Querido Izuku. Un oscuro pasado

Capitulo 2. ¿Estás tomando las pastillas antipsicoticas?

Al decir "Kubo Katsuki" aquel chico respondió.

-Presente- Dijo mientras levantaba levemente su mano.

¿Que más pruebas quería? Era suficiente con lo que acababa de pasar en ese momento.

¡¿Que?!

¡¿Se llama Katsuki?!

¡¿Por qué?!

¿Bakugou?
No, el se apellida Kubo pero se llama igual.

¿Acaso cambio su apellido?

¿Por qué está pasando esto?

¿Acaso, es el...?

Mi cabeza daba vueltas y mis sienes punzaban demasiado. Podia sentir como mis manos temblaban y sudaban cada vez más.
-Mierda, mierda, mierda. Pensé
Podia ver cómo la hoja que estaba sosteniendo temblaba y no ayudaba para nada el hecho que había 30 estudiantes frente a mi, esperando que continuara la clase.
¿Que hago? ¿Salgo?, No. Si salgo de la nada, se vería extraño, tengo que darles una explicación rápida y lógica, pero, ¿Que digo?, espera. Soy profesor. Cualquier cosa que diga por más absurda que se escuche los alumnos pensaran que "Es cosa de profesores". ¡Si! Solo actuaré tranquilo y saldré, ¡Bien!

-¡Chicos! Por favor esperen un momento, no me tardaré.-

Me levanté de mi asiento y camine lo mas normal posible ¿Cómo es normal? No lo sé, pero salí del lugar.
Sentía con cada paso que daba mis rodillas me traicionarian, estaban temblorosas en cualquier momento me caería, y después de esa larga caminata de mi escritorio a la puerta. Tome la manija y por fin pude salir.

Estaba fuera de la puerta de espaldas a esta, dando grandes bocanadas de aire, mi corazón latía muy rápido y fuerte, debía de tranquilizarme.

Como antes mencioné la puerta que estaba cerrada y fue abierta trajo consigo, un tsunami de emociones que arrasan con todo lo que encuentran a su paso dentro de mi mente. Trayendo la destrucción de mi mismo.

-Eres un adulto- Me dije.
-So-solo se llama como el, hay muchas personas en el mundo que se llaman igual.

Pero...

Pero el es idéntico a el...

Pude sentir como mi respiración aumentaba mis ojos se llenaban de lágrimas que rápido recorrieron mis mejillas hasta caer en grandes gotas. No podía dejar de llorar simplemente salía y salía, no podia evitar que esas gotas cayeran y entre más tiempo pasaba era peligroso se podría notar en mi rostro que había llorado, ¡Que estaba llorando!.
Puse mis manos en mis ojos y presione levemente con la esperanza que dejarán de salir las lágrimas y al mismo tiempo me limpie levante mi cara al techo y puse mi antebrazo en mi rostro empeze a limpiarme bruscamente y en pequeños murmullos dije:
-Tch, ¡Para! ¡Para! Maldito llorón. Mi voz se entrecortaba y a la vez se escuchaba en un tono afónico y desesperado.
-Deja de llorar idiota. Ya para, ahg maldita sea.

Me quedé así por un momento en la misma posición y respiré hondo hasta que sentí que dejaron de salir las lágrimas y por fin pude calmarme. Pero como el llorón que soy con el simple hecho de recordarlo, otra vez volvían a brotar las lágrimas. Soy muy sensible y una vez que lloro, lloro ríos sin exagerar. Es difícil para mí no poder manejar mis emociones. A veces me odio por eso, por ser un maldito llorón.

Habían pasando unos minutos y ya me sentía mejor, listo para entrar al salón de clases, por momentos sentia como mis ojos estaban apunto de llorar pero podía controlarlo.

Respiré una y otra vez las veces que fueron necesarias. Ya estaba listo.
Inhale y exhale por última vez, tome la manija y abrí la puerta.

Entré de golpe.