enzo vogrincic

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Ay vamos

Vivía en Uruguay hacía ya ocho años, vine a los diecinueve por una oferta de trabajo, en este trabajo conocí a Enzo, mí ahora prometido. Nos conocimos en la obra de teatro "El gato de Schrödinger" Él actuaba y yo era la encargada de maquillarlo. Luego de varios maquillajes, me invitó a salir y en una de esas tantas salidas, empezó lo que ahora somos.

Tuvimos la suerte que en la película "La Sociedad De La Nieve" estaba a cargo de maquillar a él y varios actores más. En el largo proceso de filmación de la película, me llevé una gran sorpresa qué el día que festejábamos seis años de novios, caminando entre la nieve por Sierra Nevada él me pidió matrimonio.

Vivíamos en Montevideo en un departamento junto a Enzo y sus gatas, Uma y Ada. Aunque tengamos que viajar lejos por trabajo, las gatas nunca quedaban solas, eran parte de la familia y la familia siempre es importante.

En este momento, mi prometido estaba de viaje a seis horas de nuestro departamento, debía estar trabajando de viernes a domingo, prometiéndome que se iba a pasar rápido y que me iba a llamar todos los días. Una la cumplió y otra no.

Estaba viendo mi chat con Enzo mientras acariciaba a las gatas, nuestra última conversación fue el viernes dos de febrero, diciéndome que había llegado y que ya empezaba a grabar. Su último mensaje decía "Chau chiquita, te hablo yo cuando pueda." Desde ese mensaje en la mañana del viernes, estoy esperando que me hable, ya es domingo diez de la noche y él todavía no llegaba ni me mandaba un mensaje.
La otra promesa si se cumplió, el fin de semana se había pasado rápido, el mismo día que Enzo se fue, vino Juani con unos amigos a visitarme. El sábado, hice maratón de películas y hoy, dormí hasta tarde y hace un rato terminé de preparar cosas del trabajo.

-Hola mi amor. -Enzo entró por la puerta del departamento dejando su bolso de lado. -¿Cómo estás? -Llenó de besos a las gatas que corrieron a él y se acercó a mí, solo me limité a mirarlo y asentir. -¿Qué pasa nena? -Se sentó a mi lado y rápidamente me levanté y fui a la cocina. Enzo me persiguió y esta vez no me dejó salir de la cocina.

-Déjame pasar, Enzo. -Intentaba escapar de él, pero me bloqueó el paso.

-Chiquita, ¿Qué pasó? Si no hablamos no vamos a poder solucionar. -Seguía evitándome el paso. En nuestra relación no eran comunes las peleas, siempre que pasaba algo lo solucionábamos.

-Eso pasa, no hablamos. -Hablé rendida de intentar escapar de él.

-¿Qué? No entiendo.

-El mismo viernes que te ibas, me despertaste a las cinco de la mañana para despedirme y prometerme dos cosas. -Hablé enojada mientras él me miraba. -Una fue que el fin de semana se iba a pasar rápido, se cumplió, ¿no?

-Si. -Afirmó. -Pero no se a donde queres llegar.

-La otra esperé que se cumpliera, pero no pasó. -Hice una pausa. -No me llamaste nunca, no escuché tu voz desde el viernes.

-¿Por eso me estas haciendo este quilombo? -Preguntó mientras su expresión facial cambiaba, estaba frunciendo el seño.

-Si, Enzo, si no me querías hablar me lo hubieses dicho y no hubiese esperado un mensaje tuyo todo el fin de semana. -Me crucé de brazos aumentando mi enojo.

-¿Qué vas a estar esperando un mensaje mío? Bien que Juani vino con sus amigos acá. ¿Qué hicieron? ¿Una orgía enfrente de nuestras hijas? -Además del seño fruncido tenia los labios apretados.

-Te conté miles de veces que venía Juani, que íbamos hacer un stream. ¿O no te acordas? -Esperé su respuesta, al no tenerla seguí hablando. -No te acordaste, preferiste enojarte, vivir en tu mundo sin llamar a tu prometida.

-Seguro no me contaste nada, no empieces con tus mentiras, nena. -La mandíbula la tenía tensa mientras hablaba.

-¿Qué mentiras, Enzo? ¿Me estás hablando en serio? Te puedo mostrar nuestro chat y puedo encontrar que te conté eso, pero no voy a encontrar tus llamadas en todo el fin de semana.

-Encima me echas la culpa a mí. Hice todo lo posible en volver hoy y no volver mañana, ¿así me lo agradeces? -Preguntó y a mí me hizo hervir la sangre.

-Si ni sabía que volvías mañana, ¿te querías quedar a chamuyar a tu maquilladora? te hubieses quedado. -Iba a seguir hablando, pero me interrumpió.

-¿Qué me voy a chamuyar a alguien más? Vos tenes un pedo en la cabeza, solo tengo ojos para vos. -Intentó acercarse a mí y yo puse mis manos en su pecho para poner distancia entre nosotros.

-¿Pensaste en cómo me pude haber sentido? -Pregunté con lágrimas cayendo por mis mejillas.

-Te pensé todo el día, te tendría que haber hablado, pero me deje llevar por lo de Juani. Perdón. -Se disculpó y limpió mis lágrimas que caían.

-Bueno, amor. -Ya hablaba más calmada, con sus toques el enojo desapareció. -Te extrañe.

-Yo también, chiquita. -Se acercó a mí y me subió a la mesada.

-Dios mío, Enzo. -Lo besé y nuestra ropa se iba sintiendo incómoda, cuando pudimos, hicimos lo que más extrañé de él.

One shots [La sociedad de la nieve]Onde as histórias ganham vida. Descobre agora