✷✿ ¡One Shots Johnshi! ✿✷ (Johnny Cage x Kenshi Takahashi)

Valentine's sweet cream

⚠️(smut)
(food kink leve, dirty talk, aftercare)

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Desde muy temprano ha empezado a preparar todo lo necesario para esa noche.
Rentó una pequeña cabaña en las profundidades del bosque, bueno, era suficiente para lo que tenía planeado, harían.

Sería sencillo, cenarían y tal vez... Bueno, ya todos sabemos. A eso de el atardecer estar en su esplendor, Johnny emprendió viaje junto a Kenshi, a el centro de los pinos y arboles que rodeaban aquella residencia.

- Te consentiré tanto, Kendoll~ - dijo Cage con cierto tono de orgullo.

- Me conformo con no comer esas cosas grasientas de McDonald's... - Kenshi cruzó sus brazos sobre su pecho. Diablos, no hablemos de su ropa, esos benditos cuellos altos se pegaban cómo chicle a su voluptuoso cuerpo, más siendo este de color negro, daba una ilusión mucho más perversa, Kenshi lo iba a matar, la mezclilla de sus pantalones se ajustaba como si su vida dependiera de ello.

- Afortunadamente para tí, comerás gourmet por hoy, KenKen - dijo el actor, aún sin apartar la vista del camino.

- Sabes que me vale con cualquier otra cosa, Cage - Kenshi habló. Giró su cabeza hacia donde se suponía, estaba Johnny.

- Nah, ah. Es mi deber como novio - Cage posó su mano sobre uno de los muslos del espadachín, mientras con la otra, dirigía el volante.

Durante todo el camino, la mano de Johnny no se aparto de la suave carne, la apretujaba y propinaba pequeñas palmaditas. Kenshi cada vez se demostraba más nervioso, y cómo no, estaba sudando y su cara estaba teñida de un rojo intenso, casi se igualaba al de su venda. Gracias a los cielos, era de noche, y los colores ya no se distinguían con la mayor claridad.

Salió de su agonía cuando el vehículo se detuvo. Dios, porfin.
Johnny salió del mismo y dió una vuelta completa para poder abrir la suya.

- Caballero... - Cage extendió su mano y Kenshi la tomó.

Johnny notó su necesidad por calmarse, si, calento lo que -aún- no se iba a comer.

Ambos avanzaron hasta la gran puerta, de madera algo desgastada y un elegante manojo de oro la adorna, hay una cerradura para llave, dónde el actor inserta la misma.
Con un ruido sordo, la puerta se abre y deja a la vista todo el hogareño interior.

Las cálidas luces de los focos, la chimenea quemando poco a poco la madera. Era tan relajante.

Al cerrar con llave detrás de ellos, se adentraron por completo.
Una mesa redonda estaba en el centro de todo, tenía un sobremesa color guinda atravesado y dos superficies plateadas posadas a cada extremo de la misma, ambas poseían un plato de porcelana, con diferentes porciones de alimento.

Esto emanaba un exquisito olor, que sólo hace rugir tu estómago aúnque hambre no tengas.

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La cena transcurrió tranquila, ambos se trataban melosos y degustaban de esos platillos que tanto disfrutaban.
Al terminar, los platos fueron dejados por allí y nuestros protagonistas salieron disparados hacia, bueno, ya todos sabemos a donde.

Aquella habitación, tan cuidadosamente decorada se veía espléndida y ni hablar del olor tan emanante a incienso embriagante.