Capitulo 9: Nuevo amigo

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Dormí tranquilamente, hasta que escucho a alguien gritar.

Me levanto con sueño, no tenia ni 10 segundos de haberme despertado pero ya tenia que levantarme.

El origen del grito era Miguel, quien miraba a Héctor, convulsionando en el suelo, con los tumores en su espalda moviéndose ligeramente.

— ¿Miguel que hiciste?

— No lo se, me desperté y estaba así.

Claramente perdidos, comenzamos a gritar el nombre de Héctor varias veces con fuerza, sin intenciones de tocarlo.

En vez de lastimarlo nosotros, él podría lastimarnos a nosotros con sus erráticos movimientos y sus fuertes músculos.

Héctor en poco tiempo dejo de convulsionar y sus tumores dejaron de moverse, y Héctor levantándose como si nada hubiera pasado.

— Noches buenas... ¿Hora ser que?

— Héctor... ¿Que te paso mientras dormías?

— Dormir... Ah eso, es normal, ustedes olvídense de eso... Y también me recuerda que tenemos que acelerar mucho el paso para llegar a tiempo.

Cuando noto mejor nuestro entorno, la entrada del pequeño refugio estaba abierta, con el supervisor mirándonos fijamente...

Héctor, como siempre, caminaba al frente con sus lanzas y piedra verde.

Pasábamos entre cuevas y zonas un poco mas abiertas con algunos lagartos.

Encontramos un poco de comida en el camino. Para Héctor un par de calamares voladores, los cuales eran negro o blanco con azul, y para Miguel y yo, con un par de frutas que salían de las puntas de unas lianas. Tenían forma de uvas y eran de color naranja, muy deliciosas por cierto.

Mientras caminábamos, Héctor cada cierto tiempo tiraba la piedra verde, para luego seguir su dirección.

Con el tiempo, pasamos una gran portón de metal algo destruida, y al salir vimos una gran subida, con palos de metal en medio.

Con el tiempo, pasamos una gran portón de metal algo destruida, y al salir vimos una gran subida, con palos de metal en medio

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— Parece que podemos subir, pero se esta haciendo tarde.

El supervisor nos guio hasta un pequeño refugio no muy lejos del lugar, donde descansamos y Héctor volvió a tener las mismas convulsiones antes de despertar.

Seguimos nuestro camino que decía la piedra verde, estábamos subiendo poste tras poste, sin parar de subir.

Cuando estábamos por subir un poste para subir una gran pared, Héctor se detiene en seco.

— Chicos... Tengan cuidado.

Héctor se desvió y subió por otro poste.

— ¿Y que pasa con ese poste?

Miguel no se aguanto las ganas de preguntar.

— Nada interesante, de hecho, suban por él.

Héctor se quedo quieto en su sitio, mirándonos a nosotros esperando a que sigamos su consejo.

Supervivencia Del Mas Apto (Rain World)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt