¿Cómo de difícil es la vida? ¿Cómo de difícil es mantenerse en un estado de tranquilidad y paz? Quizás es nuestro cerebro que por alguna razón busca cualquier cosa que esté mal en tu vida, para ponerle una lupa delante y no dejar que pienses en nada más.
Es amargo el malestar. Cuesta mucho centrarse en el camino propio. Mi mente se inclina a caer en un círculo vicioso de enfocarse en una persona que me cae mal y es como una china en el zapato de mi bienestar. Pienso en situaciones en las que me podría afectar algo que me dijera y cuál sería mi reacción. Estudio caminos futuros y escenarios de cómo estará y cómo estaré yo. Ojalá desapareciera de mi vida y no tendría que preocuparme, respiraría mejor.
Mi interacción con dicha persona está reducida a situaciones puntuales. Encuentros sociales que pueden ser cada varios meses. Pero está ahí. Está y sigue siendo igual de idiota. Sigue demostrando todas las razones por las que la desprecio en su vida diaria. Y aún así tiene amigos. Aún así hay gente que está alrededor de ella y la adoran, como si no pudieran ver la persona que yo veo. Como si todas las características negativas y tóxicas que tiene solo yo pudiera verlas detrás de su fachada. Es como si con una sonrisa hubiera engañado a todo el mundo, y nadie hubiera mirado más allá, en lo profundo de la persona, en la verdad de su ser.
Con esta y muchas cosas me encantaría tener la capacidad de concentrarme únicamente en mi camino. Preocuparme de las cosas que me afectan directamente. Sé que no se puede contralar lo que le afecta a cada uno, pero joder, que tranquilo estaría. Es como si estuviera caminando, y en vez de centrarme en lo que tengo delante, me fijara en un fuego a lo lejos. No puedo despegar la mirada del maldito fuego, y aunque me fuerce a hacerlo, sigo pensando en él de vez en cuando.
No sé, preocuparse por cosas es una mierda. No te aporta nada y te consume por dentro. Cansa. Por eso escribo, para ver si puedo pegar el pensamiento en las palabras y dejarlo ahí, para que me deje tranquilo de una vez. Yo voy a seguir mi vida y tratar de ver las cosas buenas que tengo, que son muchas. Si vuelve el odio ya me ocuparé de él cuando lo tenga, por ahora estoy un poco más tranquilo.
