Buck y Kath se conocieron en la estacón de bomberos de L.A, donde se hicieron amigos inseparables. Ambos comparten la pasión por salvar vidas, el gusto por la adrenalina y el sentido del humo.
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Nuevo día, nuevo turno.
Limpiaba la ambulancia y reponía las cosas que usamos, está vez no fue parte de un castigo, mientras escuchaba las risas de mis compañeros arriba. Me gustaba que estén felices, solo que ese no era mí caso.
La última semana la pasé horrible en el departamento, hasta el punto en donde busco un lugar al que mudarme, además de que no ayuda el hecho de que las cosas de marcos estén en todas partes. Varias veces intenté ir a visitarlo pero las enfermeras decían que el no quería visitas por lo que me terminaban echando de allí.
-Disculpa- detrás mío había una mujer, parecía molesta- ¿Sabes dónde está Evan Buckley?
-Subiendo esas escaleras
Minutos después de que ella subiera se escuchó el ruido de una cachetada por todo el lugar, luego volvió a aparecer mucho más molesta que antes.
Y aunque me haga parecer mala, sonreí al suponer que la cachetada era para mí amigo.
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Athena se acercó a nosotros con una mirada triste.
-No podemos hacer mucho por él. La fuerza del impacto lo partió en dos.
Mucho de nuestro trabajo no podríamos hacer más que Hen y Chimney revisaran a la otra víctima, por lo que seguí al cap que se había arrodillado al lado del hombre.
-Que tontería ¿Que hora es?- parecía no saber que sucedía a su alrededor- Debo ir a casa, Meg se enojará. Roger debe seguir allí afuera
-¿Quien es Roger?
-Mi hijo... Está en el porche esperándome...
Con el cap compartimos una mirada llena de tristeza.
-Escucha señor- hablé poniéndole una mascarilla de oxígeno, porque mucho más no se podía hacer- lo que nos importa en este momento es que esté cómodo ¿Si?
Un móvil empezó a sonar, lo saqué de la chaqueta del hombre y se lo mostré a Bobby. Este asintió y atendí, poniendo el aparato para que el hombre hablase. Al cabo de unos momentos hablándole a su hijo, el hombre se despidió.
-....Te amo, hijo...
El cap se levantó y se marchó de allí, mientras que yo no podía evitar derramar lágrimas por la escena frente mío.
-...¿Papi?
Al levantarme, una oficial me pide el teléfono para poder hablar con la familia.
