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— cellbit es un chico muy majo, de verdad... uh, bueno, no tanto como tú, claro.— dijo rubius en un tono de nerviosismo al ver la expresión de quackity al escuchar lo primero.— llegó a la isla unos meses después de que te esfumaste, no me preguntes exactamente cuándo porque, joder, tampoco es que recuerde las fechas exactas. recuerdo que cuando llegó a la isla se amigó con todos nosotros pero se acercó más con roier y tal, que te diré, eh, roier al principio lo alejaba bastante.— el castaño asintió con la cabeza afirmando lo que él mismo dijo y tomó su taza para dar un sorbo al chocolate caliente, alejándola poco después para continuar hablando.— si te soy honesto, quackity, no supe en qué momento pasó lo de su lío amoroso, no lo sé, pero creo que sí que le costó un poco a cellbit volverse cercano con roier porque, a ver, llevan bastante tiempo conociéndose pero que empezaron a salir hace como unos cuatro meses recién.

el pelinegro alzó levemente las cejas de asombro mirando a rubius ante tal información.

— ¿cómo vergas es que sabes tanto y tan poco a la vez?

— pues, a ver, uno que es chismoso y le gusta el cotilleo...

quackity soltó una risa y, seguido de esta, un suspiro escapó de su boca, su mirada se fijó en la taza que tenía entre manos y, después de un pequeño silencio, por fin habló.

— ¿crees... crees que roier quiera verme?

— pues, de querer puede que sí quiera, de que sea lo ideal ahora mismo...

— ¿de qué hablas?— quackity alzó su mirada hacia rubius con una expresión de duda.

— pufff, tío, no quiero ser yo quien te lo diga porque eres mi amigo y tal pero... estos últimos meses le he visto más animado que antes, tal vez el hecho de que aparezcas de la nada pueda afectarle, ¿sabes?

— pero quiero verlo, rubius, necesito verlo....

— ¿por qué? ¿que piensas hacer cuando lo veas?

— decirle que lo amo.— quackity dejó su taza de chocolate caliente sobre la mesa.— que en ningún momento dejé de amarlo, que siempre estuvo presente aquí.— llevó su mano sobre su propio posándola en el lado izquierdo, haciendo referencia a su corazón.— rubius... soltó un suspiro mientras quitaba su mano de su pecho, en ningún momento dejó de mirar al contrario directamente a los ojos, por lo que el castaño pudo notar que quackity comenzaba a tener los ojos llorosos.— lo amo, rubius, no te haces una puta idea de cuanto lo amo.— las lagrimas no tardaron en salir de los ojos de quackity, tanto su nariz como sus mejillas se pusieron rojizas gracias a que había comenzado a llorar.

a decir verdad, el contrario no sabía como reaccionar ante tal situación, ¿qué haces cuando tu amigo que no ves de hace años de repente llega a tu casa y llora porque el amor de su vida está con alguien más?, era lo que rubius se preguntaba en ese momento.

finalmente, después de estar sosteniendo una expresión de preocupación por su amigo, suspiró y se relajó un poco para transmitirle esa tranquilidad a quackity, realmente la necesitaba.

— quacks...— llevó sus manos a las del nombrado para sostenerlas, mirando sus manos hacer tal acción y después subir su mirada a quackity.— a veces... a veces amar es dejar ir a la persona también para que sea feliz...

la expresión del pelinegro lentamente se volvió a una de enojo, aún con las lagrimas en sus ojos.

— ¡¿cómo puedes decirme esa mamada, rubius?!— se soltó del agarre del contrario, su tono de voz se había elevado.— ¡¿tú que vas a saber cómo me siento?! ¡¿cómo vas a decir que tengo que dejarlo ir?! ¡nunca has estado en mi situación, tú sí puedes estar con el amor de tu vida!

las palabras de quackity habían sido clavadas en rubius como un par de cuchillos hacia su corazón.

— vegetta... vegetta y yo no estamos juntos, quackity.

lo cierto era que, actualmente, vegetta estaba con foolish, era una herida que rubius aún tenía muy abierta pero decidió no molestarse con el pelinegro pues, a pesar de que sus palabras lo lastimaron, el chico no tenía esa información y habló desde el dolor propio.

— ay, rubius... no mames... perdón... de verdad, no sabía, no quise-

el nombrado lo detuvo, quackity realmente sonaba arrepentido por lo que le había dicho.

— ya, no pasa nada, como dices tú, no sabías.— le regaló una pequeña sonrisa, la cual se notaba algo triste.— pero bueno, ¿ves que sí he estado en tu posición?— quackity se quedó callado y asintió.— lo cierto es que, de todas formas, puedes hacerme caso o no, solo tú puedes decidir qué hacer ahora, pato.— rubius le dio dos palmadas en la cabeza de manera suave.— venga, que si te hace sentir más tranquilo hablar con roier entonces ve y mándame a tomar por culo y ya está.— esto hizo que ambos soltaran una risa.

— gracias, rubius, y perdón otra vez...— dijo mientras limpiaba las lagrimas que habían quedado en sus mejillas.

— no pasa nada, hombre, estamos bien.— le sonrió y después se levantó de la silla en donde estaba sentado.— tengo una habitación extra, creo que ahí podrías estar en los días que te vayas a quedar aquí.

el pelinegro se levantó de igual forma y dejó que el castaño lo guiara hasta donde sería su nueva habitación temporal.

Where's my love?; SpiderduckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora