♕Capítulo 27: Juego de gemelas♕

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Después de toda esa situación, Yugure y su padre se enteraron de lo sucedido. Sin embargo, la joven quería llevar a cabo un plan; así que sin decirle a su padre y con la excusa de ir por flores, ella fue hasta el Circo Dead Tsuki para buscar a Kurayami. Sabía que era arriesgado, pero lo haría por su hermana. Al llegar, la vio paseándose por la Feria, y, tomando aire, trató de hablarle. 

- ¿Quién anda ahí? - la joven se asustó al escuchar a alguien con su misma voz. Yugure salió de entre los arbustos y la saludó, pero Kurayami no se lo tomó nada bien -. ¿Y tú que demonios haces aquí?

- Kurayami, necesito hablar contigo--

- ¡Sal de aquí! ¡¿No ves que estoy en medio de una crisis?!

- ¡Es sobre nosotras! ¡Tú eres mi hermana gemela!

Kurayami se detuvo en seco. ¿Era una broma?

- ¿De qué diablos hablas? Eres una vil mentirosa.

- E-En serio... Tu madre y mi padre fueron esposos... Y nosotras somos sus hijas, sus hijas gemelas.

Kurayami la miró incrédula.

- No doy crédito a una sola de tus palabras; yo nunca tuve un padre, y definitivamente no tuve una hermana - Kurayami bajó un poco la voz al decir todo eso último, pues ella misma había presenciado cuando su madre, en interludios etílicos, profería cientos de maldiciones a algún amante del pasado; presumiblemente su ex esposo, es decir, su padre. Yugure se acercó a ella, y  le mostró una ilustración que había tomado prestada; era una imagen de la Reina Kurayami, Otakorashi y dos bebés recién nacidas. La Princesa Kurayami se quedó en shock; no podía negar que esa mujer era su madre, y que ella era una de las bebés que salían en esa ilustración.

Kurayami lloró un poco; había deseado tanto tener un padre. Que al menos alguien, real y vivo, se preocupara por ella y la defendiera de su madre, de Majorina y de los demás que siempre se burlaban de ella, que no la vieran como un simple peón, sino como una persona. Yugure se compadeció de su gemela, y la abrazó. Kurayami no se negó al abrazo; al contrario, abrazó con fuerza a Yugure. Esta última secó las lágrimas de la Princesa, y le dijo que tenía un plan.

- ¿En serio?

- Si. Hay que... Hay que cambiar de lugares por un día.

Kurayami la vio como si hubiese dicho una locura; más bien, eso era una locura.

- No sabes lo que dices... No quieres estar en el Circo, es un lugar horrible.

- He visto cientos de cosas horribles a lo largo de mi vida, yo creo que podré con esto.

- No, te repito que no sabes lo que dices. Hay fantasmas, Majorina y la Reina Kurayami son brujas despiadadas y los circenses dan demasiado miedo.

- Yo he visto destrucción y genocidios en cientos de planetas.

Kurayami, por un momento, creyó que su gemela estaba loca, pero decidió seguirle la corriente.

- A ver, ¿y qué planeas hacer?

- Es sólo cambiar de lugares por un día. Tú me enseñarás a ser Kurayami, y yo te enseñaré a ser Yugure. Investigaremos lo que ha pasado con nuestros padres, los conoceremos y al final del día hablaremos de lo sucedido, y regresamos a nuestras vidas normales - Yugure le dirigió una sonrisa a Kurayami - ¡Te encantará conocer a mi padre! Es un hombre amoroso.

Kurayami lo pensó un poco, pero accedió. Las dos se fueron a un lugar alejado; Kurayami le enseñó el Circo, cada uno de los miembros, a Majorina y al Espejo donde su madre estaba aprisionada. Yugure, por su parte, le mostró la nave que habían robado, a su padre y cada compartimento que llevaban. Kurayami le enseñó cómo debía comportarse, y Yugure hizo lo mismo. Al final, Kurayami soltó la trenza de Yugure y la peinó; asimismo hizo Yugure con Kurayami, haciendo una trenza en su largo cabello. Las dos intercambiaron su vestido, Yugure le entregó su armadura y su Espada, y Kurayami le entregó su Lanza.

《Recuerdos del Corazón》Where stories live. Discover now