9. Nuestro jueguecito

10 5 4
                                    

Eran las doce del medio día del sábado. Ya habían pasado dos semanas desde lo de mi abuelo. Y he decir que aunque aún no estaba del todo bien, la ayuda de la psicóloga, mi hermana, mis padres y Marco se habían notado. 

Ya estábamos todos mejor, y aunque pensara que mi hermana era la que peor iba a terminar, en su lugar fue mi madre. Había perdido a su padre y aunque ya había recuperado la onda de armonía que tanto la caracteriza, se notaba que en ella también había un gran vacío.

Marco había hecho videollamadas nocturnas cuando peor estaba, había hablado conmigo y se había abierto. Yo sentía que solo me desahogaba con el pero poco a poco fui abriéndome, como hizo él.

Mi hermana me apoyó y yo a ella. Como prometimos, y a pesar de ser difícil, logramos salir un poco de casa y seguir con nuestras vidas. 

Aaron me escribió a los dos días de que pasara todo. Al parecer se estaba hablando con mi hermana y ella se lo había contado. Por este mismo motivo se enteraron Claire y Sammy -quienes me escribieron también- y supuestamente Marco no lo sabía porque pensaban que yo se lo habría dicho. 

Tardé más de lo que me habría gustado en poder contestar los mensajes de las personas que se enteraron. Pero tuve un tiempo de colapso. Me desinstalé las redes sociales hasta que me vi capaz de volver a mi vida. 

WhatsApp fue lo único que no desinstalé para poder hablar con mi abuela y Sara me había escrito. Cuando me armé de valor para por fin entrar en las conversaciones pensé que sus mensajes serían de ánimos y apoyo como los demás. En cambio a pesar de que mi madre me hubiera dicho que ella lo sabía, sus WhatsApp eran como los de siempre.

Sara: Tía, he hecho una locura...

Sara: Ari, contesta!

Sara: Me vas a matar

No tenía ni idea de a que se podía referir pero siempre era así. En cambio eso me lo mandó el día después de lo de mi abuelo. Y no volvió a escribirme. Nunca había sido de esas amigas que te dedican historias, que son detallistas... pero que ni me preguntara por lo de mi abuelo me dolió. Y no se que coño había hecho tan malo como para decirme eso antes de preocupase por mi. 

En definitiva, ya estaba mejor pero no olvidaría a mi abuelo nunca. Y me había dicho a mi misma que esa noche iba a salir. Con Claire y Sammy. Y nos lo íbamos a pasar en grande.

*****

Ya estaba en casa de Claire. Quien me estaba ayudando a elegir un vestido. Esa chica tenía de todo en su armario, y estaba dispuesta a prestármelo. Yo después de terminar mi maquillaje fui a hacer lo mismo con Sammy. Se me daba bien, y a las chicas les gustaba. Le hice los ojos con somas cafés y un poco de brillo blando. La raya del ojo era lo que mejor se me daba, y a Sammy la encantó el resultado. 

Claire me dijo que había encontrado el vestido perfecto. Era gris corto, de tirantes con unas costuras en las caderas. Era pegado, como a mi me gustaba y el escote no enseñaba demasiado. Me encantó como era pero al probármelo cambié de opinión y al final acabé llevando uno casi idéntico pero rosa. 

Sammy conducía, por lo que fuimos en su coche hasta la discoteca. Al llegar había un ambiente con mucho ritmo y muchos adolescentes pasándoselo en grande. Primero pedimos unas copas y al cabo de un rato me apeteció ir a bailar. Llevé del brazo a Claire y Sammy y comenzamos a saltar, cantar... Alocadas nos cogimos de las manos y comenzamos a movernos al ritmo de la música.

-¡Esta fiesta es genial!- Gritó Sammy para que la escucháramos.

-¡Si! ¡Vamos a perrear toda la noche!- dijo Claire y me eché a reír.

Seguimos bailando y pasándonoslo genial hasta que vi a lo lejos a un chico bastante atractivo, ¿Qué pasaría si me acercaba? Supongo que nada malo.

-Chicas, seguid sin mi... ¡Voy a ligar un poco!

-¡¡Genial!! Luego nos cuentas.

Me acerqué y pedí otra copa aprovechando que tenía su mirada clavada en mi vestido. El chico guapo me estaba dando un repaso...

-Hola, ¿Cómo te llamas?- Me dijo él.

-Ariana, ¿Y tu?

-Izan, encantado.

-Igualmente.

-Me gusta tu vestido. te queda muy sexy.- No tardé en sonrojarme.

-Gracias... ¿has venido con alguien?

-No, me gusta venir solo para ver si me encuentro chicas tan guapas como tú.

-Yo sigo buscando a un chico guapo con el que pasármelo bien...- Mire hacía a los lados cómo buscándolo. ¿A caso estaba coqueteando con él? ¿Dónde quedó esa Ariana que no supera a su ex?

Estaba buscando que Izan me respondiera, en cambio la voz que escuché era más ronca. Era familiar. Era la de Marco.

-Aquí me tienes, ¿Conmigo te sirve para divertirte?

-¿Marco? ¿Qué haces aquí...?

-Evitar que te líes con el primer tonto que veas. 

-¿Dónde está Izan?

-Se ha largado con otra chica.

-Joder. Gracias- dije con ironía

-Es un capullo. Iba al instituto conmigo, no es capaz de tener una relación. Le ha sido infiel mas veces a su novia que ni las puedo contar.

-No necesito a alguien fiel. Solo pretendía divertirme.- Esta vez lo dije con tono de desagrado. 

-Solo quería ayudar.

-Y yo solo quería olvidarme por un día del dolor, lo he pasado mal. 

-Lo se, pero te puedes olvidar de otras maneras...

-¿Cómo cua...

Antes de que pudiera terminar la frase me besó. Con delicadeza iba acariciando mi vestido y yo no tardé en rodearle el cuello con mis brazos. Le revolví el pelo mientras el beso se intensificó. No sentía que nos miraran, solo sentía necesidad. Sentía su respiración agitada, y la mía comenzó a ser inestable. Me separé de él para tomar aire y volvimos al juego. Esta vez fue él quien sentía necesidad, y no solo necesidad. Ese beso también iba cargado de anhelo, como si lo hubiera estado esperando tanto como yo.

Seguimos enredados hasta que sentí que alguien me llamaba por la espalda. Me separé de Marco, y controlé la respiración antes de girarme. Tenía los labios hinchados y las pulsaciones a mil por hora. Eran Claire y Sammy. 

-Ari, nosotras nos vamos. ¿Te vienes o te quedas?- 

Sammy contenía la risa mientras Claire solo sonreía con picardía. Yo me sonrojé de la vergüenza. Tenía unas ganas inmensas de quedarme enredada con Marco más tiempo, pero había sido una salida de chicas y no quería cortarles el rollo. Al final tuve que elegir la opción aburrida. Pero eso me daba ventaja. Estábamos jugando a un juego que me divertía mucho.

-Voy con vosotras.- Miré de reojo a Marco quién parecía molesto.- Para otra vez será...

Sonreí y fui con ellas hasta el aparcamiento, quienes parecían absolutamente impresionadas.

-Asique, ¿tu y Marco?- Dijo Claire.

-No, o sea, no es nada serio.

-Parecía que os lo estabais pasando en grande, ¿porqué no te has quedado con el?- Pregunto Sammy.

-Así se queda con ganas de más. Pero por favor mejor no digáis nada, ¿vale?

-Claro, eso tenlo asegurado.- Dijo Claire y zanjó la conversación.

¿A qué estamos jugando Marco?

*****

Nota de la autora:

Aquí el fin de este capítulo. 

Espero que os esté encantando. 

Muy pronto más y mejor.

No os olvidéis votar si os gusta.

Un besito. Daniela. :)

Solo somos nosotrosWhere stories live. Discover now