CAPÍTULO 8 - BIENVENIDA

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-Bien, prosigamos con la lección -tras esas palabras, el profesor empezó a soltar una retahíla de fechas, nombres y acontecimientos que a Jimin no le daba tiempo a apuntar, pero intentó concentrase todo lo que pudo en cada palabra que salía de entre sus labios. Al menos, así podía olvidarse de dónde estaba y lo que vendría en el descanso entre clase y clase.

Pero nada de lo que esperaba pasó. Nadie se acercó a él para preguntarle alguna curiosidad o simplemente para entablar conversación. Tal vez fuera porque no era de demasiado interés o tal vez porque entre clase y clase apenas daba tiempo a nada. Cuando un profesor salía, ya estaba el siguiente esperando en la puerta para comenzar su lección sin darles un respiro. Y en parte lo agradecía, así se alargaba la inminente ráfaga de preguntas que sabía que vendría.

De vez en cuando, con el rabillo del ojo veía cómo algunos chicos lo observaban y cuchicheaban entre ellos. Tenía ganas de girarse hacia ellos, mirarles fijamente y decirles que si tenían algo decir que lo hicieran a la cara, no tenía ningún problema. Pero no quería hacer enemigos el primer día. En su antigua facultad los que lo rodeaban ya sabían cómo era. No se andaba con chiquitas y cuando algo o alguien le molestaba lo decía sin miramientos. Eso había hecho que nadie se quisiera meter con él; pero también había alejado a las posibles amistades que hubiera podido tener. Aunque era algo que no le importaba. Siempre había estado más en su propio mundo que en el que le rodeaba y más desde que fallecieron sus padres.

Pero era algo en lo que no quería pensar. Ya lo hizo demasiado en su momento y solo le trajo depresión, llantos y numerosos días encerrado en la habitación sin querer saber nada del mundo. Siempre se había sentido como un bicho raro y empezaba a entender por qué. Sin darse cuenta observaba su puño cerrado. Los nudillos se le habían puesto blancos y la muñeca había empezado a dolerle.

Los recuerdos de la noche del asalto regresaron como un torrente de agua helada. Un escalofrío le recorrió la espina dorsal al recordar el rostro desencajado de aquel hombre o aquel ser o lo que fuera lo que le atacó. Tenía que intentar ponerse en contacto con Yoongi como fuera. Necesitaba saber de él, saber si estaba bien y, sobre todo, preguntarle todas las dudas que habían surgido en el momento en el que había aparecido el primer ser en su mundo, provocando aquel accidente de coche.

Sacudió la cabeza con fuerza y no fue hasta que escuchó el arrastras de las sillas contra el suelo cuando recordó dónde estaba. Deseó que nadie hubiera visto su pequeño ataque de histeria. Se quedó sentado con la vista fija en la mesa del profesor, esperando a que todo el mundo saliera de clase, así no tendría que fingir una sonrisa ante quien se le acercara. Solo quería regresar a casa, ponerse las zapatillas y salir a correr para despejar la mente; entrenar por si algo volvía a aparecer ante sus narices. Un gran alivio le recorrió el cuerpo cuando vio que nadie se detenía. Las ganas de salir de la clase y estar media hora fuera de aquellas cuatro paredes era mucho más fuerte que entablar conversación con el chico nuevo.

Se puso en pie con lentitud y observó la extensión de césped que había justo debajo de la ventana en la que se encontraba. Varios estudiantes y hacían pequeños grupos con sus amigos; algunos sacaban su almuerzo para charlar entre ellos, seguramente de quién era la chica que más buena estaba de su clase o qué chico ligaría más ese curso; otros estaban sentados en el césped divirtiéndose con juegos de mesa. Suspiró y torció el gesto con disgusto. No le apetecía demasiado bajar hasta allí y no hacer nada. Con las prisas se le había olvidado el almuerzo y no tenía ganas de pasar por la cafetería. Decidió quedarse en clase hasta la próxima asignatura.

-¿Aburrido, verdad? -Dijo alguien a su espalda.

Estaba tan ensimismado en sus pensamientos que no había visto que alguien más se quedaba. O tal vez no era alguien sino algo, ya no sabía si podía distinguir entre lo real y lo sobrenatural, aunque la voz le resultara familiar.

BTS - ALMAS PERDIDASWhere stories live. Discover now