Dos

130 15 0
                                    

—¡Entonces tendrás que arrastrar mi cadaver al altar porque no me casaré y mucho menos con el enemigo!— los gritos habían subido de tono en el salón real gracias al reciente comunicado que llego desde Poromiel, una propuesta de armisticio a cambio de matrimonio con el sobrino del vizconde Tercarus que era el segundo en linea de sucesión del reino de poromiel, luego de la reina Mayara claro, esta era su prima lejana y ella al no contraer matrimonio ni tener herederos nombro a su primo lejano heredero a la corona para sucederla luego de su muerte. La propuesta inesperada se había hecho presente en el salón del trono; cosa que comenzó a calentar el ambiente más que las chimeneas.

—Cálmate Hija— pidió el rey tomándole las manos las cuales le arrebató inmediatamente con un estirón agresivo alejándose de el.

—¡Lo ves padre!— la apunto —Es lo que has criado— alzó su voz grave acusándola, haciendo que resuene en todo el salón hasta que ella lo sintió resonar en su cabeza y estómago —Una Niña ingrata que no reconoce cual es su lugar en esta familia—

—Es mucho más de lo que se merece— afirmó con desprecio —Una rebelde como tu, deberías estar agradecida que padre te de la oportunidad de ser algo más que la princesa bastarda del reino— la tomó de la trenza de su cabello acercándola a el, a lo que la princesa le regaló una mirada de total rencor ante esas palabras.

—Tendrás a tu propio reino bastardo al igual que tu— se rió de ella susurrándole en su cara estirando su rostro hacia arriba para que pudiera obsérvalo debido a la diferencia de alturas, sacándole al menos dos cabezas y media más a la joven cosa que enaltecía su ego al poder intimidarla mucho más fácil.

—Así te paga por todo lo que sacrificaste por ella, mírala— la soltó abruptamente haciendo que choque contra la mesa.

—Debes castigarla antes de que sea tarde padre—

—No me sorprendería que en cualquier momento nos traicione y junto a los cerdos separatistas cuelgue nuestras cabezas en picas de madera para reírse sobre nuestros cadaveres—

—Una de las primeras cabezas en colgar sería la tuya!!!— le gritó al fin iracunda, dejando salir todo lo que había retenido.

—¡¡¡¿La escuchaste?!!!— la señaló de nuevo hirviendo en colera

—Eso puede tomarse como traición, soy el heredero a la corona y tu acabas de amenazarme de muerte, es la más alta de las traiciones basura maldita—

—Dicen que los bastardos llevan la traición en la sangre ya que se ella nacieron; y no me sorprendería viniendo de ti— afirmó con asco mirándola directamente a los ojos, no esperando que ella le atinara un golpe en su quijada de un momento al otro tirándolo al suelo en donde ella se le lanzó encima para seguir golpeándolo.

—¡Eres una puta al igual que tú madre!— le gritó a su rostro mientras comenzaban a pelear a puño limpió uno sobre el otro, golpe tras golpe, jalón contra jalón.

—Al menos me acuesto con más mujeres que tú fracasado— le dió en su pómulo pero este la tumbo debajo apresando sus manos en un agarre con las suyas. —Y ninguna me rechaza públicamente en los jardines reales por lo impotente que soy— quiso escupirle en la cara pero no este se la tapó inmediatamente con su antebrazo asfixiándola, adivinando su movimiento.

—¡Te cortaré el cuello maldita zorra!— la maldijo antes de sentir la horrible mordida que le había proporcionado en su brazo

Alas de fuegoWhere stories live. Discover now