Vínculo inquebrantable

9 4 0
                                    

SHOT ESCRITO POR: Jeral_loveFRASE: Lo que ahora nos une es un vínculo indefinido

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

SHOT ESCRITO POR: Jeral_love
FRASE: Lo que ahora nos une es un vínculo indefinido.

Soy Rocío, una joven amante de los animales vivo en un acogedor apartamento en la hermosa ciudad de Antofagasta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Soy Rocío, una joven amante de los animales vivo en un acogedor apartamento en la hermosa ciudad de Antofagasta. Mi vida está llena de responsabilidades y desafíos constantes, pero siempre encuentro tranquilidad en la compañía de mi gata llamada Noche. Permíteme llevarte atrás en el tiempo, a aquel momento lleno de emoción y expectativas cuando decidí buscar un compañero que estuviera a mi lado en los momentos difíciles y me ayudara a lidiar con mis problemas de ansiedad.

Recuerdo estar parada frente a un impresionante edificio donde se ofrecían en adopción diferentes tipos de animales. Es triste pensar que muchas personas deciden abandonar a sus mascotas cuando ya no las quieren, pero afortunadamente existen refugios de mascotas que buscan encontrarles el mejor hogar a esos indefensos animalitos.

Al golpear la puerta, apareció una mujer amable, un poco mayor pero con una calidez evidente en su mirada. "Hola, linda", me saludó.

—¿Deseas adoptar a tu nuevo compañero?—

Aunque sentía un poco de miedo, admití mi deseo de encontrar a mi compañero peludo. La mujer me aseguró que no debía tener miedo, ya que todos los animales que estaban allí buscaban un hogar amoroso.

Con decisión, dije que estaba lista para conocer a los animales. Entramos juntas y me sorprendió gratamente la agradable atmósfera del lugar. Las paredes estaban pintadas de un suave color verde que transmitía una sensación de tranquilidad. Una esponjosa alfombra blanca decoraba el suelo de madera, y en una de las paredes se exhibían cuadros con fotografías de las mascotas en adopción. Con la señora Sara, la encantadora mujer, comenzamos a caminar mientras ella me contaba la historia de aquel lugar lleno de esperanza y amor por los animales.

Mientras pasábamos por un área donde algunos gatos jugaban, mis ojos se posaron en una hermosa gata negra que estaba sola en una esquina. —Oh, qué hermosa gata—, mencioné emocionada. La señora Sara confirmó mi admiración y me dijo que llevaba dos años en el refugio, esperando pacientemente a que alguien la quisiera.

Sin poder resistirme a su encanto, pregunté si podía tomarla en mis brazos. La dulce sonrisa de Sara fue mi respuesta y me aseguró que la gata era muy cariñosa. Sin entender por qué aún seguía en el refugio, una pequeña lágrima recorrió la mejilla de Sara mientras mencionaba los prejuicios que aún existen hacia los gatos negros.

Llena de determinación, caminé con la gatita en mis brazos, sin pensarlo dos veces, y tomé la decisión de adoptarla. Era como si desde el primer momento en que la vi, sentí una conexión inexplicable, como si ella estuviera esperando por mí.

Noche es una gata hermosa, con un pelaje tan negro como la noche y unos ojos verdes brillantes que parecen reflejar la sabiduría del universo. Cuando llegamos a casa, inmediatamente le preparé agua y comida fresca cerca de la cama que le había comprado el día anterior. Ella comió un poco y luego se fue a dormir.

Por mi parte, me senté en un cómodo sillón que daba justo a una ventana y me quedé allí, mirando hacia la nada, perdiéndome en mis fantasías. Fue entonces cuando comencé a sentir un suave ronroneo, que me hizo volver a la realidad. "Ya sé que es tarde", dije mirando a la gata frente a mí, "iré a dormir ahora".

Ella me respondió con un Ñau, movió su cola y volvió a su cama. Me sentí reconfortada al saber que tenía a Noche a mi lado, brindándome compañía y cariño en esta nueva etapa en nuestras vidas.

Ya había pasado una semana desde que aquella gatita llegó a mi vida y no podía estar más feliz. Juntas fuimos armando una rutina en la que tanto ella como yo estuvimos cómodas. Noche llegó a llenar mi vida de alegría y felicidad. Aunque a veces ella se enoja y me da unos pequeños resguños a los que yo suelo llamar "Rasguños de Amor".

Ese día estábamos jugando con una pelota, la cual ya era una de sus favoritas. La hice rebotar contra una pared y al ser alcanzada por la felina, siguió rodando por toda la casa, lo cual me causó mucha risa. Me reí con tantas ganas que llegaba a llorar. Sin dudas, mi compañera tenía momentos graciosos que me hacían reír, incluso cuando estaba triste, lo cual ocurre constantemente debido a mi ansiedad. Según el médico, desde que tengo a mi amada gatita, mis niveles de ansiedad han disminuido de una manera favorable y eso se ha notado en mi día a día. En definitiva, Noche vino a convertirse en mi salvadora.

Luego de varios meses de amistad y compañía, decidí que era hora de agradecerle a Noche por todo lo que había hecho por mí. Organicé una pequeña celebración en honor a nuestra amistad y a la felicidad que ella había traído a mi vida. Decoré el apartamento con luces suaves y puse su comida favorita en un plato especial.

Mientras Noche curioseaba por la habitación, me acerqué a ella con un regalo en mis manos. Era un collar brillante con una placa que decía "Mi compañera fiel". Con lágrimas en los ojos, le coloqué el collar alrededor de su cuello y le susurré al oído: "Gracias por ser mi salvadora, mi amiga y mi confidente. Te amo, Noche".

En ese momento, sentí una conexión aún más profunda con mi gata. Parecía que ella entendía cada palabra que le decía, y su mirada llena de cariño me llenó el corazón de alegría. Nos abrazamos y nos prometimos seguir juntas, enfrentando todos los desafíos que la vida nos pudiera traer. Sabía que si la tenía a ella nada me podría afectar.

Pero algo dentro de mí me hacía sentir que está felicidad no dudaría por mucho tiempo y ese sentimiento siguió conmigo por los  días siguientes.

Un día mientras iba a comprar algunos ingredientes para preparar arroz con leche vi como una gata salía de una ventana y comenzaba a correr persiguiendo un pequeño pajaro quien trataba de volar rápido para así poder escapar de su depredadora, continúe con mi camino cuando una repentina ventisca hizo que mi cabello se me viniera a la cara impidiéndole ver por dónde iba.

Luego de llegar a la tienda y comprar lo que necesitaba, pague y me dirigí a casa, pero algo llamo mi atención en la esquina habían muchas personas reunidas al parecer había habido un accidente con curiosidad me acerqué, pero nada me preparo para lo que vieron mis ojos. Allí tirada sobre la fría acera yacía tirada una gata que se me hacía familiar, comencé a temblar al darme cuenta de que era mi Noche.
Mil preguntas invadían mi mente en ese momento, pero ya nada me devolvería a mi fiel amiga, sin pensarlo corrí hacia ella la tomé en mis brazos y comencé a llorar recordando todos los momentos vividos. Me quedé en ese lugar durante toda la noche cantándole como solía hacerlo.

Cinco meses después

Ya habían pasado cinco meses desde la partida de mi fiel compañera y amiga a la que recuerdo constantemente y siento que me acompaña a donde voy.

Hoy iría a visitarla, salí de casa y camine con dirección al parque para gatos el cual era su favorito y en dónde con permiso de los dueños del lugar esparci sus cenizas y le hice una pequeña tumba junto a su árbol favorito.

—Hola— dije mientras una lágrima recorría mi mejilla—aquí estoy.

Me senté sobre el césped junto a ella y le comencé a cantar, una suave brisa acarició mi rostro como si fuera Noche quien me dice “ estoy aquí”

A lo lejos vi una silueta de alguien acercarse hacia donde yo me encontraba, el chico se acercó a mí y comenzó a hablarme, pero yo no podía consentrarme ya que estaba perdida en su intensa y profunda mirada.

—¿Quieres comer algo?—  dijo mirándome directamente a los ojos

—Creo que me haría bien comer— respondí casi sin ánimo

—Entonces vamos— conozco un buen lugar aquí cerca

Nos paramos y fuimos a ese lugar misterioso que resultó ser un Restaurante de comida italiana atendidos por sus propios dueños lo cual le daba un toque hogareño a aquel lugar.

—¿Que van a pedir jóvenes?— pregunto la dulce señora que estaba delante de nosotros.

—Nos puede traer una pizza margarita por favor—dijo Juan amablemente.

—En un momento estará lista— comento la señora y se fue dejándonos solos.

Un incómodo silencio se instaló entre los dos, hasta que de pronto el comenzó a hablar.

—Sabes, desde hace tiempo tenía ganas de acercarme y hablarte pero tenía dudas—confeso el chico frente a mi.

—Porque—pregunte intrigada por su confesión
—Porque siempre te veía visitando aquel lugar donde te encontré— y yo se respetar el dolor ajeno.

—De verdad agradezco eso—no muchos entienden que más que una mascota es un miembro de nuestra familia— mencioné mientras una lágrima caía por mi mejilla.

—Yo lo entiendo— respondió el secandome la lágrima y provocando que mi piel se erice al sentir ese simple gesto.

Lo paso continuación nunca lo esperé…
Se levantó de su silla y comenzó a caminar hacia mi, se inclinó y me besó.
Yo estaba en shock sin saber cómo reaccionar y al parecer el lo noto ya que rápidamente se separó.

—Perdon, no dibi hacer eso— exclamó con una sonrisa triste.

—No es necesario que me pidas perdón— creo que ya es momento de que le dé una oportunidad al amor— di un largo suspiro.

—Aquí tienen su pizza jóvenes enamorados— exclamó la  amable señora dejando la deliciosa y humeante pizza frente a nosotros.

—Sabes Juan— se que sonara descabellado pero de seguro el destino te puso en mi camino—

—Estoy seguro de eso Rocío.

Terminamos nuestra pizza y decidimos ir al cine a ver el Titanic, pero al llegar nos dimos cuenta de que estaba agotada por lo que vimos bajo la misma estrella

—¿Quieres palomitas de maíz?— puse cara de cachorrito.

—Ire a comprarlas— me dedico una sonrisa.

—Gracias— me pare de puntillas y le di un beso en la mejilla.

Favor de apagar los celulares antes de que comience la película.

Ambos hicimos lo que aquel hombre dijo, se apagaron las luces y comenzó la película
Seré honesta la película no fue de mi agrado, pero por suerte pude encontrar el modo de evitarla y sin darme cuenta a cada minuto me sorprendía mirando a aquel chico junto a mi. Era alto, tenía cabello negro, ojos café claros y piel trigueña y poseía una sonrisa que dejaría loca a cualquier chica, aunque no dejaba de preguntarme ¿Porque yo? habiendo tantas chicas porque se fijó en mi. No niego que soy hermosa o al menos eso me dicen pero aparte de eso no encuentro que tenga ningún “atractivo” para los hombres.
¿Será este el comienzo de una historia de amor?

—¿Que tanto me ves?— pregunto ocasionando que me asustara un poco.

—No estabas viendo la película— pregunté disimulando el susto que me ocasionó.

—Prefiero verte a ti— una sonrisa se dibujó en sus labios.

—Podemos irnos de aqui—suplique.

—Esta bien— vámonos, me tomo la mano y comenzamos a caminar.

Cuando salimos fuimos a ver una exhibición de arte contemporáneo que estaría solo hasta hoy en la ciudad.

Pasamos el resto de la tarde juntos y cuando comenzó a hacer frío el me compro un café(se que me hubiera puesto su chaqueta sobre los hombros pero sería raro andar con chaqueta en verano)

—Bien, esta es mi casa— dije señalando el gran edificio junto a nosotros—Gracias por este día.
—No tienes nada que agradecer— me gustó la compañía.

Se acercó más a mi, rodeo mi cintura con uno de sus brazos y me besó, pero esta vez yo también correspondi al beso.

Cerré los ojos y le agradecí al destino por ponerlo en mi camino.

Me separé brevemente de él y le susurré al oído.

—promete que no jugaras con mis sentimientos

—Jamás haría eso, te lo juro.

—Eso solo el tiempo lo dirá— volví a besarlo.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
«𝐁𝐎𝐎𝐌𝐏𝐀𝐑𝐓𝐘»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora