Desesperacion

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—Auch. —se quejó al sentir un leve dolor que provenía de su mejilla.

Él había caído sobre uno de los tantos vidrios rotos que provenían de las ventanas de la habitación, en el peor momento. Solo salían unas pequeñas gotas de aquel líquido rojo que tanto deseaba el vampiro, desde su rostro.

Un silencio incómodo y abrumador se presentó en aquel cuarto. Tan solo fueron unos segundos, pero para Mika y Yuu fueron muy largos que hacían más pesada la atmósfera.

Mika, después de todo lo que había ocurrido, detuvo de repente su respiración, empezó a temblar e inconcientemente sus ojos se abrían más cada vez mirando aquella herida de Yuu la cual el mismo había causado.
Se quedo totalmente callado, no podía creerlo.

—S-sang, s-angre. —balbuceo con un tono quebradizo.
Él ya no podía resistir, pero su amor por Yuu era tan fuerte que tan solo podía temblar ante tal momento.
Su mente estaba perdida.
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El azabache por otro lado, tratando de levantarse sintió que un líquido recorría su cara. —¿sangre? —pensó, aunque aquello fue fugaz al recordar porque lo sentía. Algo malo estaba pasando y eso se lograba notar a grandes rasgos, creyó que todo estaba bien hace minutos, ¿cómo logro pasar esto? Tan solo recordando eso se sintió confundido y triste pero volteo a mirarlo, el silencio que empezó a provenir de aquel chico rubio le alteró rápidamente.
Cuando lo miro, sus ojos se encontraron. Pero no era el Mika que conocia, no eran aquellos ojos azules con los cuales se habia perdido, no.
Eran solamente una puerta hacia la angustia y el dolor.

—¿Que está sucediendo? —de nuevo se cuestionó, aquel comportamiento repentino no era muy favorable, simplemente queria entender la situación.

Pasaron unos segundos los cuales se miraban, en silencio. Yuu estaba demasiado confundido y sin saber qué hacer, de repente, un balbuceo llegó hasta sus oidos.

—S-sang, s-angre.

Al escuchar eso la confusión de Yuichiro desapareció, tan solo con escuchar las palabras pronunciadas anteriormente por el ojiazul, entendió.
Desde el principio lo sabía, Mika ya no era humano; su mejor amigo de la infancia se había convertido en uno de ellos, de uno de esos seres que le daban asco, lo que juró destruir.

Vampiro.
Mika lo era, ¿cómo se supone que debia reaccionar? Yuu lo amaba, y estaba seguro que ese amor era más fuerte que aquellos momentos del pasado.
No le gustaba verlo sufrir e iba asumir la responsabilidad.

Con su mano paso el corte, haciendo que el liquido quedara en sus dedos; seguía fluyendo el liquido por su rostro.
Suspiro, pero puso una tierna sonrisa en sus labios.

—M-Mika, si todo se trata de que querías sangre. —hizo una pausa. —Toma de la mía, no me molestaría. Si eres tú quien lo hace.
Ofrecía con su mano al vampiro con un cálido tono en aquellas palabras.

—P-Pero es tu sangre, Y-Yuu-chan, n-no p-podría. —contestó tratando con todas sus fuerzas rechazar lo que decía.
Era sangre de Yuu, no quería, era la última persona la cual tomaría su sangre, además seria la primera vez que bebiera sangre humana no sabía que podría pasar.

—Vamos ¡es una oferta única! Y-yo te aceptó tal y como eres así que, no me molestaría ofrecerte mi cuerpo para que bebas. —chantajeo Yuu todavía ofreciéndole la mano que tenía leves gotas de sangre.

Y al recitar la última palabra, Mika se abalanzo hacia Yuu, apartó la mano y empezó a lamer lentamente la herida de la mejilla del de ojos verdes, haciendo por consecuencia que se sorprendiera y mostrará un leve sonrojo.

Por su parte el vampiro empezó a disfrutar cada segundo. Yuu lo había aceptado y ofrecido su sangre solo para él, ¿qué sería mejor?
Gozó cada lamida que le daba a aquella herida, sabia que era vergonzoso para ambos pero no les disgustaba, cuando ya no salia más todavia no estaba satisfecho.
Asi que desabrocho el uniforme de Yuu sin aviso, descubriendo directamente el cuello. Se deleitó ante la linda y suave piel que tenia y sin dudar, lo mordió.

—¡¿M-Mika?! —dijo alterado ante la rápida acción que tomo su acompañante, sitió un leve dolor por aquella mordida pero le avergonzaba más que Mika se encontrara tan cerca, empezó a sonrojarse cada vez más.

—Yuu-chan es tan amable y lindo. —comentó Mika al despegar sus colmillos.
Disfrutaba aquellas reacciones del azabache ante su toque.
Aunque ni fue un toque, fue una mordida, ¿no?
Mika pensó de igual manera y recorrió en su mente ver cómo reaccionaba su adorable Yuu ante un toque real.

Aúnque se dice que cuando un vampiro primerizo prueba sangre humana, es una sensación tan extrema de éxtasis que al poco rato necesita atención sexual. Y su mente se encuentra embriagada por el deseo.

Sólo me necesitas a mi; mikayuu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora