~Una hibrida en Forks~

•Capitulo 45•

~Piénsalo bien~

—Encárgate de mantenerla estable. —Carliste asiente.

—¿Cómo sacaremos el veneno? —pregunta el rubio.

—De eso me encargo yo, Dámaris irá administrando mi sangre. En un parpadeo, Luna se hace un corte profundo en su antebrazo, causando un escalofrío a toda la casa por el olor que este provocó, hasta Carlisle tuvo que aclararse un poco la garganta.

Mientras Luna iba deteniendo el procedimiento del veneno y que, en vez de avanzar, retrocediera. Dámaris iba inyectando dosis pequeñas de sangre en las mordeduras que Edward hizo anteriormente y Luna iba limpiando de veneno.

Carlisle tuvo que darle unos cuantos choques de electricidad a Bella, tantos cambios que el cuerpo está teniendo. El procedimiento tardó unas tres horas, por suerte todo salió bien, Bella despertaría en un tiempo, lo más probable es que en un mes o poco más. Carlisle sería el encargado de mantenerla estable hasta que despertase.

Carlisle salió de la habitación para alimentarse, luego de todo lo sucedido la mayoría de la familia no ha podido alimentarse como se debe, el rubio se fue con su esposa.

—Tienes que coser esa herida. —habla Dámaris acercándose a la chica, Nisha quien está sentada encima de la pequeña mesa de metal, la mira de forma seria. —¿Qué?

Sin pronunciar palabra, Nisha toma un bisturí y saca un encendedor para calentar dicho instrumento, aunque la herida estaba sanando de forma rápida, el corte fue muy profundo y a Nisha no le gustaba mucho ver su sangre expuesta.

—¿Has hablado con Edward de que es tu compañero de vida?

—¿Cómo lo sabías?

—Por favor Dámaris, estás hablando conmigo. Es más que evidente. —Responde con obviedad sin dejar de mirar como el bisturí va tomando un tono oscuro por el cambio de temperatura.

—No puedo aceptar ese sentimiento.

—¿Por qué?

—Tiene una hija, además, no es tan fuerte como lo que... —La vampiresa es interrumpida por sonido del cuchillo que toca la piel de Luna. —Sentí alguna vez. —Termina de pronunciar.

—Eso es pasado, lo sabes bien. —Dice firme.

—Sí, pero soltar el pasado es algo que resulta difícil...

—No, Dámaris, hay razones por lo que esa historia se acabase, tú te encargaste de eso cuando te fuiste, y más importante aún, yo estoy con Rosalie y con Emmett. Tienes que superar lo que paso.

Aunque las dos mujeres hablaban a un volumen prudente, fuera de esa habitación la conversación no pasó desapercibida para nadie.

—Si es así, ¿por qué me preguntaste por Edward?

—Solo fue curiosidad, primero que cualquier cosa somos amigas.

Dámaris no habló durante unos largos minutos, la pálida tenía la mirada gacha mientras la de Nisha está fija en los ojos de ella, cuando Dámaris alzó la mirada se encuentra con esa mirada que tanto conoce, pero que ya no identifica, ya no la miran igual que antes, ya ese brillo no está ahí, ya no puede leer su alma con tan solo verla, ese sentimiento que alguna vez sintió se esfumó desde aquel día que ella conoció a los otros dos pálidos.

—Mira Dámaris, quizás te hallas quedado encajada en el pasado y no lo quieras soltar, pero tienes que seguir adelante, más por ti que por cualquiera.