pregunto incrédulo el abuelo de la pelinegra al escuchar que la carta del dinosaurio se la había dado a los tres mocosos SU NIETA y que no la había perdido Ursula
luego de la caída del cielo, cuando el dinosaurio lo mando a volar, más en específico, se puede decir que se fracciono la columna y bueno
ahora mismo se encontraba en cama, con muchas vendas cubriéndolo de espalda hasta cabeza y tenía una marca en la cara de la caída
-si abuelo, yo se la entregué...
confeso sin más con desinterés mientras jugaba con uno de sus cabellos entre sus dedos