𝐌𝐑𝐒. 𝐏𝐎𝐋𝐈𝐂𝐄;; yun kalahari ✓ [EN EDICIÓN]

- ̗̀ะ🍣୭⇢ 024. Date

MRS. POLICE

“Ayel e'tuviste incleíble”.

Hannah se sonrojó un poco, no era común que el mafioso y peligroso Yun Kalahari le dijera eso a alguien.

“Siento que me enamolé má' de ti pol tu valentía con Confleis”.

“Yun, no creo que es momento para decirlo, estamos en un restaurante”.

“Me da igua'”.

Hannah sonrió. “Me alegra que hayas tenido la iniciativa para invitarme a salir”.

“Solo seguí mi colazón”.

“Claro que sí, poeta”.

Yun hizo una mueca. “¿Te está' bu'lando de mí, señora policía?”.

Esas dos palabras fueron como dos disparos hacia Hannah, o al menos así lo sintió.

“No me vuelvas a llamar así, por favor”.

“Pelo tú me llama' seño-”.

“No lo vuelvas a decir, ¿está bien?”.

“Todo lo que sea pol ti”.

Yun ni siquiera sabía cómo pero estaba siendo alguien completamente diferente, ya no le pedía el número a todas las chicas sino que incluso las rechazaba por el simple hecho de no ser su enamorada.

Lamentablemente Hannah lo seguía viendo como un mujeriego pues cambiar su imagen sería muy difícil.

No era nada secreto que Hannah tenía sentimientos por Yun aunque quisiera ocultarlo.

“Hannah, ¿quiele il a una fiesta hoy?”.

Ella asintió. “¿Cuándo es?”.

Yun revisó la hora para luego responderle. “En uno' cinco minuto'”.

“Está muy aburrido aquí, vamos a la fiesta”.

Hannah se levantó de la silla, se acercó a Yun, le tomó la mano para que se levantase y lo dirigió a la salida del restaurante.

El pelirrojo estaba algo sonrojado pues él contacto de sus manos hizo que se pusiera algo nervioso.

La casa en la que estaban parecía que se iba a destruir por todo el ruido que había adentro de esta.

La música, la gente cantando, tomando alcohol o bailando hacía que se hiciera ese ambiente de fiesta.

Yun y Hannah estaban en la cocina tomando algunas bebidas, estaban tranquilos y un poco alcoholizados.

El chino fue el que tomó la iniciativa una vez más y acercó su mano para dejarla encima mientras le daba unas caricias a la mano de la mujer.

Ella solo sonreía algo nerviosa, el alcohol por alguna razón iba a hacer algo que sobria no haría.

“Yun”.

El nombrado no respondió, solo dejó que el silencio hablara por él.

Hannah se acercó más al pelirrojo y lo comenzó a besar suavemente, de una forma en la que todo el amor que le tenía se reflejara.

La habían perdido, oficialmente se había enamorado de un mujeriego y encima chino.

Ninguno supo cómo pero habían llegado a la casa del chico, los dos estaban cada vez más desesperados.

Nuevamente mientras entraban al hogar se besaban pero esta vez con más deseo.

Hannah sabía que en su departamento estarían Gustabo y Horacio o llegarían en cualquier momento, además la casa de Yun quedaba más cerca.