Sangre.

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Pasaron un par de horas las cuales, la mayoría de ellas, el azabache se las paso en el pecho de Mika. Ya no estaba llorando, pero quería seguir aferrado a aquel chico al cual quería más que nada, el chico el cual se esforzaba todos los días honrando su memoria o lo creyó que era.
Aquellas horas juntos, se las pasaban hablando sobre como era su vida todos esos años los cuales estaban separados.
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Ya era tarde, se veía en el horizonte que el sol se ocultaba, Yuu estaba cansado de todo el largo dia que tuvo, lleno de tantas y distintas emociones, se quedo dormido en el regazo de Mika.
Al estar dormido Yuu, el ojiazul acariciaba la cabeza del anterior mencionado y contemplaba el rostro del azabache. A él no le importaba quedarse desvelado solo para cuidar de Yuu esa noche.
Pero algo arruinaba ese pequeño deseo.

—Yuu-chan.—susurraba Mika. —Yuu-chan. Yu-agrhh.

Un agudo dolor alerto al vampiro, se percato que habían pasado demasiadas horas después de la ultima gota de sangre que bebió y los efectos empezaron a estremecerlo.
No en este momento, ¡No! por fin estoy con Yuu-chan ¡¿porqué ahora?! —pensaba frustado y preocupado.

Él no quería acabar con aquella atmosfera que había formado con su lindo Yuu, pero esa ansia abundante lo predominaba.
Volteo de nuevo a ver a Yuichiro, estaba indefenso en su regazo, tragaba saliva de una forma fuerte al ver el leve sonrojo que tenia el pelinegro al estar dormido, la tentación era tan fuerte que en algunos minutos llego a su mente la posibilidad de beber un poco de su acompañante auqnue ese pensamiento fue interrumpido al oir una pequeña voz adormilada.

—M-Mika. —susurro en modo de suspiro ante la sorpresiva manera en la que logró visualizar al rubio.

—¡Yuu-chan! Despi-er.—grito, tratando de despertar completamente a Yuu lo más rápido posible. Ya no podía soportar la tentación que le invadía cada vez más, beber su sangre aunque se tratara de Yuu.

—Mmm? —osciló. —¡¿Mika?!
Se sorprendió al ver como empezaba a jadear de manera cada vez fuerte.
Se levanto y Mika realizó la misma acción de manera desesperada tratando de alejarse.
Mikaela empezaba a frustrarse; estaban en medio de la ciudad, en el ultimo piso de un edificio y se le había agotado el ultimo suministro de sangre de Krul. ¿Dónde y cómo la iba a encontrar?
Tenia miedo, no de morir, si no de que su tentación consuma su cuerpo y eso conlleve a lastimar al pelinegro.

Pensó que talvez habia una posiblidad de que lograra escapar del propio lugar y talvez, talvez, encontrala si corria. Aunque se desmoronó su idea al tratar de usar la lógica .
Era un vampiro, era fuerte, pero no lo suficiente como para dejar a Yuu solo de nuevo.
Ya era de noche los demás vampiros podrían estar cerca ¿y si llegaban a mirarlo? Lo matarían.
Eso era lo ultimo que quería.

Se jalaba el cabello para controlarse con un poco de dolor, su respiración aumentaba de manera brusca, ya no podía soportarlo, tenia que pensar en algo ya. Pensaba que podría saltar arriba de Yuu en cualquier momento, y eso realmente le aterraba en el fondo.

Mientras tanto el otro Hyakuya al levantarse lo primero que miro fue a Mika nervioso y asustado.
Tan solo podía contemplar la escena, no sabia que hacer se sintió impotente aunque algo que lograba hacer era tener demasiada preucupacion al verlo en ese estado. Hace unas horas él se había quedado dormido, ¿qué había pasado para que se comportara de esa manera?

—¿M-mika? ¿Estas b- —dijo el pelinegro al tratar de acercarse al afectado.

—¡Alejate! —grito Mika exaltado al sentir el leve toque del azabache, dándole un empujón para que se alejara.
Aunque al hacer eso Yuu tropieza hacia atrás callendo con fuerza contra el piso, golpeándose el rostro.

Sólo me necesitas a mi; mikayuu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora