7. El verdadero día.

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Pov __________:

—No lo sé —respondió Cinco, lanzando mi anterior envase de café al aire, totalmente vacío, como es obvio—, pero sí sé que es el responsable del apocalipsis. Así que debemos encontrarlo, y hay que hacerlo ya.

Sí mis cálculos no fallaban, Leonard seguía aquí, llevándose la figura de Reginald Hargreeves. Me aleje de los hermanos, tome mi mochila y camine de manera lenta a la salida de la sala, me asomé solo un poco y lo vi de pie frente aquella vitrina.

—¿Qué conexión tiene con lo que va a pasar?

—No lo sé.

—¿Qué?, ¿solo sabes su nombre?, ¿es todo? —entonó Diego con incredulidad.

Leonard sacó aquella figura de la vitrina igual que la primera vez, giró un poco la cabeza y me oculte rápidamente.

—Es suficiente —respondió Cinco.

—Debe haber dos docenas de Harold Jenkins en la ciudad —aclaró Diego.

—Entonces empecemos a buscar —Cinco alzó un poco la voz, haciendo notar su fastidio. Dejé escapar el aire que retenía y volví a asomarme, ya no estaba. Pero estaba segura de que había escuchado con atención la conversación y no sabía si eso los beneficiaba o perjudicaba.

—Disculpen, soy la única persona escéptica aquí —interrumpió Allison con notoria burla—, ¿cómo sabes que la persona responsable de todo esto es...?, ¿cómo se llama?

—Harold Jenkins, ¿recuerdan a los lunáticos que nos atacaron?

Dejé de escuchar la voz de Cinco cuando abandoné la sala, mi propio instinto me decía que me fuera de ahí, el problema Hargreeves era de Cinco, no mío. Al salir de la Academia Umbrella me debatí mentalmente si tomar un taxi o ir caminando, alce mi mano y detuve a un taxi.

***

Llevaba ya media hora en Griddy's, bebí un trago de mi malteada y me sobresalté cuando alguien se sentó a mi lado. Su aroma fue demasiado predecible por lo que me alejé un poco para mirarlo; su respiración estaba agitada pero llevaba una sonrisa en sus labios.

—¿Quieres?

Le ofrecí de mi bebida, el chico accedió y la tomo para beber un largo trago para refrescarse. Aún con el poco sudor que emanaba de su cuerpo, podía oler su perfume tan varonil. Nunca había visto de otra forma a Aaron, y ahora el intentar hacerlo me causaba escalofríos.

—¿Caminamos un poco? —propuso con una sonrisa.

Pague mi cuenta para salir de Griddy's junto a él, metí mis manos a los bolsillos del abrigo que me puse hace unos instantes cuando vi el cielo nublado. Ambos íbamos caminando en silencio, pero no era incómodo.

—¿Has capturado a alguien más con tus trampas? —pregunte con una sonrisa, escuche una risa de su parte.

—He capturado a varios más, pero ninguno me causo tanta gracia como tú —admitió sonriente—, pero esas trampas son para los zorros, así los llaman.

Ahogué una risa que lo hizo mirarme, alzó una ceja confundido y yo reí al fin.

—¿Acaso me llamaste...?

—¡___________!

Ambos nos detuvimos a mitad de camino cuando me llamaron, vi a dos Hargreeves: Allison y Cinco, la chica había dejado de hablar por el teléfono público, el castaño estaba recargado sobre una pared con las manos metidas en los bolsillos de su pantalón.

Cuando mi nombre resonó por el lugar ambos Hargreeves me miraron pero yo centré mi atención en Diego que dobló la calle y me miró sonriente, llevaba un folder azul cielo en sus manos.

Positions 《Cinco Hargreeves y tú》© #1 y #2 Where stories live. Discover now