti, normalmente los cachorros adoptan a la figura paterna que más les convenga para seguirlo como su ejemplo.

Ella me vió confundida, es obvio que no tiene ni idea de la crianza de un cachorro, si ni siquiera sabe de las parejas es más que evidente que menos de como criar a un bebé, sonreí y dejé un beso en sus labios, para después dejar uno más y así comenzamos a darnos besos, hasta que unas manitas detuvieron nuestras caras, ambas bajamos la mirada y vimos a un pubert molesto, haciendo pucheros

-¿Que pasa pubert?- dije y este inflo más su cachetea y empujó a Merlína con los pies casi tumbadola de la cama y me abrazó de nuevo.

-alejate, mía- se volvió a esconder en mi cuello, Merlína se levantó de golpe con una cara sería casi perceptible su molestia en su mirada, sonreí nerviosa.

Ojos color Cielo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora