1. La mudanza

30 7 5
                                    

Eran las siete de la mañana. Después de tomarme un café y darme una ducha me recogí el pelo y cogí mi abrigo. Tenia mis maletas ya en el coche, ya que mi padre las habia llevado la noche anterior, por lo que solo debí coger mi bolso y el móvil. Mi madre -como de costumbre- estaba nerviosa y estresada, siempre preocupada por si dejábamos algo. Buscando cualquier cosa que pudiéramos haber olvidado cuando solo quedaba una casa vacía.

Mi casa vacía.

Era una sensación extraña, sentía que estaba abandonando todos mis recuerdos. Como si se quedaran entre aquellas paredes y no fueran recuperados hasta volver. No íbamos de viaje. No volveríamos a esa casa.

Aun me costaba hacerme a la idea de irme. Echaría de menos muchas mas cosas de las que podría ofrecerme Baldwin.

Yo vivía en el centro de Oklahoma. Estaba acostumbrada al ruido, a la gente, la iluminación... Y según las fotos de Baldwin, ahí no había nada de esto. Mi casa era mi lugar seguro, y se que en ese pueblo de florida se estaría mas tranquilo, pero yo -por muy raro que parezca- ya habia conectado con Oklahoma y había encontrado calma y tranquilidad en todo aquello. En resumidas cuentas, no me apetecía nada tener que mudarme y abandonar todo aquello que había forjado durante años.

Tardamos unos 20 minutos en ir al aeropuerto. Fue un viaje un tanto incomodo, ya que mi madre no hacia mas que preocuparse, mi padre intentaba calmarla y mi hermana mayor Elisa y yo permanecíamos calladas ya que a ninguna de las dos nos apetecía despedirnos de nuestra ciudad natal para ir a un pueblucho con gente aburrida que ni nos interesaba conocer, bueno... mejor dicho no me interesaba conocer. Mi hermana estaba igual de cabreada que yo pero si estaba abierta a personas y experiencias nuevas. Lo que sabia que mas la dolía era despedirse de su novio, al principio pensaron en intentar una relación a distancia pero no se vieron capaces y quedaron como amigos.

-Eli, seguro que encuentras otro mas guapo en Baldwin, no te desanimes- Solo pretendía ayudar, pero Elisa me fulminó con la mirada. No la hacia mucha gracia que digamos...

-Gracias por tu motivación...- Puso los ojos en blanco.

-Lo digo muy en serio, si no nos hubiéramos ido, ¿habríais durado mucho mas?

-Cállate ya, solo haces que esto sea mas difícil

-¿Y por que debería callarme? ¿Acaso crees que eres la única que no quiere irse? Te equivocas

-Claro que no lo creo, pero tengo mas motivos que tu para quedarme en Oklahoma, yo tengo una vida hecha al menos.- Que dijera eso me dolió. Yo sufría por ese motivo. No tenia mucha vida social, ni si quiera tenia aspiraciones. En cambio ella era la típica chica con la vida organizada y con objetivos claros. Había aprendido a vivir con ello y sufrir en silencio, pero que lo dijera -además sabiendo que me iba a herir- me dolió mucho mas. Me quede mirando a mi hermana fijamente por un tiempo, pero mi madre rompió el silencio.

-Eli, tu vida puede rehacerse en Baldwin. Encontraras nuevos amigos, nuevas aficiones y podrás seguir estudiando veterinaria. Además no estáis teniendo en cuenta que es temporal y nos marcharemos lo antes posible.

-Pero no volveremos a casa, ¿no ves que el único sitio en el que queremos estar es en Oklahoma?- Repuse yo con un tono esta vez de indignación.

-Esto aun ni siquiera esta decidido, pero en Oklahoma no he encontrado ningún otro puesto de trabajo, y tu padre menos. Tendremos que buscar soluciones a los problemas, y de momento Baldwin es nuestra primera solución.

Mi madre sufrió realmente cuando se enteró de que mi padre había perdido su puesto de trabajo. Ganaba bastante y mi madre solo ayudaba en mi anterior colegio como monitora. Era un sueldo mínimo que utilizaban en ahorros o urgencias. Pero realmente el trabajo de papa era le que nos mantenía. Mamá no trabajaba en otra cosa porque prefería pasar tiempo con nosotras, en cambio papá siempre tuvo ambiciones, me pregunto si algún día seré como mi madre, sin objetivos fijos ni sueños. En Oklahoma encontrar trabajo era muy complicado, sobre todo con la edad de mis padres. Mi madre se había empeñado en que debía de buscar uno para ayudar a la familia, pero ni ella ni él lo lograron. Su solución mas rápida fue hablar con la familia y mudarnos temporalmente a Baldwin, a la casa de vacaciones de mis tíos -es de vacaciones porque le daban ese uso años atrás, pero ya hacia demasiado que nadie iba- Aparte de tener una casa a disposición habían encontrado trabajo, ambos en el colegio del pueblo. Mi padre como entrenador de gimnasia y mi madre como secretaria.

Solo sabia que eso no me iba a gustar mucho y querría volverme a los diez minutos de haber llegado, pero simplemente asentí al comentario de mi madre ya que quedaban tres horas de vuelo por delante y no me apetecía estar discutiendo. En cambio, pese a contenerme y guardar silencio, mi hermana decidió seguir con la discusión.

-Habéis encontrado un trabajo estable, estudios para nosotras, una casa que os gusta... ¿en serio después de todo será temporal?-

-Lo intentaremos. Sabemos que no es fácil para vosotras y además la casa no es nuestra.

-Si os acomodáis no tardareis en encontrar el modo de que si que lo sea, estoy segura.

-Pues yo estoy segura de que no y basta. Si no os gusta nos iremos en cuanto podamos, no os preocupéis mas.- Mi mare zanjó la conversación por fin. Lo cual nos dio un viaje mas tranquilo.

Al llegar a Baldwin solo pude reconocer que no me gustaría. Ya lo tenia asumido y lo comprendí aun mas cuando entré en la que seria mi casa durante mi temporada allí.

Era una casa grande comparada con nuestro piso en Oklahoma. Tenia dos pisos; en la parte inferior la cocina, baños, salón, comedor... y en la de arriba los dormitorios y dos baños mas. Estaba bien equipada pero era fea, y mucho. Era una mezcla horrible de rústico con moderno. Ni combinaba ni era bonito para la vista, y cuando entré en mi cuarto... Era amarillo, tenia un par de estanterías, un espejo y una cama amarilla también. El armario no tenia mucho espacio que digamos. Había cuadros con fotos de mis primas por toda la habitación. La casa era de ellos pero no entendía lo de las fotos asique las quité de inmediato. Mi sensación fue rara. Como cuando vas a un hotel y no te gusta.

Pero eso no era un hotel. Me iba a quedar bastante tiempo ahí. Y aunque tenia todo el verano para acostumbrarme, no me hacia mucha gracia.

-Y bien...¿Qué tal? ¿Qué te parece?- Mi madre apareció detrás de mi de la nada, me asuste un poco pero no lo notó.

-Es... un poco... no se- No entendía porque no era capaz de decir la verdad, no me gustaba, la odiaba, pero si se lo decía, solo la haría sentir peor, y ese tampoco era el objetivo.

-¿no sabes? ¿te gusta, o no?

-Mas o menos, ya me había hecho una idea de como sería, asique es un poco lo que me esperaba.

-Bueno, solo quería decirte que nos iremos de aquí muy pronto, no te preocupes

-Lo se...- Mi madre me besó la frente y por algún motivo sentí que eso no seria así. Nos íbamos a quedar en ese sitio mucho mas de lo que me gustaría.

*****

Nota de la autora:

Espero que esta historia os encante.

 No os olvidéis votar si os gusta y estad pendientes de si subo nuevo capítulo, ya que espero que sea a menudo.

 Un besito. Daniela. :)

Solo somos nosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora