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𝓓é𝓫𝓾𝓽

En el bullicioso comedor, un joven pálido de ojos grises se encontraba absorto, su mirada fija en la mesa de los leones. No podía apartar los ojos del apuesto castaño de ojos miel, Remus Lupin. Llevaba más de un año secretamente enamorado del licántropo, sintiéndose tonto por qué entre todas la personas en Hogwarts su corazón eligió a un
Gryffindor.

Si no estuviera siempre rodeado de los merodeadores, sin duda se acercaría al castaño. O tal vez, si no fuera tan cobarde. En un momento, sus miradas chocaron, y Lupin le regaló una linda sonrisa.

-Oh no, ¡me vio! - Lucius se volteó rápidamente, derramando su jugo de manzana sobre su amigo Severus.

-Deja de hacer estupideces por estar de tonto viendo a Lupin. - Severus le dio un golpe en la cabeza con su libro y limpió todo con un movimiento de varita. -Será mejor que deje de ser tu amigo hasta que se te pase ese enamoramiento estúpido.

-Severus, ¡perdón! En serio, no te enojes, amigo. Tú más que nadie me debería entender, te recuerda que yo te aguanto cuando andas de loquito por Black - Lucius bufó, sujetando el brazo de Severus.

-Mejor cállate Malfoy, y suéltame - Severus se liberó en un rápido movimiento, levantándose para irse. -Y deja de gritar que pueden escucharte y ahí si te mato.

-¡Vamos, no seas amargado, Severus! - Lucius se fue siguiendo a su amigo, dejando solo al menor de los Black aún comiendo en la mesa.

-¡Hey, esperenme chicos! - Regulus agarró un pastelito antes de seguir a sus amigos, que segundos antes habían desaparecido por la puerta del gran comedor.

Ya los tres caminaban juntos por el pasillo, rumbo a clase. Lucius no paraba de hablar sobre el Licántropo, agotando a sus compañeros.

-Lucius, por favor, deja de ser cobarde y pídele una cita -expresó Regulus, cansado.

-Sí, siempre alardeas de ser el mejor en todo, pero cuando se trata de Lupin, te escondes como un niño -agregó Severus, provocando risas en ambos chicos al ver la cara molesta del rubio.

-Eso no es muy Malfoy de tu parte -bromearon, mientras Lucius suspiraba mostrando su tristeza.

-Lo haría, pero les recuerdo un detallito par de tontos, mi Moony está con el idiota de Ravenclaw. Podré ser todo, pero no me meteré en una relación - soltó con pesar.

-Todo el mundo sabe que ese Ravenclaw es un idiota con Lupin. Sabemos que quieres romperle la cara y si quieres quedarte con Remus, ¡debes actuar ya! - enserio a Lucius le molesta cuando Snape tiene razón.

-Severus, estás lleno de razón, además, Lulu, ya tenemos planes para separarlos. Déjanos llevarlos a cabo -soltó emocionado Regulus.

-Ya les dije que no. En cada uno de ellos, mi Lunita saldrá herida, y eso es lo que menos quiero -advirtió Lucius con molestia. -Y si me entero que hacen algo, los torturaré, sin importarme que son mis amigos.

Resignados, entraron a su primera clase del día, Historia de la Magia, una tortura para empezar el día.

En la cabeza de Malfoy, surgían ideas. No podía negarlo, sus amigos tenían razón. Debía hacer algo si quería a Remus a su lado. Sentía coraje al pensar que no podía hacer nada sin afectar a su Lunita. Hasta que se encendió una idea: aplicar la táctica del admirador secreto. Eso casi siempre funcionaba, al menos según algunos libros muggles que había leído.

Moony [R.L"L.M]Where stories live. Discover now