Capítulo 5

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Advertencia ⚠️: contenido +18, escenas sexuales, sexo anal

Se abalanzó sin pensar en las consecuencias.

Besó con hambre contenida los labios del cocinero, joder estaba delicioso. Pasó sus manos por la nuca contraria, profundizando el beso. Una batalla de lenguas se desató, la baba se escurría por las comisuras de el cocinero, que daba paso a la lengua de Zoro que recorría la cavidad bucal ajena. La cola de Zoro se movía de un lado a otro mientras sus medianas orejas de tigre se inclinaban más hacia el contrario.

Sanji no se quedaba atrás, abrazando al Espadachín por los pectorales, joder tenia más pechos que Nami y Robin. A él le gustaban las tetas, y no había excepciones por lo visto.

Trató de separarse para buscar aire, gimiendo en el proceso ya que había cortado el enlace y su boca se sentía jodidamente caliente.

Tenía los ojos desorbitados, su exitacion rozaba el borde de la locura.

Por otro lado Zoro también estaba ido, admiraba el delicioso postre que tenia frente a él, ahí es cuando deseaba tener sus dos ojos sanos.

Besos codiciosos y hambrientos atacaron los labios contrarios, realmente había cierta tensión acumulada desde antes de tener que pasar por todo esto.

Él amaba a Sanji, amaba su cabello rubio brillante, su ojo azul al descubierto ¡Maldición inclusive amaba esas cejas ridículas! Y si teníamos que hablar de gustar cosas sin duda era su cadera y su cuello, la cadera fina,  ojo toda una pequeña puta, el pálido cuello que parecía de porcelana. Y, dios, ese culo regordete que quería comer, tan bien que se veía cuando pateaba, marcado en esos pantalones de vestir tan ajustados. Zoro empezaba a pensar que se estaba volviendo un poco loco.

Continuo sus besos, mientras que terminaba de desabrochar la camisa de vestir del rubio. Ahora tenia una vista completa, su abdomen no era demasiado marcado al punto de ser fornido, si no más bien era un poco más delgado. Sus botones eran rosa pálido, haciendo un contraste no demasiado fuerte.

Perfecto

●○

Sus labios eran apresados con notoria hambre, su respiración se estaba volviendo puros jadeos y bocanadas de aire, su cuerpo se estaba derritiendo al toque del espadachín, se sentía como una gelatina toda temblorosa.

Y, sin embargo, no le desagrado. Y es que que le iba a desagradar si llevaba soñando despierto con este momento desde hacía dos años.

Amaba cada maldita cosa de ese maldito marimo, ese verde cabello, a veces la duda de si era suave o tieso se instalaba en su cabeza.

El peliverde dejaba mordidas y chupones por todos lados. Mordía sus pálidos hombros, hasta el punto de sacar algo de sangre, para luego lamer la marca.

A Sanji en lugar de dolerle lo disfrutaba, era un sadomasoquista de primera.

Zoro desató su cinto, queriendo dejarlo de lado. Sanji tomó el cinto y lo colocó en su cuello como si de un collar se tratase.

—Cook, di nya.

—Nyaa~.

Zoro pensaba que se volvería loco. Aquella voz gutural le había exitado.

En un arranque tumbó al rubio hasta la mesa, apretó uno de sus pezones, haciendo gemir al rubio.

Definitivamente estaba como drogado. Su conciencia se veía borrosa.

En su trampa había caído, en sus labios había mordido la manzana carmín del deseo y la tentación, y ahora no podía con la maldición.

De un tirón colocó a Sanji boca abajo, caderas arriba, agarró su cinto y lo ajusto pero no de manera que dañará al rubio.

Con su otra mano comenzó a masajear su entrada.

—Vamos zorra, ruegame por que te folle.
Dijo jalando el cinto, causando que el rubio llevara la cabeza hacia atrás, haciendo que el sudor salpicara por la rapidez y fuerza.

—Zo~ro...ngh~
El rubio se perdía en gemidos de placer mientras su cola se movía de un lado a otro.

—Pero mira nada más, yo aquí tratando de castigarte y tu disfrutando, zorra.

Introdujo un dedo en su entrada, para descubrir que estaba floja.

—Oye ¿Acaso tú?...

—Ah~ ngh~~

Recordó que los omega se autolubricaban cuando querían ser follados.Así que Sanji quería ser follado. El lo haría.

Decidió que era innecesaria la preparación. Tomó parte de la lubricación y la colocó en su polla, comenzó a masturbarse con la misma, cuando sintió que ya era suficiente, comenzó a introducirce en el rubio. Vio un poco de sangre.

<<Asi que le quité la virginidad>>.
El pensamiento cruzó por su mente, haciendo que se relamiera los ya húmedos labios.

El rubio se deshacía en puros gemidos primero de dolor al desgarrarse, para a las embestidas comenzar a ser de placer.

Aquello parecía tan irreal, su cola se enroscaba en la pierna de Zoro, en señal de que le gustaba.

Las embestidas comenzaron a aumentar, el único sonido presente en la habitación eran los gemidos proporcionados por ambos, el choque de ambas pieles, las nalgas de Sanji chocando contra el vientre de Zoro. El olor era puro sudor, la menta y el acero mezclados con las galletas de limón el olor inundaba la sala.

Las embestidas comenzaban a hacerse más rápidas. Luego de varias embestidas, Zoro dio el aviso.

—S-sanji...me..me voy a-a venir.

—Zo~roo~~ nhg~

El rubio asintió, apretando aún más el agarre de su cola en la pierna del peliverde.

El espadachín dio una última estocada, viniendose dentro del rubio. Causando un gemido por parte de ambos.

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Primer +18

Siento que no me quedo muy bueno 🧐

En fin grax y byee~~

My Neko [+18]Where stories live. Discover now