Capitulo 1

15 2 0
                                    

Aquella calle se encontraba medianamente poblada de como la recordaba, Julie al encontrarse con esa florería, solo pudo recordar una cosa que hizo que tomara la iniciativa de entrar al lugar, al adentrarse, observó la delicadeza y belleza de cada flor, el olor a los jazmines la llevo hasta ahí, pero no eran las que ella quería. No fue tanta la espera en encontrar las flores que tenia en mente, las margaritas, sabía que eran sus flores favoritas y no se molestaría en lo absoluto al llevárselas.

 Al salir del lugar, el olor a rosas y otras fragancias se desvanecían de apoco, su mano se elevó en lo alto para que un taxi de la zona la viera, cuando logró detener a uno, se subió a este, indicándole el destino y pidiéndole que siguiese. El cielo lloró, derramando de las esponjosas nubes grises, leves gotas de lluvia en todo el lugar pero no le importo, en lo absoluto, ese día no.
Sus orbes marrones se asomaron a la ventanilla logrando capturar la esencia de aquel día gris, el primer día de octubre del 2022, se sentía más cálido que el año anterior, recordando todo lo que vivió, recordando su sonrisa.

abril del 2021
(Penúltimo año de secundaria)

Julie

Cuando finalmente termine de escribir aquella carta, la envolví en el sobre rosa, pegándole diferentes stickers y escribiendo frases alrededor de este. Mi cuerpo se relajo un poco dejándose llevar por la música de los audífonos, no creí que él fuera tan puntual así que solo pude relajarme en mi silla, pero en el proceso de relajación, me vi interrumpida por Steve, mis ojos se abrieron de par en par, dejándome ver asustada ante el brusco toque, pero al notar su presencia solo pude retomar una postura calmada.

—¿ya la terminaste?.—me preguntó. Tomando la carta entre mis manos, se la entregue, a lo que él pudo inspeccionarla.

—no tiene nada malo. — mis ojos expresaron una mayor obviedad ante lo que él se imagino, Steve extendió dinero discretamente para luego irse disparado ante esa chica, con emoción me senté en mi lugar observando la escena que tendría un obvio éxito, lo que pasaría ante mis ojos era lo que yo llamaba, amor a media Frase, nadie se negaba a una pizca de amor en esas cartas que derramaban cientos de sentimientos en ella, mi cuerpo y alma tenían la necesidad de sentir diferentes emociones incontrolables, al ver como el amor se apodera de ellos una vez mas, reencontrando sus almas como prometieron en las vidas que hoy no recuerdan, cayéndose lentamente en los cálidos brazos de Cupido. Otra vez triunfaba con irresistibles frases de aquellos poetas que no conocí pero que marcaron gran parte de lo que hoy conozco como "amor" , en ambos podría observarse cuan inefable sentían ese momento, fue inevitable no liberar una sonrisa, ya había crecido y solo podía expresar cientos de cosas que nacían.

>><<

Torpemente camine por los angostos pasillos, lleno de estudiantes que se dirigían a la gran cafetería, ya que habría los típica comida que gustaba a todos, no cumplía ningún un rol en el lugar, mas que ser un alma condenada a soledad en su máximo esplendor, sintiéndome sola como otras veces, no he tenido amigos desde que llegue al instituto, todos tienen algo malo y no me han tratado de la mejor forma que digamos, pero me acostumbre a mi misma presencia.
Me senté en aquella mesa vacía como suele estarlo, mire al rededor y no pude sentir otra cosa que no sea timidez, todos en la cima y yo desde lo más bajo, observándolos. Jamás entenderé el porque Dios me dio este vacío, se supone que todos en el mundo somos iguales, ¿Qué tienen ellos que yo no?, no entenderé si él aun guarda a mi par, si me lo quito por algo malo que he hecho o simplemente no me lo merezco "Querido Dios, aún existo" solté en un susurro, dándole un mordisco a mi sándwich.

¿Puedo sentarme?.— mencionó aquel chico— ¿O estas muy ocupada invocando a Dios?.

Me quede en blanco, la vergüenza invadía cada parte de mis mejillas que se transformaban a un color carmesí. Aun con restos de comida en mi boca, trague en seco.

—claro, siéntate.— solo pude perder mi vista en mi libro, aun estaba tan apenada, y su tono burlón provoco que siguiese de esa manera.

creí que ya nadie leía. Me equivoque.— sus mirada verde paso de estar en lo bajo a mirarme completamente

esto es un océano. —susurre.

—¿Por qué sería un océano?.

Cerré mi libro y atentamente lo miré.

todos se sumergen en lo profundo creyendo que puede haber o tener una vida, pero no saben apreciar la verdadera vida de la superficie. Donde hay cosas maravillosas, como los libros.

—entonces lo profundo sería, ¿Instagram, Facebook y Pinterest?.— su tono provoco que riera.

—en parte.

Mutuamente logramos sacarnos una sonrisa para volver a lo que estábamos. no lo reconocía, al menos no estaba en mi clase, supuse que era del último año, y para ser del último año era bastante amable. Estuvimos así durante un largo rato, sin hablar pero supuse que eso estaba bien ya que no lo conozco, él termino su comida a lo que empezó a levantarse sosteniendo su mochila y tomando aquella bolsa de papel. Me regalo una sonrisa mas y se fue dejando la mesa como al principio, a mi y mi soledad, a los segundos de su partida, sentí una presencia observándome creí que era él que se había olvidado de algo pero era una chica. Alyssa Bex.

¿se te ofrece algo?.—su expresión era fría, también algo irritable y lo sentía profundamente ya que me miraba a mi.

te tengo un trabajo, Nalesso. —dijo colocando sus manos con manicura reciente en el centro de la mesa redonda, Alyssa era rica y supe de inmediato que seria un cliente que pagaría bien —es mas que obvio que ya lo conoces.

¿A quien?.

—Joseph.

lastimosamente no conozco a nadie Alyssa, pero dime que quieres, ¿una carta?, ¿alguna decoración?. —me miro de arriba abajo con gran superioridad a lo tuve que voltear a otro lado, su facha de chica mala me estaba matando, odiaba eso, ella lo entendió pero no importaba, le gustaba ese sentimiento.

te pagare el doble si haces una de tus ridículas cartas, para Joseph, estoy desesperada, el hombre no se fija en mi por mas que le he lanzado cientos de indirectas y hasta he usado todos mis movimientos de coqueteo, nada funciona, es de piedra. Escuche que tus cartas siempre tienen éxito, Steve dijo que le funciono.

pues siempre funcionan...

entonces. —su voz se acelero, ella no quería que dijera nada que le haga cambiar de opinión y sinceramente yo tampoco quería decir nada estúpido —¿tenemos un trato, Nalesso?.— extendió su perfecta mano a lo que yo la tome sin pensar, siempre funcionaban, y si no, yo me encargaría, nadie merece quedarse sin amor.

Alyssa sin decir mas, se retiro. Ella no era de fiar y estaba convencida de eso, mis pensamientos fueron invadidos por el sonido de la campana, en todo el camino, frases y palabras amorosas crecían en mi corazón, indicando que ya tenía ideas hermosas para aquella carta, cientos de frases que declaraban sentimientos que nadie sabe descifrar, lo tenía bien pensado, y tendría una buena paga.

Corazones De PapelWhere stories live. Discover now