Acomodando el paso

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¡Vaya si es lindo el camino
que tenemos la suerte de recorrer!
Algunos lo hacen de prisa,
para llegar primero a destino,
otros se toman el tiempo
y ven lo que quieren ver.

A mí me gusta ir despacio
y disfrutar del momento,
¿para qué apresurar al tiempo
si este igual llegará?

Emprendemos el camino
a la hora de nacer,
o quizás muchísimo antes,
pero eso no lo sé.

Algunos solo recorren el llano,
otros se arriesgan a más,
pero tanto unos como otros
en algún momento tropezarán.

Y ahí está la diferencia
entre un recorrido y otro,
algunos acomodan el paso
y otros se prenden al fracaso.

Porque todos tenemos muy claro
que el camino no es recto ni llano,
a veces lo recorremos felices
y otras lo hacemos con llantos.

Deberíamos tener en cuenta
lo que  natura nos muestra,
después de una copiosa  lluvia
vemos todo destruído,
pero luego sale el sol
y apreciamos el campo florido.

Así también este camino
muchas veces nos golpea,
nos vemos inmersos en un dolor
que parece no tener fin.

A veces el dolor es emocional
pero llega ese abrazo,
o ese silencio de a dos,
que como por arte de magia
se convierten, cada uno, en sanador.

Otras veces es un dolor físico
el que nos trae a mal caer,
y es cuando decidimos
qué es lo que debemos hacer.

A mí me queda muy claro
que lo debo contener
a veces me lo aguanto,
otras, no lo puedo esconder.

Pero si de algo estoy segura
es que ninguno de los dolores
me podrá vencer,
si tengo a mi lado
a quienes quiero tener.

Porque el camino no es fácil,
a todos nos toca sufrir,
a unos más que a otros,
no nos vamos a mentir.

Pero jamás debemos olvidar
que el entusiasmo, la confianza,
la  paciencia, la alegría
y ese sentimiento llamado amor,
son el mejor medicamento
en este ir y venir
al que llamamos vivir.

ilargiluna
18/11/2021

Rebobinando la vidaWhere stories live. Discover now