9: Expresiones Involuntarias

Start from the beginning
                                    

No sé nada de moda, o de cómo vestir bien, pero quiero intentarlo. Reviso mi guardarropa y me encuentro con un agujero negro que debería ser mi closet. No compro nada seguido, ni pruebo nuevos colores, por lo que llevo años usando lo mismo. Me pongo una camiseta negra con unos jeans oscuros, lo más colorido que poseo, y me cuestiono entre usar una chaqueta o una camisa de botones.

—No puede ser —la voz de Eric suena decepcionada detrás de mí. Dejé la puerta abierta, así que me lo encuentro observándome desde el pasillo—. ¿No tienes nada más?

—Solo es una salida y ya, da igual —miento, quiero verme aunque sea un poco diferente, pero decírselo solo le dará más material.

—Ajá, repítelo un par de veces a ver si te creo —niega con la cabeza—. Ven. Te prestaré algo.

En cuestión de minutos, termino en la habitación de Eric y Billie, con este último brillando por su ausencia, donde las cosas están menos desordenadas que en mi habitación. El chico de perfecto cabello negro busca en su closet, lleno de diferentes tonalidades y colores, algo que pueda servirme. Debo ser una talla más grande que él, pero al tener gusto por la ropa oversized, me asegura que no me quedarán mal.

—Por favor no me vistas como tú, me vere ridículo —le ruego, sentado en bóxer sobre su cama.

—No te quedaría bien —no sé si eso es solo un comentario o algún tipo de insulto—. Esto —me lanza una camiseta blanca simple y una sudadera marrón—. Dame un segundo, le quitaré a Connor unas bermudas...

—Eric, no me gusta esto —me quejo.

—¿Vas a usar negro toda tu vida? —pregunta desde el marco de la puerta, ya que estaba por salir.

—Podría comprar algunas cosas blancas.

—¿Cómo crees que se sentirá Lexi cuando llegue y te vea vestido como siempre?

—Probablemente le de igual.

—No tienes ni idea sobre cómo piensa una chica —niega con la cabeza, totalmente decepcionado—. ¿No has visto cómo se viste? En el trabajo va cómoda, pero cuando ha salido a grabar con nosotros se adapta a lo que vayamos a hacer. Cuando fuimos al museo, se arregló para la ocasión, al igual que yo. ¿Cómo se habría sentido si yo iba con un horrible short negro y una sudadera fea sin más?

—No, Eric, en serio dudo mucho que le importe —aseguro. Lexi no es de las que se fijen en esas cosas... ¿verdad?

—Créeme, si te esfuerzas lo notará y se sentirá feliz, aunque no te lo diga.

—Hablas como si fuera una cita, que no lo es.

—Lo es, en el fondo lo es —suspira, volviendo a su closet y rebuscando en los ganchos y el estante.

Dos minutos después, me lanza una chaqueta de mezclilla negra.

—Úsala con la camiseta blanca y esos pantalones negros rotos que usaste cuando fuimos al concierto de Black Roses —indica—. Y por amor a Dios, no uses un gorro.

—¿Una gorra?

—No —frunce el ceño.

—¿Y si ella lo usa?

—¿Por qué...? Ah, por eso ayer tenía ese gorro... —une los hilos—. ¡¿Y así te atreves a mirarme a los ojos y decir que no es una cita?!

—¡Solo le regalé mi gorro! —me excuso.

—Haz lo que quieras, solo ponte la ropa que te dije. Fuera —señala la salida.

Suelto aire con cansancio y tomo su camiseta y su chaqueta para terminar de vestirme en mi habitación. Al entrar, Kai está poniéndose un suéter verde.

Esas canciones que nunca te mostréWhere stories live. Discover now