Hanbin está sentado en la isla de su cocina. Sus pies bailando en el aire mientras come distraídamente la fruta que su madre le había cortado para la merienda. Podría ser más que gracioso ver a un adulto ser tratado como un niño, pero para Sung era lo normal. Nunca había conocido algo diferente a ser extremadamente protegido por sus padres.

"¡Lo tengo!" chasqueó unos de sus dedos cuando aquella idea llegó a su mente. Recordó que Gyuvin le había mencionado que varios de sus amigos irían ese día a casa. Varios... "Saldré con el próximo que cruce la puerta" sonrió victorioso ante su idea. Papá y sus hermanos estaban en sus habitaciones, así que el próximo en entrar sería, sin duda, un invitado.

Un invitado que Hanbin haría su novio para molestar a sus padres ortodoxos por primera vez en su vida.

El timbre sonó minutos después congelando a Sung en su lugar. Respiró profundo y se preparó para conocer a su destinado, si así podía llamarsele a la suerte hechada de llegar primero a su casa ese específico día.
Ve a su hermano Gyuvin correr escaleras abajo y abrir la puerta de entrada. Desde su lugar, no le era posible distinguir la figura al otro lado del marco. Se inclinó un poco para obtener una mejor imagen, fallando en el acto.

"Puede esperar a papá aquí, Sr. Zhang" Hanbin estaba sorprendido. Sus perfectos ojos cafés abriéndose lo más que podían. Zhang apareciendo detrás de su hermano menor y tomando asiento en el sofá negro en la mitad de la sala era una imagen que se grabaría en su memoria para siempre. "Le avisaré que ha llegado"

Hanbin conocía al Sr. Zhang. Un socio de su padre en aquella firma de abogados donde trabajaba. No recordaba su edad exacta ni su nombre, pero debía ser mucho mayor que él si era amigo de Sung Doyoung.
Sintió la bilis pesar en su garganta.

"¿Tengo algo en el rostro, joven Sung?" La pregunta se escuchó lejana para un Hanbin que aún procesaba que la primera persona que cruzó su puerta esa tarde era un amigo de su padre y no de Gyuvin.
Cerró la boca cuando se percató que la mantenía abierta y sacudió su cabeza para alejar su mirada estática sobre Zhang.

"No, lo siento mucho Sr. Zhang" se disculpó en un leve susurro, imitando casi un chillido asustado.

"No hay problema" se acomoda en su asiento y revisa las mangas de su traje negro, buscando alguna imperfección. "Ha pasado tiempo desde que le había visto, joven Sung. Creo que tenía 15 años cuando nos encontramos la última vez"

Hanbin asintió y tragó en seco por el nerviosismo "Ya tengo 18"

"Felicidades por llegar a la mayoría de edad"

Hanbin volvió a asentir. Se sentía un poco asfixiado en esa conversación. Sin embargo, su más reciente promesa salió a la superficie, recordándole que debía seguir su propio plan, aunque comenzaba a ver bastantes obstáculos en él "¿Cuál es su edad, Sr. Zhang"

Hao no esperaba aquella pregunta y lo hizo bastante notorio al sacurdirse en su puesto antes de enderezar su espalda y limpiar su garganta con un carraspeo "Cumpliré 30 años pronto"

"Oh, tercer piso..." se escapó de los labios de Sung sin poder detenerlo. Cubrió su boca con ambas manos, avergonzado de lo que había dicho. Zhang no pareció importarle.
Dejando sus manos nuevamente sobre el mostrador, guió sus ojos hacia las delicadas manos del hombre frente a él, buscando un indicio de que estuviera casado.

"¿Algo que quiera saber, joven Sung?"

"¿Y su sortija de matrimonio?"

Hao levantó una de sus finas cejas sin poder creerse la valentía de aquel joven para hacerle preguntas personales con facilidad "No estoy casado"

"¿Comprometido? ¿En una relación"

"Ninguna de sus opciones, Sung. Me sorprende su interés en mi estado civil"

Hanbin decidió ignorar aquel comentario y continuar con sus averiguaciones "debe ser increíble para las mujeres de su oficina aún tener alguna oportunidad con usted"

"Seguramente así sería si me interesaran las mujeres" la respuesta fue rápida y tajante. A Hanbin le pareció perfecta, había confirmado dos puntos importantes en pocos minutos.

"Sr. Zhang, podría saber si usted —" la pregunta quedó al aire cuando su padre apareció en lo alto de las escaleras. Un fuerte ZhangHao llamó la atención de los dos hombres en el primer piso y llevó a Zhang a levantarse apresuradamente esperando a su padre con los brazos abiertos.

El abrazo fraternal entre ambos estuvo siendo vigilado de cerca por Hanbin.

"Zhang, que bueno verte luego de tantos meses. Ese viaje de negocios a China te tomó más que unas semanas como habías predicho" Sung Doyoung le daba palmadas en el hombro a su viejo amigo, su sonrisa brillante acompañando su comentario bromista.

"La gente en China parece ser más indecisa que los coreanos. Todo el papeleo y al final decidieron no separarse" respondió Zhang encogiéndose de hombros, divertido por la bizarra situación que había vivido en su país de origen.

"Ah, Zhang. Te presento nuevamente a mi hijo Sung Hanbin" Doyoung se había percatado de su presencia, llamándolo con un movimiento de manos. Hanbin caminó hacia su padre, deteniéndose justo a su lado. Una amplia sonrisa dibujada en su rostro "Hanbin, mi amigo y socio, ZhangHao"

"Un placer" Hanbin se inclina levemente al tiempo que Zhang.

Cuando sus miradas se encuentran por segunda vez. Hanbin decide comenzar a actuar en su plan.
Le guiña un ojo al señor Zhang. Este le mira sin comprender el objetivo de aquello.

"Vamos a trabajar juntos en un proyecto del buffet, es probable que lo veas más seguido" agregó su padre ajeno a la sonrisa que le regalaba Hanbin a su compañero.
Zhang desvío la mirada hacia su padre cuando comenzó a sentir que no podía sostener la atención del menor por más tiempo.

Hanbin lo veía como una ayuda del destino en su loco plan.

— Los amo Haobin 🙏!— Los capítulos de aquí en adelante salieron mucho más largos

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

— Los amo Haobin 🙏!
— Los capítulos de aquí en adelante salieron mucho más largos.

Cross the door 🚪!Where stories live. Discover now