"LA SINFONÍA NUCLEAR" - Lector dorado

cap 3 - ¿Sobrevivientes?

Para comprender esta etapa de mi historia, es crucial entender que no fui el único "estúpido" que abandonó su búnker; había más sobrevivientes y yo ni siquiera lo sabía. Al despertar de un agotamiento profundo, me encontré en una camioneta militar junto a tres personas. La sorpresa de ver gente viva fue abrumadora, pues creía que la mayoría ya había perecido. Esa ilusión se desvaneció cuando alguien, de manera burlona, me dio la bienvenida: "Bienvenido, cabañero. Te encontramos más dormido; se notaba tu cansancio". Aunque no lo tomé bien, me contuve, ya que, a pesar de estar en buena forma, al lado de ese monstruo, yo era solo un simple palo de escoba.

Me proporcionaron una nueva arma, una escopeta recortada, y me enseñaron cómo usarla, pero todo tenía un costo: recolectar materiales. Uno podría pensar que esto sería fácil, ¿verdad? Sin embargo, mi primera misión era regresar a la misma casa donde había dormido. Aunque sabía conducir desde pequeño gracias a las enseñanzas de mi padre, esto no supuso que fuera fácil. Me encontré con una horda gigante de infectados que provocó un choque, pero logramos encontrar un nuevo refugio, lo que nos salvó a mí y al equipo recién formado.

La sorpresa fue abrumadora al descubrir un refugio abandonado repleto de provisiones para tres meses, cuatro camionetas blindadas y otras cuatro con modificaciones. Llené una camioneta con todas las provisiones y me fui. Juro que las caras en el refugio expresaban asombro; para ser mi primera misión, era algo fuera de este mundo. Les conté que había chocado la camioneta, generando inicialmente enojo hasta que vieron la magnitud del monstruo que había traído.

Sin embargo, la suerte se desvaneció, ya que una gran horda llegó al refugio y eso no fue lo peor. "Algunos" me habían seguido, pero no quiero adelantarme. Mi mano duele, jaja. Les contaré más en la siguiente nota.