Día 34 de 365

7 1 0
                                    

Traté de que las lágrimas no me consumieran poco a poco,
como si tratara de una quemadura nuclear;
una gota y te carcome lentamente.
Traté que ellas no existieran más en mis ojos cansados y destrozados.
Traté que desaparecieran.
Traté incluso de secarlas antes de que cayeran en mis mejillas rosadas.
Traté... Pero no pude evitarlo.
No soy fuerte ni valiente.
No soy de piedra.
No soy inmune a los sentimientos que provocas.
Soy humano,
que siente al momento de recordarte como su primer amor.
Simplemente deje de secarlas,
y las dejé sentir,
haciendo que recorra todo mi rostro y empape cada parte de mí por tu extrañar.

365 Días ContigoWhere stories live. Discover now