Antes del anochecer

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Capítulo primero

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Capítulo primero

—Princesa creo que es hora de volver al castillo, su padre seguramente estará preguntando por usted— le sugirió el guardia en armadura blanca y dorada junto con una capa negra mientras sostenía su casco de las mismas tonalidades que su yelmo, posando este en la cintura en donde se encontraba su espada enfundada colgando de ella, mientras veía a la princesa del reino tararear suavemente mientras recolectaba unos claveles blancos con un violeta claro en las punta de los pétalos, casi tan claros como el color de sus ojos.

—Que lo haga— le respondió sin mirarlo mientras seguía con su labor —Ese viejo haragán no hace más que arrascarse la barriga, dormír y decirme que hacer— afirmó apaciblemente con una sonrisa en su rostro mientras seguía recogiendo los claveles salvajes que crecían en las afueras de la capital, en donde empezaba un denso bosque, eran los caminos que iban hacía las demás provincias, venía seguido para llevárselas consigo, ya que eran las favoritas de su madre.

—Su alteza por favor no se exprese de esa manera de su padre el Rey, como guardia real estoy obligado a reportarlo— afirmó preocupado, la princesa era conocida por no tener pelos en la lengua y el ya estaba más que acostumbrado y curado de todo mal que pudiera provocar e invocar; pero podría haber personas que no estén familiarizados con ello y tomarlo en su contra eso era lo que le preocupaba verdaderamente.

—Es la verdad Sir, Arnold— afirmó con gracia en sus palabras

—Le he dicho cosas peores estando presente, así que no se preocupe, nadie lo latigará en la plaza real— sonrió con complicidad mirándolo dé reojo

—¿No tiene ya suficientes flores?— insistió de nuevo con la preocupación entonada en cada una de sus palabras

—Nunca es suficiente— afirmó admirando la hermosa cascada que se encontraba algunos metros más adelante y como el agua cristalina reflejaba a la perfección el despejado y soleado día que estaba haciendo, mientras las hojas se movían cálidamente con la brisa que despeinaba su cabello plateado en la media trenza desprolija que le quedaba con mechones afuera, las aves danzaban y cantaban alrededor de la cascada creando un hermoso baile entre ellos.

—Cuando uno tiene algo siempre termina queriendo más— se levantó de su lugar sacudiendo su vestido de la tierra adherida a el pero por el rabillo de sus ojos se percató de como hormigas trataban de llevar una gran baya morada a su nido, haciendo fuerza en común para transportarla, se agachó de nuevo para observarlas más de cerca.

—Así fue como mi familia encontró su fin— afirmó con un tono frío y distante a diferencia de como estaba hablando hace un momento, refiriéndose a su familia materna, tomo una roca que se encontraba dispersa entre la hierba y aplastó la vaya y a un puñado de hormigas con ello; poniendo fin a sus vidas y el propósito que estaban intentando lograr, esparciendo a las demás dejándolas desorientadas y alborotadas sin orden alguno.

Alas de fuegoWhere stories live. Discover now