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A la mañana siguiente Cecil tenía el dolor de cabeza más grande del mundo y los ojos hinchados de tanto llorar

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A la mañana siguiente Cecil tenía el dolor de cabeza más grande del mundo y los ojos hinchados de tanto llorar. Nadie mencionó su apariencia, pero estaba seguro de que todos en la maldita casa sabían lo que sucedió entre él y Magnus. Era un secreto a voces que ambos tenían algo y después del desaire que le hizo marchándose antes de que iniciara la carrera era obvio que habría problemas. Avergonzado se preguntó si podría haber manejado las cosas mejor. Suspiró cargando a su bebé en brazos mientras bajaba las escaleras.

—¡Joven Cecil! ¡Venga aquí! —La voz de Octavia llamó su atención, provenía de la recepción de la casa. Cecil suspiró, encontrándose con una escena que lo dejó con la boca abierta.

Jude estaba en medio de la sala, con los brazos cruzados y el ceño fruncido. La habitación estaba llena de los cuadros que adornaban la fiesta, Nuri y Octavia se veían fascinados con ellos y discutían sobre uno en especial, por su parte Jude apareció extendiéndole una nota escrita a mano donde el duque le transmitió sus intenciones de iniciar un cortejo. A pesar de haber perdido la carrera ese hombre no se rendía. Cecil sintió que se le caía el alma al suelo, tuvo que apretar a Kamal contra su pecho para que no se resbalara, aquella situación le trajo muy malos recuerdos, de repente tenía otra vez dieciséis años, los trabajadores estaban en huelga y de repente apareció Jeffrey Baker, con una canasta de frutas exóticas, pidiendo a gritos su atención.

Desesperado miró los cuadros y notó que había un montón de arreglos florales, la estatua de un ángel, cajas de regalos forradas en terciopelo. Un mal presentimiento lo invadió de inmediato.

"¿Qué es todo esto?" Preguntó. Aster hizo un gesto señalando los alrededores con expresión sorprendida.

—Increíble ¿Cierto? Parece que tienes un nuevo apodo —dijo y miró a Octavia, está sacó un tríptico de la bolsa de su falda y lo extendió leyendo su contenido.

—"Cecil Baker, el viudo que se aloja en la casa de los Brummell, resultó ser un diamante escondido. Existen rumores de que su belleza puede enloquecer a quien lo mire y que tiene sangre de Ángeles corriendo por sus venas. Se desperdició durante muchos años en la isla tortuga, donde contrajo matrimonio con un hombre mediocre que no estaba a su altura, pero ahora que ha sido mostrado en sociedad hay cientos de pretendientes luchando por su atención.

>>Dicen que Magnus Winchester mató a Norman Baker para poder deshacerse de él y desposar a esta joya escondida, incluso el patriarca de los Winchester ha peleado con su hijo por la mano de Cecil Baker. Esta humilde escritora ha investigado un poco sobre los orígenes de la misteriosa belleza que reside en la casa de los Brummell y descubrió que era llamado por los isleños con un apodo que está sierva considera más que adecuado: La belleza destructora de reinos —Octavia terminó su narrativa con una sonrisa en los labios, la chica parecía estar viviendo el mejor momento de su vida al presenciar esta situación tan ridícula.

Cecil hizo una muñeca de mortificación, no podía creer que de nuevo estaban sacando a relucir ese apodo estúpido.

"En una tontería" respondió, furioso.

Una belleza caída en desgraciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora