único.

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La música en ese bar estaba bastante alta. Tanto que retumbaba en los oídos de Jungkook.

"Swim" de Chase Atlantic reinaba en aquel bar. Teniéndolos a todos viviendo su mejor vida. Era simplemente la sensación.

Día de emborracharse hasta perder la conciencia, oh, Jungkook amaba esos días.
En estos momentos, con un vaso de cerveza en una mano y un cigarro en la otra, luciendo extremadamente caliente a los ojos de chicos y chicas que pasaban.

Pero, ¿cómo no encantaría a todos? Con esos tatuajes que se amoldaban tan bien a sus increíbles y fuertes brazos, aparte de esa camisa negra que dejaba ver un poco de su pecho.

Jeon Jungkook era jodidamente caliente.

Lo era para todos.

Incluso para Jimin, quien lo veía desde una esquina del bar. Admirando al mejor amigo de su hermano.

Queriendo ir hasta él y sentarse en esos muslos. Quería hacer tantas cosas con Jungkook.

Lo deseaba.

Pero él sabía que Jungkook no se arriesgaría a romper ese código.
Ya que para su hermano, Seokjin, estaba muy mal visto. Ya que él era como el padre que nunca estuvo presente en su vida.

Siendo trabajador en la empresa de su madre, todo un adulto responsable que estaba apunto de casarse.

"Jamás enredarte con el hermano de tu mejor amigo."

Jungkook jamás haría eso.

¿Verdad?

Todo lo contrario a Jimin. A sus 20 años él sólo buscaba divertirse, vivir feliz, disfrutar y explorar.

Seguir sus instintos.

Por eso comenzó a caminar directo a su objetivo. Él no se podía ir de ese lugar sin, al menos, haberle coqueteado al pelinegro.

—Jungkook. —fue lo primero que dijo al llegar y sentarse a su lado.

—Oh, Jimin, hola. — mentiría si digo que los ojos de Jungkook no se iluminaron viendo a ese hermoso ángel frente a él. —¿Qué haces aquí?

—Bueno, ya sabes, una salida no se le niega a nadie.

—¿Con quién vienes?

Jimin hizo una seña con sus cejas para que volteara hacia un lado.
Estaba Yoongi, el mejor amigo de Jimin. Quien era de la misma edad de Jungkook.

—Oh, entiendo. ¿No se supone que no deberías estar aquí, jovencito? —dijo el pelinegro levantando las cejas.

—Tengo mis contactos, Jungkookie. —le guiñó un ojo.

Maldita sea.

—¿Y la estás pasando bien? ¿Es este tu ambiente? —preguntó Jungkook bastante intrigado.

—Oh, lo es. Definitivamente, hay un montón de gente caliente en este lugar. —al decir eso, sus ojos fueron directamente a los labios del tatuado.

Jungkook también miró los labios de Jimin. Eran tan grandes que no pudo evitar lamer sus propios labios.

La tensión era demasiada.

Pero no solamente hoy.
Cada vez que se veían —normalmente porque Jungkook se la pasaba en su casa con su hermano— siempre existiría esa tensión, tensión sexual más que nada.

Tensión sexual que empezó desde aquella vez que se besaron por un reto en una fiesta.

Y habían quedado con ganas de más.

una vez más ; km one shot Donde viven las historias. Descúbrelo ahora