Si, lo sé, pero no te ilusiones ¿eh?—pedí y ella chilló de emoción, abrazándome a lo que sentí mi corazón colocarse pequeño en mi pecho mientras sus brazos me rodeaban con fuerza. Esto se sentía mal, pero también me gustaba la sensación que estaba tomando el control aunque sabía que la mayoría de escenarios podían terminar en la posibilidad que evitaba de hace 6 años.

—¿Pero sabes que hay posibilidad de que Gustavo y tú...—la interrumpí antes de que terminara la pregunta que iba a iniciar la inseguridad en mi y no hacer nada al final.

No tienes que preocuparte por eso ¿si?—le recomendé, acariando su espalda y apartándome por un poco para agarrar su rostro y me viera, como signo de supuesta seguridad de mi parte—Mi problema con Gustavo no tiene que afectarte a ti o al menos, interrumpirte tu emoción para el juego que vas a ver ¿bien? Olvídate de eso, y solo concentrate en el día que viene.

Asintió suavemente y le sonreí con tranquilidad, aunque era más para mi ya que necesitaba que la mayoría de las personas que conozco y conocen mi pasado, dejaran pasar algún indicio de Gustavo ya que si lo nombraba, parecía que encendiera una parte de mi que siempre quería esconder.

Mi inseguridad.

Mi maldita inseguridad, que tardé demasiado en dejar atrás en estos 6 años y creada por...

Después de ese momento, terminé de arreglar lo que había traído del super y saque mis gomitas de fresa, para sentarme con Adriana a ver otra vez la película llamada "El Libro de la Vida", porque a la niña le gustaba la historia o más al personaje de Manolo, pero no la culpaba, era bien chévere, aunque prefería a la chica o la Catrina.

Abril, te están llamando—murmuró mi hermana, sin apartar la vista del televisor mientras la escena del personaje principal se encontraba en la fiesta del pueblo.

Dejando mis gomitas a un lado, tomé mi aparato y contesté sin darle vueltas al nombre de "Mami" que salía en la pantalla.

Bendición—dije, parándome del mueble para irme a la terraza junto a mis gomitas—¿Algo sucedió? Es raro que me llames más de tres veces.

Bien buena la vaina, Abril. ¿Qué? ¿No te puedo llamar fuera de tu agenda?—molestó mi mamá y rodé los ojos divertida, recordando que su personalidad era la copia y pega de Adriana y Sabrina, solo que ella lo hacía más por molestarnos que por la propia mala sangre de las otras dos.

Mentira, mis hermanas son un solecito, solo hay que tenerles paciencia y a su personalidad de gato negro y gris.

Si que puedes, mami, porque eres mi mami.

—Ajá, ya decía yo—metí una gomita en mi boca, esperando alguna razón de su inesperada llamada, pero como se agarró las mañas de mi papá de ser un showcero, deja un silencio primordial—Entonces vas a estar aqui en los Ángeles el 17, ¿no?

Si no hubiera terminado de tragar, me hubiera ahogado con la gomita. Aunque al final, si me ahogué con mi saliva.

—¡Mamá!—exclamé atacada y asustada de que ella adivinara mis planes, a lo que intenté recomponerme mientras dejaba la bolsa en la mesa pequeña para sentarme en la hamaca.

—¿Cómo que "mamá", muchacha pendeja? ¿Creíste que no me iba a enterar?—respondió con burla, y la gota fría me recorrió la nuca.

Hoy la vida no me sonríe.

Pero no mates a tu hermana, ¿si? No tiene la culpa que le hayas dado esa noticia, la emocionaste mucho y a mi también.

Suspiré, llevando mi mano a mi sien para acariciarla mientras pensaba la mejor manera para hacer sufrir a Adriana, que por cierto si tenían alguna idea, denmela porque estaba más preocupada de lo que seguía en la conversación que de mis métodos de tortura.

Lost In Traslation || Shohei Ohtani ©Where stories live. Discover now