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—Te amo, y siento que no podría estar lejos de ti ni un segundo — dijo, sin despegar su mirada de su novio.

—Yo te amo mucho más, y tampoco quiero estar un minuto sin ti, pero no siempre podremos vernos. Si las cosas se complican, no te rindas tan fácil — Nos abrazamos y terminamos por dormirnos en los brazos del otro.

Taeyong suspiró e intento concentrarse en su trabajo nuevamente.

—Tae, ¿Te pasa algo? Estas demasiado distraído y hoy perdiste tu entrada muchas veces — mencionó con preocupación el manager del grupo. —Ha sido un día muy largo y se que todos están muy cansados, ya pueden irse si lo desean — finalizó.

Todos suspiraron del alivio y tomaron sus cosas para dirigirse a la camioneta que los llevaría al apartamento.

—Sabía que no podríamos pasar tanto tiempo juntos, pero ya me cansé de no poder tener citas y cancelar todos nuestros planes porque tienes ensayo o algo más. Sé que es lo que te apasiona, y lo respeto, pero creo que no estoy preparada para salir con alguien que no tiene tiempo para casi nada — dijo entre lagrimas. A él se le rompía el corazón de verla llorar, sentía un nudo en el estomago que le impedía hablar.

—Bien — contestó serio. No quería que ella lo viera mal, le molestaba el hecho de tampoco poder pasar tiempo con su novia, él mejor que nadie sabía que ella merecía algo mejor que solo verse tres veces al mes con suerte. —Entonces terminemos con esto.

Dejó que los demás subieran a la camioneta primero, esperando poder verla aunque sea una vez. A esta hora ella siempre salía de su trabajo y bajaba apresurada para poder llegar temprano a su casa.

Y la vio, salió del ascensor algo perdida y por poco se le cae su café al no ver el bache que había cerca del elevador. Taeyong se rió pero pronto su sonrisa se borró cuando un chico se le acerco y ella lo miró con una gran sonrisa. Sintió un pinchazo en el estomago, pero le alegraba que ella fuera feliz, sin importar si fuera a su lado o no.

Suspiró por décima vez en el día y se subió a la camioneta. Los chicos le preguntaron si le pasaba algo y solo contestó que estaba cansado, debieron haber notado su estado de animo así que no volvieron a preguntarle nada.

Tae se los agradeció internamente, no tenía ganas de explicar su complicada situación amorosa.

Llegaron al apartamento y todos se dispersaron. Doyoung fue a la cocina y el líder recordó que no había nada en la nevera a excepción del yogur caducado de Haechan y se ofreció ir al supermercado por algo para cocinar.

Se puso sus auriculares, un gorro y caminó hasta la tienda que quedaba a menos de 2 cuadras de donde vivían.

Al llegar tomó un carrito mientras leía la lista que le había dado Doyoung para las compras y empezo a meter todo las cosas que pedía: 4 cajas de leche, 3 de cereales, aceite, queso, frutas, verduras y pañales.

Un momento...

Volvió a leer esa parte, se asustó y miró por si decía algo más. Efectivamente, Doyoung dejo una pequeña nota al costado de los pañales que decía que eran para regalárselos a Chen sunbae y que no se asustara.

Suspiró de alivió y se dirigió a la zona de higiene, tome los famosos pañales y tapo aun más su cara. Si alguien se llegaba a enterar que estaba comprando algo así, se armaría un gran escándalo.

—¿Taeyong? — esa voz, por un momento su corazón saltó de emoción —¿Qué haces comprando pañales? — preguntó algo asustada.

—¡No son para mí! — explicó nervioso. Ella se sobresalto y Tae se quiso golpear, no necesitaba explicarle nada porque ya no eran nada. —Digo, se los voy a regalar a la hija de Chen, ya sabes, a Yoona — aún así lo hizo, Tae la seguía amando no importaba que pasará.

—Ah, sí. Chen me mostró algunas fotos de ella, realmente es muy tierna. Siento pedirte esto justo ahora pero, ¿Podrías darle esto de mi parte? No creo que la vaya a ver y quisiera darle un regalo — dijo, dejando un peluche envuelto en papel de regalo en su carrito con una nota en la que estaba escrito el nombre de la bebé.

—¿Y por qué no la podrías ver? — La miró extrañado y empezo a jugar nerviosamente con sus dedos.

¿Será que ya no quiere verme a la cara nunca más y se va?

—No es por tu culpa.

¿Acaso puede leer la mente?

—No leo mentes, pero no es difícil de deducirlo cuando lo dices en voz alta — se rió y Tae se sonrojo. —Me voy porque me ofrecieron ir durante unos meses a la filial que tienen en Japón, visitaré a una amiga y volveré para año nuevo, supongo.

—¿Supones?

—Sí, quería decírtelo antes de que te enteraras por alguien más, aunque dudaba que te importará realmente así que... — carraspeo y por unos segundos subió la vista para fijarla en los ojos del chico. —Por cierto, esto es tuyo. Pensaba dártelo en tu cumpleaños, pero bueno, hubo algunos inconvenientes — le dió una bolsa de color blanca con una cajita pequeña en su interior y se fue, despidiéndose con un gesto de la mano.

Taeyong no tuvo mucho tiempo para reaccionar cuando la chica salió del supermercado. Fue a pagar y al llegar al apartamento dejo todas las compras para que los demás las acomodaran en la despensa y nevera antes de encerrarse en su habitación.

De la bolsa saco una cajita muy linda y delicada. La abrió lentamente, con miedo de que ante el mínimo movimiento, está se rompiera.

Sacó un anillo, pero no cualquiera. Era el mismo que Taeyong y ella habían visto meses antes en una joyería, a ambos les había encantado y soñaban con comprarlo para grabar sus iniciales, prometiendo que se casarían algún día. Su corazón comenzó a latir ante el detalle. No había querido decir nada, pero cuando vio el mismo anillo en su dedo, pensó tontamente que otro chico se lo había dado luego de que rompieron, pero no había sido así.

Realmente la extrañaría pero no había nada que hacer, esto no era ninguna película en donde él llegaba al aeropuerto y le rogaba que se quedará. Eso jamás pasaría, a menos de que quisiera meterse en problemas.

Una semana después, Doyoung le notificó que ella se había ido a Japón. No le dijo nada y siguió con lo suyo, debía concentrarse en su trabajo y olvidarla, así fuera difícil, era lo mejor que se le ocurría.

Pasaron los meses, y para Taeyong cada día era una tortura sin ella en su vida. Pensó que podría soportar el dolor y superarlo, hasta que llegaron las fiestas y él no paraba de recordar a su ex novia.

—Oye Tae, ¿Podrías traerme mi movil? Lo dejé en la sala de ensayo, por favor — le suplicó Mark.

El líder asintió y dejo sus cosas en la camioneta para dirigirse nuevamente a la sala. Corrió al ver la hora, tenían que llegar al evento de fin de año y los matarían si llegaban tarde.

Al abrir la puerta de la sala, se quedó pasmado. Ella estaba justo ahí, en frente a él y con una gran sonrisa. —Hola, sé que tal vez no quieres verme después de todo, pero realmente te extrañe y quisiera volver a intentarlo sin importar cuánto-

La chica no termino la frase debido a los labios de Taeyong sobre los suyos. Se besaron unos largos minutos mientras se abrazaban fuertemente, se habían extrañado tanto que era difícil separarse ahora.

—Te amo, y no quiero dejarte ir de nuevo así de fácil. Me hiciste mucha falta.

Ella sonrió tiernamente y sus ojos brillaron sin igual. —Yo te extrañe cada día, fui una tonta al descuidar nuestra relación. Sé lo que nos prometimos una vez, pero está vez lo voy a intentar aún más. Quiero ser la persona que esté a tu lado para entenderte en los malos y buenos momentos. Te amo solo a ti.

—Yo te amo más, Kim Sohee.

mad love ▬▬ nctWhere stories live. Discover now