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Hanbin miraba por la ventana como el auto negro de Zhang se detenía frente a su casa. El hombre mayor bajaba con una de sus manos sosteniendo las llaves del vehículo y en la otra, un bolso de mano que, seguramente estaba lleno de documentos. Con solo un día desde su reencuentro, Sung había gastado las últimas 24h pensando en cómo acercarse al hombre sin asustarlo o peor, sin llamar la atención de sus padres.

Recordaba haberle mencionado a Matthew sobre su víctima en su plan maestro. El brillo intenso en sus ojos alertó a su amigo y le suplicó, casi de rodillas, que no le dejara saber el nombre de la persona. Porque entre menos sepa, mejor en caso tuviera que enfrentar una acusación policial o un interrogatorio por parte de los Sung. El segundo caso siendo la opción que deseaba evitar a toda costa.

"Eres un exagerado, él es-" Matthew colocó una de sus manos sobre la boca de su amigo. En medio del pasillo hacia el aula de química, ganándose algunas miradas curiosas sobre dos hombres compartiendo espacio personal entre clases.

"He dicho que no quiero saber. Me iré cantando y cubriendo mis oídos hasta el salón, muchas gracias"

Dicho y hecho, Seok liberó su boca y salió corriendo sin darle tiempo de continuar. Sus manos sobre sus orejas mientras cantaba un lalala soy de palo a todo pulmón sin importarle los demás estudiantes.

Tonto, pensó Hanbin.

"¡Yujin, abre la puerta por favor!" el grito de su madre lo regresó al presente. Alejándose del marco de su ventana, corrió al pasillo para interponerse en el camino de su hermano menor. Yujin le miró con sorpresa, no esperaba encontrar a Hanbin por el momento.

"Yo voy, no te preocupes" Yujin no tenía ganas de bajar las escaleras y recibir a un desconocido, aceptó tan rápido como pudo, regresando a su habitación con dos pasos largos.

El señor Zhang esperaba en la entrada cuando Hanbin abrió la puerta. Su rostro inmutable escaneándolo en silencio, buscando algún indicio de advertencia que pudiera confirmarle que el joven Sung solo tuvo un extraño comportamiento el día anterior y que no era una cosa de todos los días.

"Sea bienvenido Sr. Zhang. Papá debe estar por llegar, puede esperarlo en la sala" Hanbin le indica que ingrese a la casa y espera en silencio desde el marco a que el hombre adulto tome asiento en el mismo sofá. Cierra la puerta con cuidado y camina a pasos rápidos hasta su lado.

"¿Hoy también tienes preguntas para mí, Sung?" deja sus pertenencias sobre la mesa ratona en frente de él y le dedica una mirada gélida al joven de pie a unos pocos centímetros.

Hanbin asiente y en contra de todo pronóstico, toma asiento al lado del Sr. Zhang. Hao se congela en su lugar.

"¿Siempre viste tan elegante? Creo que sería interesante verlo en ropa casual" señala Sung, dejado caer una de sus manos sobre la rodilla de su acompañante. Zhang mira al joven con signos de interrogación volando al rededor de su cabeza. No entendía a la juventud actual.

"Visto elegante cuando estoy trabajando, joven Sung" toma delicadamente la mano que descansa sobre su piel y la aleja, dejándola caer sobre el sofá. Hanbin mira con pesar el nuevo lugar que tocan sus dedos.

"Entonces deberíamos vernos fuera de su horario laboral" Hanbin sentía sus mejillas arder, sabía que estaba sonrojado. Los nervios y vergüenza le comían por dentro, sin embargo, fue capaz de dejar salir esas palabras sin titubeos. Se felicitó a sí mismo.

"No estoy interesado en verme con el hijo de mi compañero fuera de su casa, muchas gracias"

Hao no se lo dejaría fácil. Hanbin estaba preparado para eso.

Cross the door 🚪!Where stories live. Discover now