𝑪𝒂𝒑í𝒕𝒖𝒍𝒐 𝑵𝒖𝒆𝒗𝒆: 𝑮é𝒏𝒆𝒔𝒊𝒔 𝑰

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No era como si ahora fueran mejores amigos.

Desde la perspectiva de Louis ellos incluso estaban lejos de ser simplemente amigos, no porque él estuviera negado a la idea de serlo sino porque no era algo que se daba de un día para el otro, ni tampoco algo que pudiera forzar.

Si bien Harry había aceptado la tregua sin aparente problema, eso no implicaba que quisiera ser su amigo, ni que le hablaría todos los días, ni tampoco que le daría a Louis la oportunidad de conocerlo a profundidad. No siempre era una transición sencilla pasar de la enemistad a la plena amistad.

Además él tampoco estaba seguro de querer volverse su amigo.

Llegaría un día en el que tendría que partir y dejar atrás cualquier vínculo formado con la familia Styles, aunque no había querido encariñarse irremediablemente lo había hecho, y como Anne una vez le dijo: tendría que lidiar con las consecuencias de ello una vez que se fuera. Pero no estaba seguro de querer lidiar también con la consecuencias de volverse cercano a Harry. Encariñarse con el vaquero era un arma de doble filo.

No eran amigos, Louis lo sabía. Sin embargo, la relación entre ellos evolucionaba progresivamente de manera positiva. Tenía la certeza de que así habría sido desde un comienzo si los desacuerdos y las confusiones nunca hubieran existido.

Con el pasar de los días, y el comportamiento afable de Harry, le quedaba cada vez más en claro que no se trataba solo de una simple tregua, era más bien dejar todo resentimiento atrás y volver a empezar; darse una oportunidad.

Ese también era uno de los mayores problemas para Louis, y para la dualidad de sentimientos que albergaba por dentro, si no había podido dejar de sentirse atraído hacia el vaquero aún con las peleas y el odio de por medio, ¿qué le quedaba ahora que Harry estaba empecinado en mostrar que era mejor persona después del desastre que había sido con él?

Estaba un poco asustado y el haber soñado tampoco le había ayudado. Aún seguía pensando en la innecesaria cercanía de Harry aquel día de la pelea, en la caricia sin sentido que dejó sobre su muñeca, en su rostro tan cerca del suyo. Era como si su mente nunca pudiera ser libre del vaquero, siempre de alguna manera terminaba pensando en él, era su nueva frustración, la peor probablemente.

Pero no podía quejarse por ello, aquel conflicto era plenamente suyo, no podía darse el lujo de detestar a Harry ni de responsabilizarlo por sus propios sentimientos. Él era el culpable. La sexualidad del vaquero debió haber sido una bandera roja desde un inició para enterrar cualquier deseo, pero no lo fue, por supuesto. Louis a veces era más estúpido de lo que debería.

No era la primera vez que le atraía un hombre heterosexual, en el pasado más de una vez se había llevado la misma decepción y nunca le había resultado difícil olvidar y simplemente seguir adelante, después de todo, aquel era el único camino que podía tomar. No entendía porqué ahora su cabeza se las arreglaba para no cooperar.

Solo debía ignorar hasta que el sentimiento desapareciera, y se lo repetía a sí mismo todos los días, todos los días que Harry bromeaba sarcásticamente con él y tenía que morderse fuertemente el labio para no sonreír abiertamente, todos los días que en los almuerzos y en las cenas sus miradas se encontraban sin excepción, todos los días que Harry pasaba cerca suyo y le hacía sentir un vértigo extraño en el estómago, todos los días que podía oler el rastro de su colonia en el ambiente y debía suspirar frustrado.

Todos los días. Y lo estuvo intentando desde que había llegado a Kansas y Harry le pareció el hombre más hegemónico que había visto en su vida.

Pero aún no lo lograba.

[...]

Los días anteriores habían sido armoniosos, agradables. Desde que había dejado de pelear con Harry había estaba más alegre, menos a la defensiva y más dispuesto a dejar que las cosas fluyeran. Tenía la sensación de que el vaquero también sentía lo mismo.

Heaven's On Fire, Burn With MeWhere stories live. Discover now