Buck y Kath se conocieron en la estacón de bomberos de L.A, donde se hicieron amigos inseparables. Ambos comparten la pasión por salvar vidas, el gusto por la adrenalina y el sentido del humo.
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Estábamos en San Ángelo, era un caos, habíamos pasado los últimos cinco días durmiendo intermitentemente ya que estábamos tratando de apagar un fuego masivo, y no solo la 126, había un montón de estaciones de todos lados.
Junto a Judd y Mateo estábamos detrás de los demás bomberos, escuchando a Owen que era uno de los encargados. Al terminar la charla, nos acercamos con Mateo a Marjan y TK que estaban con Paul.
-No nos va el amarillo ni el polvo- traté de bromear al ver nuestros aspectos. Unas diminutas sonrisas aparecieron en sus rostros antes de seguir caminando.
-Hay un acosador en una de las estaciones que acaba de llegar- dice Strand chico
-¿Que quieres decir?- pregunta Mateo
-Hubo un rubio que no paraba de mirar a Marjan... Fue incómodo
Judd se acercó a nosotros justo cuando Mateo y TK se alejaban porque unos bomberos los llamaron.
-Ustedes tres vengan conmigo, iremos a ayudar a unos niños que están en la línea de fuego. Iremos en cuatriciclos.
-¡Yo manejo!- dije emocionada.
-Necesitamos un paramédico- habló Judd
-Soy paramédico- dijo una voz a mis espaldas, estaba claro que sabía de quién era- Eddie Díaz, bombero de la 118 Los Ángeles. Médico en el ejército
-¡Eddie!- di vuelta corriendo a sus brazos, que me recibió felizmente. Traté de mirar a mi alrededor buscando a más de la estación
-Estas dentro- habló Judd. Luego me miró- ¿Tu antigua estación?
-Si, antes de eso estuve en el ejército con él
-Bueno ¿Que esperan? Tomen sus cosas y vámonos
Decidí ir con Eddie, además aproveché esto y jugué una mini carrera con Marjan en los cuatriciclos.
-Sigo esperando la pregunta que estás evitando- me dice el chico mientras se sostiene fuertemente
-¿Vino él contigo?- solté por fin
-No sabes lo emocionado que estaba por verte, cuando se enteró que iba a venir contigo a este mini rescate- negó con una sonrisa- por poco y me golpea por no dejarle el lugar
-Ese es mi chico- dije frenando junto al resto de los cuatriciclos
Segundos después de que hallamos bajado del vehículo, un hombre apareció de entre los árboles tosiendo hasta que se desplomó.
